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Huir del pequeño diente hundido
en el atardecer de tu frente.
Virginal como una paloma negra,
como el pan o una retardada mental.
Hincado.
El ojo inyectado sale de su órbita y empieza
a caer, pasa por tu frente ahora oblicua,
resbala por tu nariz.
Las ilusiones son condenatorias
y los jueces sexuales imparciales.
Los hechos son ilusorios y los jueces eunucos.
Tus ojos miran el cielo hambrientos.
Tus ojos cielos, tienen apuro en deshacerse
del cuerpo del ojo.
Mi ojo penetrado. Mi boca empalagada
con los dulces de tu pelo.
Tu pelo colmando mi apetito
registrado en la guía turística de tus montañas,
tus lagos y tus cavernas.
Los dientes mastican visiones, todas mis miradas.
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