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En el arte de amar el aeda
toca
los puntos claves que nos dan su luz,
y se entona el Cantar de los Cantares
con sus salmos en notas del laúd.
En el arte de amar con poesía
metafóricos puntos siempre hay,
suspensivos, simbólicos y oníricos
con los turgentes puntos del pomar.
En el arte de amar quien es artista
se inventa un punto con boca de clavel
que desflore su almíbar gota a gota
como el rocío del amanecer.
En el arte de amar con melodía,
se desgaja la mano del violín,
bajo un arco de ritmos, sube y baja,
tocando el punto del amor sutil.
En el arte de amar en piedra viva,
basta esculpir tu efigie escultural,
para ver cómo el mármol venusino,
nos lleva al punto amoroso de su ars.
En el arte de amar en otra lengua
todo idioma se puede traducir
con la mirada o guiño traducido
al punto que te hace sonreír. .
En el arte de amar por el contacto
de una mano enredada en el amor,
el punto no es del uno, ni del otro,
es un tacto amoroso de los dos.
En el arte de amar hay puntos claves
en el alma, en el cuerpo y en la sien,
pero aún el artista se pregunta:
dónde está del amor el punto G?
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