“Soy mujer,
escucha mi rugido, en números imposibles de ignorar”. Así comienza la
famosa canción de Helen Reddy, que en 1972 se convirtió en himno del
creciente movimiento por los derechos de las mujeres. A 45 años de su
debut, esta canción podría servir como banda sonora de una película que
documente el abusivo ascenso y la estrepitosa caída del magnate de
Hollywood Harvey Weinstein. Ojalá fuera tan solo una película. Hasta el
momento, 55 mujeres han tomado la valiente decisión de hablar
públicamente y han acusado a Weinstein de diversos delitos sexuales,
desde acoso sexual hasta violación. Esto colocó en primer plano el tema
de la violencia contra las mujeres en la vida estadounidense.
La ola de
declaraciones personales ya fue mucho más allá de Weinstein, y fue
canalizada en las redes sociales bajo la etiqueta “YoTambién” (“MeToo”,
en inglés), propuesta el domingo en un posteo por la actriz Alyssa
Milano. “Si todas las mujeres que han sido abusadas o acosadas
sexualmente escribieran ‘yo también’ en su estado, podríamos darles a
las personas una idea de la magnitud del problema”, escribió, y agregó:
“Si has sido acosada o agredida sexualmente, escribe ‘yo también’ en
respuesta a este tuit”. Más de medio millón de mujeres (y algunos
hombres también) han usado la etiqueta #YoTambién y expusieron en pocos
días lo generalizados que están los delitos de acoso sexual y violación.
Si bien
Alyssa Milano impulsó el movimiento “YoTambién” en el foro público, este
fue fundado hace 10 años por Tarana Burke, una feminista
afroestadounidense de larga trayectoria que actualmente se desempeña
como directora de programa en Girls for Gender Equity, una organización
que lucha por la igualdad de género.
Tarana Burke
relató en una entrevista para Democracy Now!: “Como sobreviviente de
violencia sexual, como una persona que se encontraba luchando por
averiguar cómo podía llegar a curarse, también veía personas jóvenes, y
particularmente a mujeres jóvenes de color, en la comunidad en la que
trabajaba, que luchaban con la misma problemática e intentaban hallar
una forma concreta de mostrar empatía. El ‘YoTambién’ es muy poderoso,
porque alguien me dijo eso y cambió el curso de mi proceso de curación”.
Los
perpetradores que son celebridades, así como las víctimas que también lo
son, pueden poner rápidamente un problema en primer plano. Pero Burke ha
estado trabajando durante décadas con gente común: “Por cada R. Kelly o
Bill Cosby o Harvey Weinstein, está el dueño de la tienda de
comestibles, el entrenador, el maestro, el vecino, que están haciendo lo
mismo… no le prestamos atención hasta que se trata de una gran
celebridad. Pero este trabajo es permanente, porque es un problema
generalizado”.
Alicia Garza,
una de las fundadoras del movimiento Black Lives Matter (“Las vidas
afroestadounidenses importan”, en español), también habló del tema en
Democracy Now!: “Primero quiero expresar mi profundo agradecimiento a
Tarana por crear este espacio para sobrevivientes como yo. Sin ese
espacio, no hubiera podido contar mi historia, y miles y miles de otras
personas que conozco no podrían contar sus historias”. Garza agregó:
“Este tipo de violencia es tan estadounidense como nuestra famosa tarta
de manzana”.
Además de la
avalancha de acusaciones que enfrenta Harvey Weinstein, el Departamento
de Policía de la Ciudad de Nueva York y Scotland Yard están realizando
nuevas investigaciones penales. Con este tema instalado en el debate
público, el director de Amazon Studios, Roy Price, se vio obligado a
renunciar cuando aparecieron acusaciones de haber acosado sexualmente a
una productora.
Todo esto
ocurre en el primer aniversario de la difusión de una grabación del
programa “Access Hollywood” de 2005, en la que Donald Trump fue
capturado por la cámara cuando presumía ante el presentador de
televisión Billy Bush sobre su acoso sexual hacia las mujeres: “Me
atraen automáticamente [las mujeres] bellas… Simplemente empiezo a
besarlas. Es como un imán. Simplemente las beso. Ni siquiera espero. Y
cuando eres una estrella, ellas te dejan hacerlo. Puedes hacer cualquier
cosa. […] Agarrarlas por el chocho. Puedes hacer cualquier cosa”. Sí,
así hablaba Donald Trump sobre agarrar a las mujeres de sus genitales y
“hacer cualquier cosa” con ellas.
Dos años más
tarde, en 2007, Summer Zervos, concursante del programa “El aprendiz”,
denunció que Trump la había agredido sexualmente: “Me abrazó por la
fuerza e intenté apartarlo. Empujé su pecho para que hubiera más espacio
entre nosotros. Luego dije ‘vamos, hombre, compórtate’ y él repetía mis
palabras lentamente, ‘compórtate’, mientras comenzaba a apoyar sus
genitales contra mi cuerpo. Intentó besarme de nuevo, incluso cuando mi
mano seguía sobre su pecho”.
Trump negó
las acusaciones de Zervos, así como otros testimonios similares de más
de una decena de mujeres que el año pasado lo acusaron públicamente de
haberlas agredido sexualmente. Trump prometió demandarlas después de las
elecciones. A la fecha, no lo ha hecho. Sin embargo, Zervos sí ha
presentado una demanda contra Trump, donde lo acusa de difamación por
usar su poderoso púlpito acosador (pongamos énfasis en la palabra
“acosador”) para tratarla de mentirosa. Como parte de su demanda, la
abogada de Zervos ha pedido que se cite a la campaña de Trump por todos
los documentos relacionados con su cliente y con otras mujeres que
declararon haber sufrido contacto inapropiado o no deseado por parte de
Trump.
Al terminar
la entrevista con Democracy Now!, Tarana Burke se quitó su suéter
animal-print y exhibió con orgullo su camiseta negra. Adelante, en
letras rosadas, se podía leer “Yo también”. Burke se dio vuelta con una
sonrisa. En la parte posterior, la consigna decía: “No estás sola… ¡Esto
es un movimiento!”. |