América sin más nombre que tu solo nombre,
sin más hoy que el que nos dejaron,
fénix de la tristeza, fragua de la alegría.
Tierra de los diaguitas, incas, toltecas, mapuches,
pampas, matacos, tehuelches, chiuanos, kaiapos,
no quedan más que memorias de sus tambores lejanos.
“América de los americanos, América de todo el orbe”,
continente donde se mezclan sangres y amores;
indios, colonos, conquistadores; que hoy somos tu sal y tu siembra.
América de Whitman, Neruda, Vallejo, de Luis Franco,
Martí, Javier Heraud, Jorge Ramponi.
Suelo de caudillos y esclavos,
horizonte del horizonte, las nuevas indias
Colones y Magallanes, los Cortés, “el Che”, Sandino.
América conectada con oriente en el pasado,
la de la coca, el peyolt, el pescado y la chicha.
Comarcas del Machu Pichu, el Titicaca y el Ande.
La de la cruz y la espada; mitos, leyendas,
brujos y sacrificios, “civilización”, mártires.
América de Tupac Amaru, hollada por la tortura
los soles y los quebrantos, la muerte y los centenarios.
Elegía de la esperanza. crisol de razas y llantos,
letanía de tantos hombres, América de los antepasados.
América con la ilusión de la “Ciudad de los Césares”,
el oro se lo llevaron y no quedan más que sueños,
para escribir este canto. |