Balada de la esclavitud sexual

poema de Ricardo Ibarlucía

de "La ópera de cinco guitas"

El tipo del que hablo es Satán mismo.
¡El tiene el cuerno! Y los demás: ¡cornudos!

¡Un gran canalla! ¡Maldito cafishio!
¿Quién va a noquearlo, si no una mina?

Del polvo viene el hombre y vuelve a él.

Esclavo es el del sexo y del placer.
     Se caga en la Biblia, también en la ley,

     y quiere que lo sirvan como un rey.
     Las minas le parecen inferiores

     y trata de comprarlas con sus flores.
     De día las chamuya con su verso,

     de noche se las monta el muy perverso.

A muchos los balearon por la guita,
¡al más espiritual, por unas faldas!

Políticos, milicos, curas, sátrapas:
¿quién va a enterrarlos, si no unas putitas?

Del polvo viene el hombre y vuelve a él.

Esclavo es del sexo y del placer.
     Cristiano, moishe, krishna, ateo, musulmán,

     peroncho, zurdo, facho, radical:

     comparten todos la misma opinión:

     las minas sólo están para el colchón.
     De día las chamuyan con su verso,

     de noche se las montan los perversos.

Van a crucificar a un pobre Cristo

que con las minas se pasó de vivo.
Usó a las hembras siempre de carnada

y va a pagar muy caro la piolada.
Van a colgarlo por una mujer.
Esclavo es el del sexo y del placer.
     La pobre Magdalena al tipo entregó

     y como Judas plata recibió.
     De a poco empieza el hombre a entender:

     la concha un sepulcro puede ser.
     El hombre cree que es el sexo fuerte

     y cae rendido en brazos de la muerte.

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