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Pasos cantados del poeta

Ramiro Lagos
ramir36@hotmail.com

 
 

A partir del paso cero,
si doy luz a mis palabras,
por un atajo de cabras
yo salí de Zapatoca,
monte a monte, roca a roca
y con firme fortaleza,
llegué a “La ciudad promesa”,
a pie, con mi valentía.
Siete años, yo tenía,
y esta fue mi gran proeza.

A partir del paso dos,
me quedé sin más embarques
en “La ciudad de los parques”,
llamada “Ciudad bonita”
con su belleza en mi cita,
vivendo en lindos jardines.
Después estudié latines.
letras de oro en un convento,
y ya se agitaba el viento
escuchando sus clarines.

A partir del punto tres
yo fui corista, y cantaba.
Al cura le acolitaba.
¡Cuántos ángeles en misa!.
Yo le robé la sonrisa
a una angelical criatura
sonriente con alma pura
y le batí el incensario
como fiel turiferario
de su sonriente dulzura.

A partir del cuarto paso
fui Director de “El ensayo”
revista con claro rayo
filosófico de abate.
Ahí empezó mi debate
con la Teológíca Suma
frente al fervor de mi pluma,
la que por ser disidente
dejaba en mi inquieta mente
su luz entre bruma y bruma.

A partir del quinto paso
yo me fui para Barranca,
una ciudad negra y blanca.
Barranca bermeja, era
una ciudad, petrolera,
foco rojo y obrerista.
Alli se cruzó en mi vista
un rayo azul ilusorio.
Y allí, sudando petróleo,
fui luchador idealista.

A partir del paso sexto
vida de lucha inauguro
y rompiendo muro a muro
me abro un largo camino
de luchas en mi destino.
Y lucho a diestra y siniestra
en la fogosa palestra
del destellante lingote.
En tanto leo El Quijote
como lectura maestra.

A partir del paso séptimo,
en el aire me mantuve
viajando de nube a nube
desde mi tierra a Madrid
como admirador del Cid,
primer Quijote guerrero,
y anduve cual caballero
andante con mi idealismo
hasta ver que el humanismo
era de luz mi sendero.

A partir del paso octavo
cambié el pensamiento en franca
reflexión en Salamanca
bajo el sol unamuniano
esplendoroso en lo hispano
de la luz con los fulgores
de mis grandes profesores
Blecua, Lapesa y ..!que viva
García Blanco, De La Riva!
A ellos van mis loores

Llegando al noveno paso
en Madrid maté la abulia
entre el café de tertulia
del Gijón y del Varela.
Tomé una copa con Cela,
con Buero Vallejo y Cote
y en “La gruta del Quijote”
me enteré del movimiento,
cara al sol y cara al viento,
“La ballena alegre” cito,
y allí grité y aún grito:
¡Viva España! Y yo contento.

Avanzando al paso décimo
ya con “luces de bohemia”,
fui profesor de academia
en el campus extranjero
y encontré ya el derrotero
coronando allí la hazaña,
y luego a nadie extraña
que con pura poesía
y “el Mester de rebeldía”
se me aplaudiera en España.

Marchando en el paso undécimo
yo escribo de bruma en bruma
mis cantares con la pluma
del cóndor andino en vuelo
liberador con desvelo
y con palabras enhiestas
se agigantan mis protestas,
siendo épica la entrada
a la epopeya cantada
con mis cantares de gestas.

Avanzando más mis pasos.
soy Juan Pueblo, el insurgente
erguido con luz en mente
para alumbrar el sendero
de mi pueblo comunero
“Ni un paso atrás”, es el grito
de Galán y lo repito
como rebelde poeta
hasta coronar la meta.
Yo con mis versos milito.

Siguiendo a Cristo en mis pasos
con mis versos no me agoto
y escribiendo “El Cristo roto”
de la calle, yo venero
al Redentor verdadero
y es el Cristo desatado
que con látigo ha sacado
de su templo al mercader.
Su Indignación ¡hay que ver,
la de este Cristo indignado!

Marchando con otros vates
soy “poeta sin fronteras”
bajo la unión de banderas,
con sus colores arriba
entre poetas y ¡Viva
la poesía americana!,
la blanca, morena, hispana,
la libre del universo
con la libertad del verso
y con mi voz colombiana.

Al oriente van mis pasos
con la egipcia abanderada
que proclama la llegada
de la ideal primavera
y levanta su bandera
luchando con valentia
por sus derechos y es guia
luminosa de su meta,
con ella marcha el poeta,
con ella mi poesia,

A Paris vuelven mis pasos
a recorrer La Bastilla.
Se amotina mi perilla
con mi voz bolivariana,
y con ella mas ufana
recorro los derroteros
de mis epicos aceros,
En Paris dejo mis huellas
y en Madrid ya son estrellas
tanta musas: las de Eros.

De paso en paso en mis versos
dejo a las musas mis cantos,
flor a flor con amarantos
del jardín más florecido
en los brazos de Cupido.
con aires de primavera,
en ella Consuelo era
la musa más consentida,
la que ha alegrado mi vida:
¡una alondra verdadera!

A partir del paso ultimo
en camino del ciprés,
a nadie importa quien es
Ramiro Lagos cual tema.
Yo soy un largo poema
con alas de rima en rima.
Yo soy cóndor en la cima
de los Andes, y es mi verso
un clamor del universo,
para que Dios nos redima.

Ramiro Lagos
ramir36@hotmail.com

 

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