A pesar de que Mitt Romney aún no ganó por una
mayoría de votos en ninguna de las elecciones primarias republicanas
realizadas hasta el momento, logró una gran victoria en Florida. Luego de
que el candidato y los Comités de Acción Política (PAC, por sus siglas en
inglés) que lo apoyan inundaran las emisoras de radio con anuncios que
costaron millones de dólares en un estado donde prácticamente la mitad de
los propietarios están atormentados por las deudas hipotecarias, Romney
anunció explícitamente a quién quiere representar. Dijo en entrevista con la
periodista de CNN Soledad O’Brien: “Escucharemos al Partido Demócrata hablar
de los problemas que afligen a los pobres y es cierto que no es lindo ser
pobre, y tenemos una red de contención para ayudar a los más pobres. Mi
campaña está dirigida a los estadounidenses de clase media. Uno elige en qué
centrará su campaña. Puede centrar la atención en los ricos, ese no es mi
enfoque; puede centrar la atención en los más pobres, tampoco es mi enfoque.
Me interesa dirigirme a los estadounidenses de clase media”. Romney nos
asegura que “Mi interés no es dirigirme a los ciudadanos extremandamente
ricos, a ellos ya les va muy bien”. Él ha de saberlo perfectamente, ya que
posee una fortuna personal de 250 millones de dólares.
Su propia campaña está muy bien financiada, pero su éxito hasta el momento,
en particular frente a su principal rival Newt Gingrich, es el resultado de
grandes inyecciones de dinero a los denominados súper PAC, la nueva clase de
comités de acción política que pueden recibir una cantidad ilimitada de
fondos de particulares y empresas. Los súper PAC tienen prohibido por ley
coordinar sus actividades con la campaña de un candidato. Registros de la
Comisión Federal Electoral publicados el 31 de enero revelan que el
principal PAC que apoya a Romney, Restore Our Future (Restaurar nuestro
futuro), recaudó alrededor de 18 millones de dólares en el segundo semestre
de 2011 a través de aportes de tan solo 199 donantes. Entre ellos se
encuentran Alice Walton, que si bien figura en el informe como “estanciera”,
es más conocida por ser la heredera de la fortuna de Wal-Mart, y el famoso
inversionista de capitales de riesgo y multimillonario Samuel Zell, el
hombre a quien se le atribuye haber llevado a la quiebra a la empresa de
medios Tribune. William Koch, el tercero de los famosos hermanos Koch,
también donó dinero al súper-PAC de Romney.
Comparemos esos 199 donantes con el número de personas que viven en la
pobreza en Estados Unidos. Según las cifras más recientes del Departamento
de Censo de Estados Unidos, 46,2 millones de personas vivían en la pobreza
en 2010, un 15,1 por ciento de la población de Estados Unidos, el mayor
porcentaje en los 52 años desde que estas cifras comenzaron a publicarse.
2010 resultó ser el cuarto año consecutivo en que se registró un aumento
anual de la cantidad de personas que viven en la pobreza en este país.
En el discurso que pronunció tras su victoria en New Hampshire, Romney
afirmó: “El país ya tiene un líder que nos divide mediante la política
resentida de la envidia. Tenemos que ofrecer una visión alternativa. Estoy
preparado para conducir a este país por un camino diferente, donde seamos
impulsados por nuestro deseo de triunfar, en lugar de que nos hunda el
resentimiento al éxito.”.
A la mañana siguiente, el periodista de NBC Matt Lauer increpó a Romney:
“¿Ud. quiere decir que cualquiera que cuestione las políticas y las
prácticas de Wall Street y de las instituciones financieras, cualquiera que
tenga dudas acerca de la distribución de la riqueza y del poder en este país
es envidioso? ¿Se trata de envidia o se trata de justicia?” Romney reafirmó
su postura y fue aún más lejos: “Creo que se trata de envidia. Creo que se
trata de lucha de clases. El hecho de que el presidente aliente la idea de
dividir a Estados Unidos sobre la base del 99 por ciento contra el 1 por
ciento, teniendo en cuenta que las personas que han sido más exitosas son
las que están dentro del 1 por ciento, generó un nueva visión de este país
que es completamente inconsistente con el concepto de que somos una sola
nación ante Dios”.
¿Y no tener ninguna consideración por los más pobres es consistente? Romney
se confunde al criticar al Presidente Obama y al movimiento Occupy Wall
Street. Dejemos de lado por un momento que Occupy Wall Street es en general
muy crítico del Presidente Obama y en particular de algunos de sus
funcionarios, como el secretario del Tesoro Timothy Geithner (quién pasó de
pertenecer al Partido Republicano a ser independiente para poder estar en el
gobierno de Obama, pero cuyas posturas políticas permanecieron intactas), y
el ex asesor económico Larry Summers. Romney evidentemente no tiene idea de
qué se trata el movimiento Occupy Wall Street si cree que las decenas de
miles de personas que protestan y que a menudo deben enfrentar violencia
policial y corren el riesgo de ser arrestados, están allí por envidia. Como
planteó Matt Lauer en su pregunta: se trata de justicia.
En el mismo discurso pronunciado en New Hampshire, Romney afirmó: “El
Presidente Obama quiere transformar a Estados Unidos; nosotros queremos
restaurar a Estados Unidos para volver a los principios fundacionales que
hicieron grande a este país. Él quiere convertir a Estados Unidos en un
Estado de bienestar social al estilo europeo; nosotros queremos asegurarnos
de que continuaremos siendo un país libre y próspero, la tierra de las
oportunidades”. Palabras un tanto extrañas para un hombre que depositó 3
millones de dólares en una cuenta bancaria en Suiza. El repentino cierre de
su cuenta en el banco suizo UBS salta a la vista como su propia forma de
bienestar europeo. A esto se suma que, gracias a sus inversiones en paraísos
fiscales como Bermudas e Islas Caimán, la tasa impositiva de Romney en 2010
fue de un 13,9 por ciento, una cifra muy por debajo del 35 por ciento que
pagan las familias promedio de clase media a las que afirma representar.
Mientras continúa su campaña a través de la nación del 1 por ciento ante
Dios, Romney pasa de Florida, el estado con la mayor tasa de ejecuciones
hipotecarias del país, a Nevada, el estado con la mayor tasa de desempleo.
Es de esperar que le importen cada vez más no tanto los pobres, sino los
votos que probablemente ellos emitan en su contra. |