El desterrado 
Osvaldo Guevara

El río.
            Aquí desata
su polvareda de metal y crines.
Sus cascos. Su pedrada:
el agua quiere irse.

Mi boca es un puñado de hojas duras.
Bajo el agua ha de abrirse
su breve hoguera, su herradura roja,
su fragor hosco y firme.

En el fondo, las piedras
como manos de muertos se derriten.
Las miro y las confieso:
las piedras quieren irse.

Mi frente pega al río
golpe de remo triste.
Mi frente quiere hundir sus brasas viejas.
No escucho lo que exige.

Peces curvos y rápidos
goteando se despiden.
Sus besos, sus burbujas:
los peces quieren irse.

Mi nariz contra el agua
sueña que se deslíe.
Perfumes la sospechan,
la descubren, la siguen.

Y la tarde: sandalias
d© errante sombra ciñe.
Su débil pie, su paso:
la tarde quiere irse.

Mi carne esta pensándose
a la deriva, tiburón y cisne.
Las costas lejos, lejos.
Cinturas y países.

Hasta aquí.
Río huyendo van caminos
con la distancia en ristre.
Hasta aquí.
Río huyendo Van olvidos.

Ah, yo no quiero irme.

Osvaldo Guevara
La garganta en verde claro

Ediciones "La calle" - Río Cuarto - 1964

Ir a índice de América

Ir a índice de Guevara, Osvaldo

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio