Infinito |
Sentí
su llegada como se presienten la noche y el día, Como
dos cómplices regodeándose de sus fechorías. Sentí
su presencia como se presienten los pétalos de una flor, Suaves
y cálidos. Sentí
su aroma, un aroma de tierra, de hogar. Sentí
los embates del destino, El
camino antes recorrido Y
la explosión del universo. Y
sentí su silencio, Un
silencio de muerte, Sin
retorno, sin fin. |
Miriam O. Ibarra
De "Poemario"
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