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Cruz cruzada de la historia
(Segunda parte)
 
Por Ramiro Lagos

La cruz de la conquista legendaria
fue de verdad cristiana y misionera
pero cristazos hubo y se dijera
que hubo leyenda gris, leyenda agraria
de invasión al derecho y se hizo paria
al indio con la ley encomendera
que le quita su erial, lo desaloja
y esa leyenda gris se vuelve roja.

La conquista hay que verla en El dorado,
que no es leyenda, es oro chibcha, oro
con que hicieron los cristos, los del coro
de rico barroquismo consagrado
en la iglesia de Dios, mas le han quitado
al inca y al azteca su tesoro,
y el imperio explotó su gran riqueza
y se rompe la cruz con su pobreza.

El tiempo arma con la cruz su emblema
y es la anti-cruz horrible, cruz gamada
del holocausto nazi, y es cruzada
del franquismo español y estratagema
y en Norteamérica la cruz la quema
el Ku-Kux-Klan, con rabia encapuchada,
frente al hogar del cristo amenazado
Cristo negro de ayer esclavizado.

¡Luzbeles del terror!, una mañana
de estrellas y de barras centinelas
incendian altas torres, las gemelas,
y un mundo se desploma en pira humana
doblando a muerte la crucial campana,
mientras Satán atiza sus candelas
detrás de la humareda en otro frente
de la invadida tierra del oriente.

La voz de otra cruzada es el mandato
imperial del milenio trascendente
que se escucha en el cielo y va al oriente
y a las bíblicas masas con acato
a los votos en cruz y a su recato.
Mas resurge a la par el otro frente
del Islamismo en pie. La cruz se agita
y hay otra guerra santa con mezquita.

Se rompe el eslabón de religiones
del mismo Dios-Alá. La guerra estalla
con su luzbel terrible en la pantalla:
fuegos de apocalípticas visiones
y armas de destrucción de las naciones,
y Dios está ahí, en Él se halla
la paz de amor, pero Luzbel la ignora
y un cristo roto por los hombres llora.

Contra la guerra se cumplió el viraje
del Cristo de la paz por testamento
y no matar fue el quinto mandamiento
y ¡no! a la guerra fue el claro mensaje
de Juan Pablo segundo con coraje,
mas la guerra se hizo contra al viento...
contra la paz de Dios que no se escapa
de la muerte de Cristo y la del papa

El tiempo corre con su largo muro
que agiganta el conflicto entre las razas
y entre clases pudientes y de masas.
El tiempo es cruel, globalizado, oscuro
bajo un poder sin Cristo, poder duro
que está poblando al mundo de tenazas
con terror en Darfur y en santa tierra,
en Sur y Norte; en el Oriente, ¡aterra!

Vuelve la voz papal en su palestra
a ponerle el acento a su apostilla
de un decir de decires con comilla
que no se cierra; mas aún demuestra
la histórica ruptura tan siniestra
de la espada y la cruz, y en su capilla
benedictina el papa, voz de Roma
convoca al rezo a su rival Mahoma.

En la feria del templo hay cristos rotos
Y cristos de negocio en compra-venta,
Hay pedazos de cristos que dan renta,
cristos de rico y pobre, tan devotos.
Y un Cristo justiciero con los votos
de su pueblo caído, al que se afrenta,
y una cruz en mitad de la cruzada
en su choque violento con la espada.

La cruz en el milenio nuevo, expande
carismáticas voces: vocerío.
Hay un fervor de masas, hay un río
de amor por la justicia, grande, grande
y un Cristo colectivo, en su desande
que pasa a redentor, y es poderío,
espiritual de fe que abre el sendero
para el paso del Cristo justiciero.

La voz de Dios cual juez en lid despierta
la negra angustia de todos los caínes,
de malvados, perversos, de hechos ruines
de aquesta vida o de la vida muerta.
Yahvé guerrero en marcha desconcierta
cuando al son de sus épicos clarines,
se derriben imperios, cae el perverso
e impera Dios, el Rey del Universo.

Apostilla: En un intento de crear una épica de liberación cristiana, el poeta testimonial se remonta a la génesis de la cristianización del imperio romano, tocando los hitos de la historia de “Las Cruzadas”. Resalta la lucha entre la cruz y la espada, sin evadirse de inculpaciones que a los líderes del poder terrenal afecta con los golpes del Rimado del Cristo Roto. Su Cristo testimonial rima con la verdad, con la justicia y con la contemporaneidad entre los creyentes… en la historia verdadera teñida de escarlata. La Cristíada de Diego de Ojeda, publicada en el Perú en el año 1611, ha dejado huellas históricas de la épica cristiana en Iberoamérica. La actualización de La Cristíada, en nueva edición crítica y anotaciones, fue hecha por la profesora Ana González García de la Universidad de Massachusetts en 2002.

La militancia cristiana comprometida con la política y con los terratenientes y el clero amañado con el poder, resurgieron a principios del siglo XX con los “Cristeros” y posteriormente con los “legionarios de Cristo” en Méjico cuyo fundador resulto ser un pederasta simpatizante de “orgullo gay”. Y en la España pos franquista la “brigadas de Cristo rey”, marchantes con el falangismo y el fascismo abanderaban su causa.

Hay que reconocer, con todo, que el Papa Juan Pablo II pidió perdón a Dios y a la humanidad por los errores sangrientos cometidos por la Iglesia durante las Cruzadas y la inquisición. ¡Viva el papa Juan Pablo II!

Ramiro Lagos
noviembre
7 del 2009

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