El Buitre promulga
“diseñar” meticulosamente
el campo de Treblinka
y el nazi Stangl responde.
Infinidad de almas
yacen al finalizar las “entregas”.
Cayó el telón.
La obra no es la misma
pero el atavismo sigue vigente
en otros tiempos
otros ámbitos
otros estigmas
otras esencias
otras, otros…
que a través de las centurias reciben
la perdurable panacea de SIMÓN:
“YO NO TE OLVIDÉ”.