Con Santiago Roncagliolo, flamante ganador del Premio Alfaguara de Novela |
Llego a las oficinas del Grupo Editorial Santillana, al 700 de Leandro Alem. Me dicen que suba al piso l4. A las once de una mañana fría y húmeda, en pleno Bajo de Buenos Aires. Una vez en la altura, no aparece nadie. Uno tiene la sensación de plena soledad. Desde allá arriba se ve todo el puerto y el río inmóvil de Mallea y enfrente el edificio del viejo Canal 7 de Televisión. Pocos minutos después se acercan Analía Rossi y Ezequiel Martínez, encargados de Prensa del sello. De pronto, sonriente y en jean, me saluda el entrevistado. Santiago Roncagliolo (Perú, 1975) ha escrito dos novelas: Pudor y El príncipe de los caimanes. Es guionista, dramaturgo y escribe cuentos infantiles. Ejerce el periodismo en varios medios de América Latina y en el diario El País de España. Con Abril rojo ha obtenido el preciado galardón del Premio Alfaguara 2006. --- ¿Cómo has estado en Buenos Aires, cómo te tratan los porteños? -- Muy bien, hace unos años un amigo me llevó al café Tortoni a ver a Dolina. Es notable ver un Buenos Aires de teatros y actos literarios, todo un potencial de cultura, una extraordinaria movida. ---El
informe del 9 de marzo del 2000 por parte del fiscal Chacaltana, ¿es real
o es un disparador textual para la estructura de Abril
rojo, Santiago? -- Los crímenes del informe no son reales, lo que sí es real, desafortunadamente, es toda la violencia que va descubriendo el fiscal, los métodos de tortura, las desapariciones y el aniquilamiento sistemático de ambos lados son reales. Lo que pasa es que necesitaba un eje orquestador de esta sinfonía de saña—me era tan repugnante y violento poner esto en papel, te imaginas --…me tomó meses de macabra imaginación armar la trama y que luego discutía con un asesor de cadáveres… --- A propósito, el cadáver encontrado en Quinua produce una …sensación inquietante- La ironía de cierto humor del fiscal contrasta con la triste figura de un Perú castigado y la cruel metáfora de un país polarizado entre la guerrilla y el orden institucional, por llamarlo asi…. -- Yo creo que el texto—cuento la historia muy lineal –tiene insertos los monólogos del psicópata y los informes del fiscal por otro. Ambos textos representan lo que está en conflicto. Los informes del fiscal están escritos con un lenguaje pomposo y rimbombante de una ley que ya no funciona, pagada de si misma ---Pasado de moda… --Arcaico. Los textos del psicópata traducen el lenguaje de la barbarie, no respetan ningún orden gramatical. ---Por eso escribís con la grafía falsa que configura un discurso semánticamente correcto pero plagado de errores ortográficos. -- Era un contraste necesario. ---La utilización de las voces del coronel Pacheco, el doctor Posadas, es coherente con el acontecer y da una vuelta hacia el cinismo, la simulación :”Qué importa una muerte después de tres días de carnaval” leemos. Santiago: en esta trama social y política hay paralelos y “affaires” que los argentinos hemos sufrido… -- Es que vivimos, Sebastián, la República Surrealista de América Latina. (Reímos) ---Muy buena definición… --De hecho, decía un historiador peruano que si Kafka hubiese nacido en Perú sería un escritor costumbrista. Es un tanto lo que muestra esta novela. En España muchas veces llama la atención el sentido de humor negro que tiene Abril rojo. Mira, es una oportunidad muy interesante hacer una gira por países latinoamericanos, es una de las mejores cosas del premio. En este año en que América Latina decide tantas cosas, ante una novela plítica que invita a conversar sobre temas estratégicos. Sabes, la gente de cada país va encontrando cosas que le resultaban cercanas, en Colombia la violencia política, en México la corrupción del estado, en América en general la brutalidad y la intolerancia. ---Justamente, la expectativa que tienes con respecto al giro de la política latinoamericana, la hemos tenido nosotros en los años 60 y 70. Pero volvamos a Abril rojo : la crueldad de Cáceres es el reflejo absoluto de obediencia debida como nos pasó a nosotros…disculpa esta asimilación con nuestro país en la que insisto… --Claro : el problema es cuando los ejecutores cruzan los umbrales de los que no hay regreso para matar a alguien. No por accidente o defensa propia y entonces se necesita deshumanizar la principal resistencia tras la excusa de ideales. Yo francamente, después de ver lo que se hace por los ideales, prefiero que la gente no tenga ideales…(ironía, reímos otra vez ). --- Y casi casi… --Soy partidario del cinismo como filosofía política y de que nos pongamos de acuerdo amablemente. ---Edith, la amante del fiscal y el fantasma-retrato de su madre (porque al fiscal Chacaltana le rondan permanentemente ), ¿qué simbolizan en ese Perú? --Son símbolos diferentes. La madre tiene que ver mucho con un pueblo de fantasmas, con la cultura de la muerte, la semana santa y Edith representa la fragilidad, es el receptáculo de la brutalidad. Se ensañan con ella… ---En mi adolescencia y juventud leíamos a Arguedas, Ciro Alegría y el inolvidable Redoble por Rancas de Manolo Scorza. ¿Qué lectores y escritores todavía abrevan en esas fuentes peruanas? -- Bueno, es una respuesta larga : el poeta que le gusta al fiscal Chacaltana es José Santos Chocano, un poeta horrible, pomposo y que los chicos recitan en los colegios para cantar loas a la patria, pero al tiempo es el primer poeta que habló del Perú frente al canon europeo. Hay dos versiones del Perú del siglo XX: los que tú mencionaste, Arguedas, Alegría, Scorza, que han visto la realidad social y política de una manera. Y otra, totalmente al revés y opuesta, la de Vargas Llosa. Un siglo después de Santos Chocano, ya en el presente siglo XXI, tengo la impresión de que el Perú es el choque de esas dos versiones.
---Este
concurso Alfaguara tiende a superar compartimientos estancos de la
narrativa latinoamericana y de España, quiero decir que hay una circulación
de narradores que se reconocen, lo que no sucedía en el Postboom o por
ejemplo, a principios de los 90. ¿Qué te parece a vos que vivís esta
linda experiencia del premio con tu novela Abril rojo ? - El Boom con el tiempo se agotó y los autores de los noventa por reacción trataron de no ser latinoamericanos. Padilla el mejicano toma la segunda guerra, Fresan sitúa su novela en Inglaterra, Fuguet en Estados Unidos. Ya no hay de qué hablar en Latinoamérica porque está todo bien. -- Acaso había que evitar esa momificación del Postboom, que Antonio Skármeta defendía…bien, están próximas las elecciones en Perú y tengo entendido que Alan García captará votos de la clase media… ---Alan García captará sectores conservadores. Pero Ollanta es un animal político, está fuerte y me gusta su discurso. ¿Lo cumplirá? ---Cuando venía para acá escuché por radio que Vargas Llosa dijo que García esa el mal menor…. --Increíble que Vagas Llosa apoye a García, una prueba del surrealismo político. ---¿Qué opinás de la reciente liberación de Fujimori en Chile…? --No me gusta nada. Fujimori tiene 12 congresales y en este caso preveo algo peor: que logre sus objetivos. La única manera de contrarrestarlo es hacer que la Democracia funcione, que se resuelvan los problemas de la gente. --Volviendo a la novela, una secuencia donde el coronel Carrión le dice al fiscal que ha conocido a su padre, que es más, golpeaba a Mamacita, también el padre del fiscal era un milico…se me ocurre un Perú resignado, silencioso, castigado donde la culpa está como repartida… --Perú tiene muchos cadáveres armario, tantos que ya rodean el armario y no se puede abrir la puerta del mismo, el peso de los muertos es muy fuerte y eso es lo que va descubriendo el fiscal Chacaltana. Y así, con simpatía y con precisión contundente el escritor peruano continuó hablando un rato y compartiendo un café. Apagué el grabador y nos sacamos un par de fotos. Me confesó su predilección por Fontanarrosa y por Gonzalo Garcés, por Fresán, más allá de los tradicionales Borges y Cortázar. Le mencioné a Bryce Echenique, a quien conocí en Puerto Rico en el 91 e intercambiamos algunas anécdotas del mundillo literario. Me firmó la novela Y nos despedimos con un fuerte abrazo. Miré por el ventanal sobreponiéndome al vértigo y me dije que ahí estaba la ben el ahía de silencio de Mallea y que seguía palpitando esta ciudad de cemento junto al río inmóvil. |
Sebastián Jorgi
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