Prelusión |
Por largo tiempo traté de imitar tus metros y tu estilo ramas de un sauce que se quiebran y lloran pero ahora veo que desde tus vestales resurge una esfera plana y que angelicalmente escuchas una voz muerta y agrietada es porque has hablado con tus manos y has roto los pergaminos que encerraban tu sabiduría Has preferido encerrarte dentro de una mandrágora y desde allí decirnos que el tiempo es otro y que tú también eres ya otro nosotros venimos a ti para escuchar la historia que no conocemos tus palabras suenan líquidas con la lluvia tus ojos ven sombras que no podemos ver sólo queremos un guía en este camino no venimos a salmodiarte como si fueras un dios terrestre es sólo que escuchamos el llamado y emprendemos una travesía por los cuatro costados de nuestra herida humana tu vagina es la herida que queremos sanar con nuestras voces el pez nos mira distante desde la arena del fondo y brinda con nosotros por nuestra futura recua y espanto Ahora, prosigue a descubrir nuestras formas y colores es una anunciación del espanto de vírgenes en vela y del negror de los rostros ángeles extasiados rondando por los callejones esta plazoleta no tiene nada de ti Acaso hablaré en el vacío de tu rostro o buscaré tus pasos detrás de tu cabellera de fuego o haré muchas cosas para encontrarte y no comprenderte tantos rostros y no poder comprender a ninguna La vida es un vidrio desquiciado que nos entrega sus fragmentos por minutos y nos hinca los pies La sangre sobre el pedrusco del camino nos indica nuestro sexo nuestro olor a animales muertos y la fiebre que vino a rondar al séptimo día |
Paul Guillén
de La transformación de los metales (1999-2005)
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