Mercenaria la historia en su pesquisa
cuando arde la gesta comunera
con la pluma apostada a su manera,
la grandeza del héroe no precisa
ni la revolución en que se iza
con la historia del pueblo su bandera,
que si Berbeo luchó contra el impuesto.
Galán contra el sistema más funesto.

Tuvo España su historia comunera
y su feudo entre moros y cristianos,
y a cristianar vinieron sus hermanos
con la cruz, con la espada y la montera.
¡Cuanto ¡Ole! por su gracia de solera!
¡Cuánta gracia del cielo entre “paganos”!,
mas peor villanía de lamento
fue cristianar al indio a golpe cruento.

Supo el guane por ley de su terruño
desdeñar a imperioso advenedizo
blandiendo la igualdad cuando se hizo
la espada con su flecha un solo puño,
y al dársele al valor el mismo cuño,
de un golpe fuerte se formó el mestizo
con el rasgo en que el guane expresa el ceño:
ver que no hay hombre grande ni pequeño.

Fue mestizo también el criollo puro
cuando la tierra le afirmó el coraje,
uniendo su ademán al del paisaje
y se mezcló entre el pueblo y habló duro
su acento popular; con él seguro
habló Galán el nacional lenguaje
del criollo y del mestizo con su lema,
porque la lucha fue contra el sistema.

Al remontar la grey la cordillera
latifundida, vése la alambrada
con su cerco feudal, y en la enramada
pobre de paja el campesino espera
que verdezca de amor una bandera
cuando ahíto de yuca, de aire o nada,
mana cual bendición de cada día,
el pan nuestro, ¡Oh señor de villanía!

Desátase la grey de oscuro aprisco
cual manada rebelde y roto el marco,
ya tricolor el sol es rojo y zarco
con su franja amarilla, y lanza el disco
con sus rayos y flechas sobre el risco,
y ha de verse una lluvia bajo el arco
iris triunfal de mies, ya desgranada
cuando pasa la grey ya liberada.

“La cédula del pueblo” entre pasquines,
fue pregón, fue mural, fue manifiesto.
La que escribió Quiroz fue en el contexto
la Independencia a feudos y latines
de teocrático son; tuvo sus fines
de deponer al rey, y ya depuesto,
aclamar en su trono al rey incano
por voluntad del pueblo soberano.

“La cédula del pueblo” es la escritura
de la revolución, la vez del viento
es el nuevo y el viejo Testamento,
la voz de Dios, de Cristo en su figura
de popular caudillo. ¡Abajo el cura
que traicionó su voz por el sustento
de las lentejas de oro! que con ira
la justicia del pueblo Dios la inspira.

Esta cédula doy, la da mi verso
inspirado en Galán que me acaudilla:
ponía una y dos veces tu mejilla
y a la tercera vez, da tu reverso,
para que sepa el mundo, el universo,
que en la América ingenua de capilla,
hay que ser bueno, pero no gusano,
no hay que ser tonto para ser cristiano.