"Más
allá del canon: La mujer en
la filosofía" |
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"No es que no hayan existido mujeres filósofas. Es que los filósofos han preferido olvidarlas,
aunque ojalá después se hayan
apropiado de sus ideas." |
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Hablar de mujeres en la filosofía dentro
de una cultura dominada por la tradición masculina, es más que una
simple intervención intelectual. Puede
ser o constituye un grito, no aislado, una toma de conciencia o un
discurso de atrevimiento, una denuncia donde la mujer establece y
testifica la creación y el pensamiento desde sus orígenes.
Hablar de filosofía femenina, es afirmar y manifestar la idea de
que el pensamiento racional no es únicamente masculino. En este ensayo, voy a tomarme el riesgo de
hablar de las mujeres que piensan y han pensado.
Exploraré un poco en la expresión filosófica de la mujer que a
través del tiempo ha sido subordinada por el canon de poder falocéntrico.
Discernimos, evaluamos, observamos y analizamos la variedad de
discursos que se proyectan en las voces consecuentes de la mujer.
La mujer filósofa, ha vivido intensamente vinculada a sus propias
metas. Se ha apropiado de la
existencia por el significado y la capacidad del pensar, teniendo como
sostén el mantenimiento de la vida.
En general, las filósofas contemporáneas, se sienten
insatisfechas con el canon tradicional de la filosofía occidental académica.
Muchas de ellas lo expresan en varios de sus textos y esto se
evidencia en los foros intelectuales y en las recientes publicaciones
sobre este tema. Veda Cobb-Stevens
fue una de estas mujeres concientes.
Fue fundadora de la Sociedad para el Estudio de las Mujeres Filósofas
en la Universidad de Massachussets. Su
propósito, fomentar el estudio de la mujer filósofa en todos los tiempos
e integrar conferencias de mujeres en la Asociación Americana de Filosofía. Un texto cenital, que no puedo dejar de mencionar es A
History of Women Philosophers de Mary Ellen Waithe. En sus múltiples re-ediciones, esta autora recoge el
pensamiento de la mujer de manera cronológica.
No sólo existen textos de esta importancia y magnitud, sino que la
mujer filósofa ha estado preocupada por la diseminación de su
pensamiento, pero atropellada por circunstancias históricas que duplican
el prejuicio. Apunto hacia
Anna Julia Cooper, quien desde el 1892, escribió un libro sobre el
pensamiento de la mujer negra en los Estados Unidos.
Este libro, como citan Ebenreck y Tougas[1]
, es un intento de liberación
de la mujer para librarnos de la discontinuidad forzada a la que hemos
sido subyugadas las mujeres a lo largo de los siglos.
Muchas de las mujeres filósofas contemporáneas
se expresan de un modo diferente al convencional masculino.
Mientras unas se adentran en aspectos místicos y existenciales,
otras, se basan en los discursos morales, en aspectos modernos y en la
observación, a veces irónica, de la realidad.
También, buscan recuperar la filosofía por medio de epístolas,
apéndices, traducciones y creación literaria.
Pero ha sido la campaña y la tradición de la exclusión masculina
la culpable de que la mujer filósofa todavía siga luchando por un
espacio para su pensamiento. Simplemente
hagamos un minúsculo recorrido por el tiempo para reconocer la voz filosófica
de la mujer. Mencionaré los
nombres de las filósofas a lo largo del tiempo en orden cronológico,
desde el mundo antiguo hasta el presente.
Incluyo aquellas que por una u otra razón se han destacado, han
aportado, o han estado vinculadas de algún modo a alguna corriente filosófica
siempre asociada al pensamiento masculino.
Intento con esta enumeración cronológica, resaltar y rescatar las
voces femeninas que representan lo mejor del intelecto histórico y que
rompen con el canon tradicional de la filosofía. Sin olvidarnos de una tradición que nos
remite a la prehistoria, Guilio de Martino[2],
afirma que la voz femenina se remonta a los mitos, a la expresión del
matriarcado, y a las figuras arcaicas femeninas representadas en
personajes, símbolos, alegorías o personajes dramáticos.
Cabe recordar tan sólo a Ariadna, Pasífae, Atenea, las musas, las
bacantes y a otras como Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore,
Erato, Polimnia, Urania y Calíope, entre muchísimas más que son símbolo
y representación fidedigna de la existencia creativa femenina. Según
Bachofen[3],
estas figuras confirman la vocación de la mujer en la Antigüedad y la
relación de las mujeres pensantes en el mundo creativo y artístico.
Haberlas instalado en el mito, en el símbolo, ha sido darles vida
representando la realidad femenina. Encarnarlas
en el mito, atribuye a la mujer el trasfondo mítico y simbólico que
significa la creación en manos de la mujer desde sus conceptos
universales profundos.[4] El poder de la mujer también se presenta en las figuras de las
heroínas literarias de las grandes epopeyas: Circe, Medea, Penélope,
Climenestra, Antífona, Ismene, Lisístrata, hasta llegar a las poetas,
Safo y la poeta Erina de Telos del
S. VI antes de Cristo. Esta
última escribió un poema para recordar a su amiga fallecida Bauci.
Otras poetas griegas son: Aristodama de Esmirna y Corina de Tanagra
en Beocia, quien ganó cinco prestigiosos premios en los famosos concursos
de poesía en Tebas. Fue en el ámbito de la Escuela Pitagórica
que la mujer filósofa hace su aparición en el terreno filosófico clásico.
Quizás el carácter místico-religioso y oculto que los pitagóricos
emanaban, permitió una flexibilidad a la mujer.
El carácter religioso, las acerca a este núcleo[5].
El escritor Jámblico en su libro Vida
de Pitágoras, menciona a 17 filósofas principales.
Timica, Filtide, Ocelo, Ecelo, Quilónide, Cratesiclea, Téano, Mía,
Lastenia, Abrotelea, Equécrates, Tirsenide, Pisírrode, Teadusa, Boio,
Babelita y Cleecma. Interesadas
en la religión y las matemáticas, la astronomía, la literatura, la
ciencia y la filosofía, estas mujeres marcan el inicio del pensamiento
tradicional. Sin dejar a un lado a Diotima y a Hipacia de Alejandría, quiénes
también fueron filósofas, la hija del fundador de la escuela cirenaica,
Arete, hija de Aristipo de Cirene, también fue filósofa.
Hiparquia, quien se aferró a las ideas de los cínicos dejó sus
ideas expresadas en su texto: Cartas
y tragedias. Vemos también
a Lastenia, alumna del nieto de Platón, (y más tarde su pareja), y
Asiotea de Filos, una profesora de física de la Academia.
Otras figuras controversiales fueron Leoncia, o Leontina. (Algunas
de ellas usaban nombres falsos para rebatir las ideas de los filósofos
establecidos). Encontramos también a la herborista Artemisia y la médico
Agnodice quienes hicieron su trabajo a pesar de los inconvenientes y las
presiones masculinas. Otras
filósofas griegas son: Clea, Gémina, Anficlea y Edesia.
Mencionadas por Plutarco, Plotino y Proclo. Hay un sinnúmero de mujeres que se destacaron también en la
política.[6]
En el mundo romano, la mujer obtenía educación desde niña.
Surgieron figuras de gran
cultura como Cornelia, la esposa de Gneo Pompeyo, que según escribe
Plutarco, dominaba la geometría y la filosofía.
También Lelia y Hortensia, fueron literatas del Siglo I antes de
C. Sulpicia fue otra poeta
destacada en el Siglo 14 a.C. Así
como Lesbia, la amante de Cátulo y Corina, la amante de Ovidio.
Platina, quien fue amante de Trajano, fue una emperatriz filósofa
que siguió la escuela de Epicuro y colaboró en la diseminación de su
doctrina. En general, la
mujer romana pensadora fue educadora, secretaria, político, librera, médico,
artista, comerciante, artesana y obstetra. El mundo medieval y el renacimiento también
se vieron representados en grandes figuras femeninas del pensamiento y del
arte literario. Destaco
solamente a Eloísa del Paráclito en el medioevo y la mística Hildegarda
de Bingén, precursoras del misticismo femenino del renacimiento. Es
interesante la visión alegórica de Bingén con respecto a la idea de
Dios. Para ella, Dios era un
hombre alado inmerso en éter que poseía una fuerza suprema que emanaba
de sus piernas y mantenía al mundo vivo con su calor.
Algunas de estas ideas aparecen en sus libros: Liber
vitae meritorium y en el Liber
divinorium operum. En
resumen, se destacan sus ideas sobre el ánima, la inmanencia de la fuerza
divina y la razón como raíz de todas las cosas. La
lista de filósofas medievales es larga.
Muchas de ellas estaban vinculadas a la iglesia y escribían textos
filosóficos de carácter religioso.
El "elenco de mujeres ilustres" o las numerosas listas de
"mujeres célebres" como las llaman Martino y Bruzzese, es
interminable. Místicas, o
ascéticas, todas ellas se relacionaban con el pensamiento y la religión
y dejaron escritos sus trabajos. En
el renacimiento, Clara de Montefalco, Catalina de Siena y la más conocida
por nosotros Teresa de Jesús dejan su palabra dentro de los parámetros
filosóficos y religiosos católicos.
Pero hay otras mujeres dentro de la vertiente protestante que cabe
mencionar. La que fue esposa
de Lutero, Catharina von Bora, Úrsula de Munstenberg, Giulia Gonzaga,
literata mencionada por Ariosto, Caterina
Cibo, también literata y teóloga y Vittoria Colonna, romana autora de Rimas
espirituales entre otros textos. No quiero convertir este ensayo en una monótona
lista de nombres, aunque inevitablemente, es parte de nuestro propósito
crear conciencia de una larga tradición del pensamiento femenino a través
de la historia. La breve
mención que hago, es necesaria. El
extenso trabajo de investigación de Giulio Martino y Marina Bruzzese, en Las
filósofas, recoge los nombres de cientos de mujeres filósofas y
elabora sobre muchas en cada uno de los períodos culturales. Más tarde, en el Siglo XVII aparece una
figura en el ámbito de la filosofía cartesiana: Isabel de Bohemia.
Esta mujer mantuvo un importante intercambio epistolar con René
Descartes, donde discutían temas de asunto filosófico y matemático.
Eugenio Garin[7]
afirma que este diálogo entre Isabel y Descartes "fue el preámbulo,
el fondo y el comentario" (165) del Tratado de las Pasiones del
alma publicado por Descartes en 1649, un año antes de morir.
Encontramos tendencias filosóficas de carácter feminista.
En la Venecia del Siglo XVII surgen las primeras formulaciones
radicales de la idea feminista (171).
Filósofas, monjas y escritoras, lanzan críticas, denuncian,
escriben y manifiestan sus ideas de manera directa y clara.
Se oponían, criticaban, escribían en reacción a textos de otros
filósofos y publicaban, cartas, opúsculos y libros sobre diversos temas,
en defensa de su voz. En este
grupo de venecianas están Lucrecia Martinelli (1571 n.) y Arcángela
Tarabotti (1604-1652). La
obra de Martinelli es de gran importancia filosófica y literaria.
Fue hija de Giovanni Martinelli, médico y filósofo de inclinación
aristotélica. Su obra más
importante se titula: La nobilità e l'eccellenza delle donne
co'difetti et mancamenti degli uomini (1601).
Partiendo de una concepción platónica de la mujer, Martinelli
critica a la luz de las razones filosóficas la presunta inferioridad
ontológica de la mujer
(174). Por otro lado,
Tarabotti, escribe desde el claustro y firmaba a veces con el nombre de G.
Barcitotti. Sus obras son
numerosas: La sencillez engañada o Tiranía paterna, Infierno
monacal, Paraíso monacal, Antisátira, Cartas
familiares, Defensa de las mujeres contra Horacio Plata, Contra
el lujo de las mujeres, La defensa de las mujeres y El
candor engañado, son algunas de ellas.
Versiones de tendencias parecidas a lo que más tarde, hace Sor
Juana Inés en la América colonial. Durante el período de la Ilustración se
destacan muchas figuras de mujeres francesas.
Según afirma Martino estas mujeres "contribuyen con la difusión
de la concepción racionalista del derecho natural… (187).
Apunta que "las mujeres cartesianas decidieron, en el XVII,
pasar del terreno metafísico al político" (188).
Entre ellas: Madame de
Lambert, educada en el escepticismo y La marquesa de Chatelet, figura
controversial de la época. Esta
abandona su primer matrimonio para irse a convivir con Voltaire.
Los intereses de la Marquesa eran más bien científicos.
Estudió con Pierre Louis de Maupertuis y Alexis Claude Cairaut,
académicos newtonianos del momento y estudiosos de Leibniz. Cuentan que la Marquesa se disfrazaba de hombre para asistir
a las reuniones científicas. Apunta
Martino en su libro que fue esta mujer quien inició a Voltaire en el
estudio de la ciencia y obstaculizó su interés por la literatura.
Elementos de la figura de Newton, es un libro escrito por
ambos, pero atribuido solamente a Voltaire por mucho tiempo.
Uno de sus libros: Instituciones
de física, estuvo envuelto en una controversia de plagio, porque
Koenig había revisado su manuscrito.
Sin embargo, la Marquesa fue reconocida como la autora de esta
obra. Su filosofía intentaba
conciliar las ideas de Newton con las de Leibniz.
Las inglesas se inclinaron más por una filosofía de pensamiento
educativo y feminista. Mary Wollstonecraft escribió varios textos al respecto.
Entre las filósofas del siglo XIX se
destaca Madame de Stael. Se
interesó por los estudios morales, la filosofía y la religión.
Surge un movimiento llamado Romantik, de raíz alemana, donde se
fragua la idea de la feminidad basada en unos textos de Friedrich
Schelegel. El derroche de
autoras filósofas es interminable en este período también.
Sin embargo, observamos una constante en las mujeres filósofas.
Deseo destacar la figura de
Marianna Florenzi Waddington (1802-1870).
Esta italiana estudió filosofía y mantuvo una larga comunicación
epistolar con el rey Luis I de Baviera.
Se conservan más de dos mil cartas entre ellos.
Se interesó por el mundo filosófico germánico y se escribió con
Schelling y Víctor Cousin. Fue
traductora de la obra Bruno de
Schelling. Sin embargo,
Florenzi Waddington puso interés en el pensamiento filosófico de la
naturaleza, en el conocimiento racional y a
priori del mundo objetivo, en la construcción de un sistema lógico y
en el mundo natural orgánico e inorgánico, entre otras ideas.
El interés por el pensamiento de carácter y base moral, los
escritos que nacen en los conventos y que se vuelven escritos teológicos,
la denuncia y defensa de la mujer y la visión femenina, el tema de la
ciencia y la teoría y los textos de disputa o de reacción filosófica. El siglo XIX promovió mucho la literatura. Sus pensadoras se
vincularon con otras facetas y movimientos políticos, obreros,
feministas, científicos y teológicos. La
conciencia artística permea en los textos de las pensadoras del Siglo
XIX. Por otro lado, el romanticismo tuvo figuras
sumidas en la tristeza, ocultas, desesperadas, subyugadas por ideas y
conceptos políticos, sociales y familiares.
Muchas de ellas escribían a escondidas, se carteaban a escondidas
y luchaban por emerger de posiciones secundarias en sus ámbitos.
Entre estas puedo mencionar a Paulina Leopardi, Sofía Bers Tolstoi
y Anna Grigorievna Dostoiesvskaia, la segunda esposa de Fiodor Dostoievski.
Bajo el ala de figuras importantes, a veces dedicaban su vida a la
pareja o a la familia, limitándose u ocultando sus ideas y escritos.
Místicas, cínicas, positivistas, científicas,
sociales, filosóficas o esotéricas… La mujer filósofa anuncia albores
y denuncia. También
revoluciona con su pensamiento. Muchas
de ellas se formaron cerca de una figura masculina de nombre.
La hermana de Nietzsche, Elisabeth, la amante de Rilke, Louise (Lou)
von Salomé, Ana Freud, hija del psicoanalista, todas ellas influencian,
infunden, persuaden y crean. El siglo XX trae crisis de racionalidad, apertura de conflictos, nuevas
ideas, ideales de progreso, movimientos políticos, vanguardias, metodologías
nuevas, posturas religiosas, revoluciones psicológicas y antropológicas,
ciencia, homosexualismo, nuevas expresiones artísticas, pedagogía científica,
crisis económicas y sociales, guerras etc.
Las mujeres filósofas contemporáneas asumen e incluyen las nuevas
tendencias, preocupaciones e ideas del mundo contemporáneo.
El tema del totalitarismo y el holocausto aparecen.
Son Simone Weil y Hannah Arendt, las que más introducen estos
temas en sus trabajos. Italia
produce muchísimas figuras femeninas.
Cecilia Motzo Dentice d'Accadia aportó con la fundación de un
Instituto para la enseñanza de la filosofía en el 1922.
Las décadas de los 60, 70 y 80 producen otro sinnúmero de filósofas,
escritoras, políticas y teólogas. El
escenario histórico incluye mujeres en el campo del marxismo, neomarxismo
y liberalismo. Algunas son:
Joan Violet Robinson (1903-1983), con sus estudios de economía,
Rossana Rossanda (1924), con sus ideas neomarxistas y feministas, Agnes
Heller (1929), discípula de Gyorgy Lukàcs, entre sus libros destacan La ética de Aristóteles (1959), entre otros.
Otras filósofas, se dedicaron a expandir las ideas del feminismo
radical. Varias
norteamericanas escriben y defienden estas ideas. Otras como Luce Irigaray sobresalen en el campo filosófico
feminista. Margaret Mead,
aportó en el área de la antropología sexual y María Kokoszynska junto
a la inglesa Lizzie Susan Stebbing, se
han dedicado al estudio de la filosofía de la ciencia.
Vertientes de la filosofía como los acercamientos ecológico-filosóficos,
la filosofía del arte, la mística contemporánea, el estructuralismo y
la postmodernidad, la ética feminista y la filosofía y el sexo, hacen
eco en muchas pensadoras del siglo XX.
A lo largo del tiempo, son profusas las pensadoras italianas,
francesas, inglesas, alemanas y norteamericanas, siendo de menos producción
en este campo las mujeres filósofas españolas.[8]
Sin embargo, el tiempo por diversas razones ha ido silenciando las
obras de todas estas mujeres pensadoras.
Las nuevas tendencias norteamericanas buscan hoy el resurgimiento y
la reconsideración de la mujer filósofa en los ámbitos intelectuales.
Han surgido instituciones, sociedades de filosofía, movimientos de
liberación femenina…Todas éstas se ha enfocado en la libertad de
expresión de grupos marginales femeninos.
Existen también, grupos de mujeres filósofas en defensa de la
mujer negra. Trabajos como los de Cecile T. Tougas y Sara Ebenreck
demuestran la preocupación por la representación de las mujeres filósofas
contemporáneas. El libro Presenting
Women Philosophers, incluye nombres de mujeres que al presente dedican
su vida al estudio de la filosofía desde el pasado hasta hoy.
Mujeres, filósofas, escritoras que dedican parte de sus vidas al
estudio del pensar femenino. Unas
profesoras, directoras de departamentos de filosofía en universidades
reconocidas, investigadoras, y otras miembros de la Sociedad para el
Estudio de la Mujer Filósofa.
Entre ellas, se mencionan en el libro a:
Tracy Adams, Lisa A. Bergin, Karin Brown, Katie Geneva Cannon, Veda
A. Cobb-Stevens, Jane Duran, Therese B. Dykeman, Marilyn Fischer, Jo Ellen
Jacobs, Helen J. John, Gerda Lerner, Elizabeth Kamarch Munnich, Beatrice
K. Nelson, Andrea Nye, Patricia J. O'Connor, Sheri Stone Mediatore, Mary
Ellen Waithe, Mary Helen Washington y Ann Willeford.
Estas
estudiosas y escritoras, han trabajado con diferentes mujeres filósofas
de la historia y se especializan en la enseñanza y la investigación
filosófica. Volver a recapitular los temas, revivir los
nombres, publicar viejas ediciones, revisar los trabajos, publicar
estudios de las obras de las pasadas filósofas, resucitar voces históricas,
revivir ideas, recapitular y hacer justicia, son algunos de los nuevos
propósitos de muchas figuras intelectuales del campo de la filosofía
contemporánea. Por muchas
razones, por prejuicios de género o consecuencias de la historia, los
trabajos de las filósofas en el tiempo se fueron apagando, enclaustrando,
escondiendo y silenciando. Es
hora de retomar e iniciar el diálogo con las pensadoras de la historia. Las omisiones no pueden ya existir. No se puede vedar la palabra escrita del pensar filosófico
femenino. No podemos seguir
enmarcando la filosofía desde los parámetros tradicionales aristotélicos,
o limitar el pensamiento a las estructuras masculinas que han imperado a
lo largo del tiempo. Romper
el canon, ir más allá de lo establecido en el género es una
responsabilidad intelectual permanente.
Hay que transformar la visión, practicar las nuevas ideas, borrar
las falsas concepciones o argumentos e invitar al reconocimiento del
pensar histórico femenino, más allá del canon. NOTAS [1]
El libro Presenting
Women Philosophers fue editado por las académicas Cecile T.
Tougas y Sara Ebenreck. Publicado
por la Editorial de la Universidad de Temple en el 2000.
Este estudio ha sido crucial en esta investigación para la
información de las filósofas contemporáneas y para el carácter de
defensa feminista que se adhiere al tono de este trabajo.
Es una compilación de distintos ensayos de escritoras, críticas
y filósofas contemporáneas. [2]
Giulio de
Martino y Marina Bruzzese son los autores del libro Las
filósofas: Las mujeres
protagonistas en la historia del pensamiento.
Este libro es importantísimo a la hora de trazar una cronología
de la presencia de la mujer filósofa en la historia hasta el siglo
XX. Ha sido un texto
fundamental para este estudio. [3]
Consúltese el libro El
matriarcado de Johann Jacob Bachofen publicado en Madrid, Akal,
1987. Este estudioso
también tiene un texto donde elabora el sentido femenino y los
simbolismos de los ritos funerarios.
Ver Il simbolismo
funerario degle antichi, de Nápoles, Guida, 1989.
[4]
En mi libro
El fantástico femenino en España y América… dedico un capítulo
al significado de los mitos y arquetipos universales femeninos. [5]
Hay que señalar
que de Martino también apunta a las funciones religiosas de la mujer
en los tiempos antiguos. El
trabajo de sacerdotisa, sus vínculos con los oráculos y todo este
tipo de acercamiento religioso, le otorga ya de por sí una tendencia
que puede vincular y asociar más a la mujer con los estilos del
pensamiento pitagórico de la época y con la Escuela de Pitágoras.
[6]
Muchas de
estas mujeres se destacaron por sus influencias políticas.
Algunas eran reinas poderosas e influyentes.
Cabe mencionar a las macedonias Olimíada y Arsínoe II. La famosa Cleopatra, también se destacó y siempre fue símbolo
de mujer de razón astuta. [7]
Tomo la cita
del libro Las filósofas de Giulio Martino y Marina Bruzzese.
Ver más detalles sobre la relación de Isabel con Descartes en
este libro. [8]
En el Apéndice de Las
filósofas: Las mujeres
protagonistas en la historia del pensamiento, Alicia H. Puleo
indica que las españolas no han sido muy prolíficas en la producción
filosófica. No obstante, cita y enumera a lo largo del tiempo aquellas
que se han destacado. Hago
objeto de este señalamiento, por ser un dato curioso.
Quizás la fuerte tradición hispana masculina ha hecho que las
mujeres españolas se hayan retraído en los ámbitos filosóficos.
Por otro lado, menciona a escritoras como María de Zayas,
Emilia Pardo Bazán y otras que han obtenido un reconocimiento en el
campo literario. OBRAS
CITADAS De Martino, Giulio y Marina Bruzzese.
Las filósofas.
Las mujeres protagonistas en la
historia del pensamiento.
Madrid: Cátedra,
2000. Tougas T., Cecile and Sara Ebenreck. Presenting Women Philosophers. Philadelphia: Temple UP, 2000. |
Dra. Zoé Jiménez Corretjer
Ponencia presentada en el Congreso de la Asociación de Literatura Femenina Hispánica del 24 al 27 de octubre 2007 y que forma parte del libro:
"La mano que escribe: Literatura, arte y pensamiento" (2007) de Zoé Jiménez Corretjer que acaba de ser publicado.
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