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Explosión difusa, lenta, horizontal y definida
Eduardo Ibarra Aguirre
eduardoibarra@prodigy.net.mx

Una frase pronunciada por Jesús Murillo resume la postura del gobierno de Enrique Peña sobre la naturaleza de la explosión que se registró el pasado jueves en el edificio B2 de Petróleos Mexicanos, y que ocasionó la muerte de 37 personas y un centenar de heridos: “Fue una explosión difusa, lenta, horizontal y perfectamente definida”.

La explosión (“evento” insisten en llamarla) se originó por la acumulación de gas. Y el procurador descartó por completo la posibilidad de un atentado. Todo ello de acuerdo a la investigación realizada durante poco más de cuatro días por la Procuraduría General de la República, las secretarías de Gobernación, Defensa, Marina y Energía; Pemex, originalmente el Gobierno del Distrito Federal –aunque ahora Miguel Ángel Mancera puntualiza que la investigación en torno a lo sucedido el día 31 “quedó exclusivamente en manos de las autoridades federales”– y la Policía Federal; expertos de la Universidad Nacional y del Instituto Politécnico, de España, Estados Unidos e Inglaterra.

La larga lista de participantes se incrementará aún con representantes de las cámaras de Diputados y de Senadores, cuando la tesis básica ya recorrió todas las latitudes, en una desacostumbrada reacción gubernamental, misma que resulta explicable por tratarse de la joya de la corona, de la principal empresa aún nacional y que Hacienda ordeña desmesuradamente. Explicable también por el proyecto del “nuevo PRI” para abrir mucho más a Pemex a la inversión privada trasnacional y mexicana.

Inversión que en el lenguaje político que usa Peña Nieto no significa privatización y hasta regaña a los que se atreven a llamar a las cosas por su nombre, en el país de la simulación hecha práctica ordinaria. Sabedor de que el verbo privatizar es uno de los más desprestigiados, tras las ventas de garaje realizadas por Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, de 1982 a 2000, a los amigos y socios locales, y para los dueños de la aldea global.

Sin el caro proyecto privatizador de Pemex no sería tan comprensible la diligente y multitudinaria reacción gubernamental ante la tragedia en avenida Marina Nacional, poniendo incluso en riesgo innecesario la integridad física del mexiquense de Atlacomulco, pues su presencia o no en el lugar del siniestro (“evento”, insiste el abogado y economista Emilio Lozoya, exconsejero de la trasnacional OHL y director de Pemex) no aportó nada a las víctimas ni al país. Nada más la foto.

Pero después del niño ahogado por segunda ocasión bajo gobiernos priístas, los gobernantes precisan de evitar que termine abruptamente la luna de miel entre Enrique Peña y buena parte de los gobernados, prolongada por el duopolio de la televisión y el oligopolio radiofónico que la facturarán con toda puntualidad.

Establecida la tesis de que no se trató de un atentado, como arrojó preliminarmente la investigación ministerial y los expertos que intervinieron la avalaron, la tarea de difusión y sobre todo de convencimiento es gigantesca, en un país que padeció y padece tantas simulaciones –la más reciente es que el partido tricolor, el de EPN, no rebasó el gasto de campaña–, que terminaron por hacerlo descreído, sospechosista diría el presunto otorgador de permisos para sus amigos dueños de casinos.

El sábado compartí mesa en la comida por el bautizo de Paulina Gallardo García con seis personas informadas y con estudios universitarios, todas defendieron la hipótesis del atentado. No refuté a nadie porque recordé que la percepción puede terminar por opacar y hasta tergiversar la realidad. “Percepción mata realidad”, dicen con singular simplismo. No lo sé, pero en política importa tanto lo que es como lo que lo parece ser.

Acuse de recibo

Desde ayer (31-I-13), desde este despacho donde trabajo veo que la SCJN tiene por consigna no reconocer los derechos laborales como derechos humanos. Con ello, el gobierno mexicano o por lo menos la SCJN está violando y ayudando al PRI a violar el PIDESC, que México ratificó en 1981. Es por eso que ahora que el Protocolo Facultativo (PF) del PIDESC está abierto a ratificación, México bajo el PRIANATO jamás lo hará. PIDESC quiere decir Pacto Internacional (de la ONU) de los Derechos (Humanos) Económicos, Sociales y Culturales. EPN y sus cómplices están violando el derecho internacional”. El comentario es de Marisol Cervantes sobre Decisión unánime de ministros (1-II-13)… Norma Esperanza Falcón Ruiz concluye sobre Cruzada contra un reto ancestral (23-I-13): “Para combatir el hambre, la pobreza extrema, es con el enfrentamiento sin tregua contra la corrupción e impunidad en sus diversas manifestaciones, debe ser la preocupación y el desafío principal de nuestra sociedad”… Guillermo Robles Garnica insiste desde Alicante, España: “Ahora resta exigir que sea extensivo (el respeto al debido proceso) a los presos en casos similares y sin ir mas lejos empezar con Atenco”... En letras-uruguay.espaciolatino.com ya puede usted leer una docena de textos del libro digital Remembranzas.

1 de febrero de 2013

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