Rafael Ramírez Castañeda Un pensador que sigue diciendo… por Dr. Santos Hernández Medina |
Hay
hombres que desaparecen físicamente, pero espiritualmente siguen viviendo
con su pueblo. Su obra los inmortaliza para bien del hombre y su país.
Es éste el caso del Maestro mexicano Rafael Ramírez Castañeda.
Un hombre humanista erudito, que hizo de su filosofía de la educación un
programa para la formación humana, mediante el saber, la axiología de la
acción y la comunicación humana.
Para entender el pensamiento filosófico y el concepto de educación del Maestro Rafael Ramírez Castañeda, no tendríamos que buscar más allá de sus acertadas reflexiones y acciones, ya que se muestran por sí mismas. Su ética se devela en su actuar, impregnada de un humanismo cívico que le dio el fundamento filosófico a su quehacer pedagógico. Redimensionar
la profundidad de su quehacer educativo en el contexto actual es muy
complejo; sin embargo me aboqué en
este trabajo a su filosofía y a su mística, la cuales durante décadas
iluminaron el camino de la escuela normalista mexicana. Filosofía y mística
que desde hace mucho tiempo, persiste solo en algunos maestros rurales,
quienes las conservan con ahínco y apego a los principios filosóficos de
la escuela rural mexicana. Pero también hay que reconocer que un gran
sector, principalmente de jóvenes maestros
ha echado en
el baúl de los recuerdos esta inigualable filosofía de la educación. La
obra filosófica educativa que implementó el distinguido profesor Ramírez,
manifiesta
su profundo amor a la clase más necesitada del pueblo mexicano. En los
campos del territorio nacional se ve aún la huella inequívoca de este
gran pensador. Puso
el mayor énfasis para que su proyecto educativo fuera realmente
socializador y no se quedara únicamente en las cuatro paredes de la
escuela, sino se integrara de
manera permanente con todo el contexto social de la comunidad, porque sólo
de esta manera la escuela cumplía con su verdadera función emancipadora
de enraizar un pensamiento creativo en toda la vida social e individual,
involucrando para ello a la gente adulta. Su
trabajo pedagógico resalta este concepto de educación humanista, porque
en él se fundamenta el éxito de su obra educativa rural. Educar al
adulto fue la palanca que le dio impulso a todo el engranaje social que
constituía la prioridad de la educación rural, pues en ella descansaba
la epistemología raigal de su proyecto educativo, eminentemente socio –
cultural. En
los tres capítulos, que integran este trabajo queda de manifiesto, la
visión creadora de Ramírez,
que le permitió tener siempre una concepción
progresista de la educación, permitiendo la formación de
nuevas generaciones capaces de cambiar su propia realidad, teniendo
como punto de partida su entorno social. En
el desarrollo de esta investigación, se plasma la concepción del Maestro
Ramírez, sobre la escuela rural, considerándola como el eje rector para
transformar la ideología de la gente del campo, en bien propio y de la
nación mexicana. Un programa para preparar a los niños, por medio de una
educación libre, espontánea,
sensible y humanitaria, capaz de cambiar estilos de vidas y
mentalidades. Innumerables
fueron las enseñanzas que nos legó la vida personal del gran maestro, su
desapego a los bienes materiales y a las conquistas monetarias, y por el
contrario, su celo en el cumplimiento del deber y su valor civil a toda
prueba. Como
ser humano fue un hombre íntegro, talentoso, patriota y honrado. Cuando
se trazaba una meta no lo desviaban ni los intereses mezquinos ni el poder
político o económico. Fue el pionero en la transformación de la educación
rural mexicana en la época posrevolucionaria, dejando una obra material y
humana imperecedera que vemos todavía a
lo largo y ancho de nuestro país. Su
filosofía humanista, se revela en la forma en que enfocó el problema de
la educación. Para él una educación es buena o mala en la medida en que
atiende y resuelve los problemas individuales y colectivos, demostrando su
alto espíritu de
condición humana. En ninguna época, se ha podido educar de
espaldas a la historia, con olvido del pueblo, con menosprecio de sus
anhelos. Y la obra filosófica – educativa de Ramírez Castañeda es un
paradigma insoslayable. La
tesis, en función del objeto de investigación ha dado respuesta a la
pregunta científica, probado
la hipótesis y cumplido los
objetivos planteados, a saber: 1.
- Su filosofía de la educación, fundada en un humanismo que enaltece
la condición humana, por sobre todas las circunstancias,
concibe la misión de la escuela como una fragua de espíritus,
vinculada a la vida y a la sociedad. Formar hombres de ciencia y con
conciencia, es su propósito primario. Por eso sus ideas positivistas y
las ideas del instrumentalismo de Dewey, no desviaron su camino. Todo lo
contrario, supo aterrizar a
la realidad mexicana su teoría y praxis, así como sustituir el estudio
dogmático por el razonado de las ciencias naturales y sociales. La
escuela excitará, desarrollará y dirigirá las aptitudes propias de cada
alumno, a fin de que con la totalidad del propio valor individual no sólo
sea un miembro útil a la sociedad, sino que, como consecuencia, eleve
proporcionalmente el valor de la colectividad. Enseñará
los verdaderos deberes sociales, de conformidad con la justa máxima: No
hay deberes sin derechos; no hay derechos sin deberes. Deseando que
la labor intelectual de la Escuela sea fructífera en lo porvenir, además,
no se educa íntegramente al hombre sólo disciplinando su inteligencia,
haciendo caso omiso de la corazón, la sensibilidad
y la voluntad. Bajo
estos principios filosóficos íntegros del ser humano se vislumbra la
filosofía humanista del Maestro Ramírez, de su concepción del ser y
deber ser del hombre, reflejando con ello el conocimiento profundo que tenía
de la problemática de la educación, en general, y la
rural, en particular. Sensibilidad que logró desarrollar no sólo
en la escuela donde su proyecto funcionaba, sino en la comunidad completa.
2.-
Ramírez tenía muy bien definida su propia misión filosófico -
pedagógica. Consideraba como
guía educativa a las ciencias del hombre, en pos del mejoramiento
humano, pero sin olvidar la espiritualidad del maestro como sujeto que guía
y orienta el proceso educativo. 3.-
La ideología de Ramírez sobre la escuela rural, la aplicaba bajo
el siguiente principio rector: los grupos humanos, como el rural, económicamente
castigados y culturalmente olvidados, necesitan instituciones educadoras
concebidas bajo estos preceptos, para que respondan a sus propias
necesidades. Escuela para adultos, escuela para niños y escuela para la
comunidad. La escuela rural diseñada por el profesor Ramírez realizaba
estas funciones: atender la educación formal de los educandos, capacitar
y reeducar a los adultos, y capacitar
y orientar a la comunidad para que ella misma se transformara
y lograra mejores niveles de vida.
Una educación no pragmática – utilitarista, sino sembradora de
caminos. Esto
constituyó la piedra angular que permitió a la escuela rural lograr su máximo
esplendor, rescatando los ideales que le dieron fundamento a la revolución
mexicana. 4.-
Con las nuevas generación formadas en la escuelas rurales, se buscaba la
famosa declaración revolucionaria que influenció en su vida profesional:
los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derecho, no puede haber
diferencias sociales y si las hay, mientras unos abusan y tiranizan, los
otros protestan y odian; la rebeldía es una tendencia niveladora, y por
tanto, racional y natural. Se trata de una filosofía humanista con
fuertes raíces identitarias. En su visión
sociocultural, se lucha por la emancipación de
los oprimidos, de los explotados, quienes han de ser rebeldes,
porque han de recabar sus derechos hasta lograr su completa y perfecta
participación en el patrimonio universal o concierto de las naciones. 5.-
Se manifiesta la pasión de Ramírez, por fomentar los valores en los
educandos cuando expresaba que no se debía inculcar odios, adhesiones, ni
rebeldías a los niños, que son deberes y sentimientos propios de los
adultos; en otros términos, no procura
tomar el fruto antes de haberlo producido por el cultivo, ni quería
atribuir una responsabilidad sin haber dotado a la conciencia
de las condiciones que han de constituir su fundamento: “aprendan
los niños a ser hombres, y cuando lo sean, declárense en buena hora en
rebeldía”. Como
en ese momento enfrentarán la guerra más difícil que todo ser humano
enfrenta, la guerra consigo mismo, se tendrá que vencer el odio, la apatía,
la intolerancia, la injusticia. En
su filosofía, todas las actitudes negativas que
posee el ser humano deben ser sustituidas por la
sabiduría, la bondad, la tolerancia, la justicia, como
resultado de su propio conocimiento y valores. Sólo después de
estar en paz con uno mismo se puede
aspirar a alcanzar la madurez espiritual que
da la conciencia de los actos. Una profunda filosofía de la
educación que encauza acciones, revela humanidad y despierta semillas
dormidas. 6.-
Es indiscutible que el profesor Rafael Ramírez Castañeda fue un gran
pensador que se adelantó a su tiempo, como todo buen reformista
revolucionario. Tuvo la sensibilidad de conocer de manera profunda la
problemática de la educación rural y no sólo conocerla, sino actuar,
buscando la mejoría constante de la misma, para beneficio de las clases más
desprotegidas, a través de una pedagogía de la acción tomando al alumno
como sujeto y principal actor de su propio cambio social. Ramírez
no es realmente un Filósofo
profesional, pero hizo filosofía profunda desde la educación y la
cultura. Es indudable que su obra trascendió la realidad mexicana y sigue trascendiendo, pues los objetivos que él encauzó aún no se han cumplido en toda sus determinaciones y expresiones humanas. Su filosofía educativa continúa alumbrando nuevos derroteros para las generaciones actuales y las por venir. Es que las obras grandes, adecuándose a los nuevos tiempos, nunca fenecen. Siguen haciendo y diciendo, porque expresan el espíritu del pueblo, sus necesidades e intereses. Sencillamente, su utopía deviene realidad, y la realidad misma es fuente de nuevas utopías y realizaciones. |
por
Dr. Santos Hernández Medina
santos_arturo@hotmail.com
Ver, además:
Rafael Ramírez Castañeda en Letras Uruguay
Dr. Santos Arturo Hernández Medina en Letras Uruguay
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