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La vida es un poema
creador de los jardines
Donde afloran los lirios y rosas del hogar.
Canta el mirlo ante ellas su ritmo licuescente,
Rocío de la aurora y polen del rosal.
La vida es un reflejo de amor en la mirada
Como la luz creadora, destello de mujer
Y yo le digo ¡Vida! a la mujer amada
Y se abre su pupila azul de amancer.
La vida es un abrazo y red de manos mutuas
que atan y desatan las redes del amor
Y hay que ver como caen en las redes los cisnes,
El clásico de Leda y el cisne abrazador.
La vida es paraíso del terrenal encanto
Donde turgentes mieles endulzan el pomar
Donde natura libre desnuda sus encajes
Y es bello en fresco césped, amar, amar, amar
La vida es una estrella de rutilante suerte
Que llena de oro blanco la meta en su ideal
Pero hay estrellas negras del pobre, de hojalata
Y aquella estrella rica del botín ancestral
La vida es una lucha contra la muerte en vida,
La muerte de ideales, querer sobrevivir
La muerte del pan nuestro de cada día sin trigo
Y de los mandamientos sin voz y sin clarín
La vida es una fuente de sabias enseñanzas
Las que cantan los salmos del bíblico laúd,
La fuente de la vida se abraza a lo divino
Con el abrazo humano, el de la multitud.
La vida es nuestra patria de tierra no invadida
La tierra de la yuca, la tierra del maíz,
La tierra comunera, colorada y altiva
Que no agacha en sus riscos, su rebelde cerviz.
La vida es aire libre, del pueblo soberano
Que libertariamente de Santander es don,
Sin libertad no hay vida y sin justicia hay lucha
Lo canta en verso claro el poeta mayor.
La vida, en al fin es muerte, pero no en los cipreses
Poblados de los luceros en donde Dios esta
La vida nunca muere, nunca muere la vida,
Por ser la eterna vida del alma universal.
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