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Héroes comuneros de Indo América
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Cacique Ruminhui |
Cante el verso en su octava
rutilante a los héroes del pueblo, y en su lista surja el indio enfrentado a La Conquista con Guauhtemoc fogoso y, adelante, marche Galan, machete desafiante; y Tupac Amarú, luche y resista, que la lucha del pueblo en dos centurias no ha terminado aún y hay lid de furias. En la mitad del mundo hubo una mano descomunal del indio en pie de guerra: “Parad aquí, invasores, que la tierra de Ecuador es nuestra” gritó ufano Ruminhui, el cacique soberano. Y el grito se hizo acción en la alta sierra del Pichincha con lava y furor ciego. Contra invasores y traidores: !fuego! El penacho del indio en lejanía soberbio fue. Lo coronó con brillo Caupolicán de Arauco, gran caudillo del racial confluir de gallardía, que a la Gaitana dio su rebeldía desafiante, (y honor a su zarcillo), y en Santander, a Pipatón, coraza, que fue el indio, bastión de nuestra raza. Si fue Caupolican un gran caudillo y caudillesa grande La Gaitana, Micaela Bastidas fue su hermana que a Tupac Amaru le dio su anillo, para aliarse a la lid como Enriquillo, “Curacuya”, con nombe de macana, que armó con su pendón, que aún tremola, la primera guerrilla en “La Española”. Como Tupac, forzado a negro rito, Tomás Catari con su fe se inmola, y atado pies y manos a la cola de veloces caballos, crece el grito de su protesta colosal. Lo cito ante la historia india y española con Tupac Amarú y Don Pelayo, para darle a la historia luz y rayo. Otra será la historia de Cayoto que en Bolivia se canta con su verso cuando al morir le dijo al universo: “Moriré con la gloria de haber roto las cadenas de oprobio”, y cuanto anoto, lo canto mi ritmo duro y terso, para que suene a libertad de vate. Soy poeta en su puesto de combate.
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APOSTILLA: Las octavas reales publicadas arriba fueron tomadas del libro “Cantos de gesta comunera” de Ramiro Lagos, libro publicado por la Editorial Tercer Mundo en 1981, para conmemorar los 200 años de la insurrección comunera en Santander, Colombia, de la cual fue caudillo José Antonio Galán. “Cantos de gesta comunera” abre una brecha a la poesía tradicional, para darle alternativa a la vanguardia atrincherada de poesía épica que poco se ha cultivado en Colombia desde los lejanos tiempos de Juan de Castellanos, donde se destaca por primera vez la efigie épica de una mujer: La Gaitana.
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Ramiro Lagos
ramir36@hotmail.com
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