Amigos protectores de Letras-Uruguay

Los amigos de Granier

Agenor González Valencia

Hay de amigos a amigos. En la vida se tienen conocidos, compañeros de trabajo, personas que en alguna ocasión nos fueron presentadas por alguien, amigos a secas y verdaderos amigos. El trágico griego Esquilo, nos habla en la Orestiada, del valor que encierra, que contiene el concepto de la amistad. Es un lazo más fuerte que el de la sangre y es el estar presto a servir, sin condiciones, a quien como nuestro amigo haría lo mismo por nosotros. En esto de “hacer lo mismo”, radica todo el peso de la amistad, porque es un compromiso recíproco. No podemos pedir lealtad cuando somos incapaces de una correspondencia de la misma intensidad.

 

La amistad es un valor. Es permanente. No es transitoria. Al amigo se le demanda fidelidad. Pero, esa fidelidad demandada debe estar acompañada de dignidad. No es ético, no es correcto pedirle al amigo fidelidad perruna. Si somos secos de sentimiento, si somos indiferentes a los reclamos del amigo, si ponemos oídos sordos a sus personales angustias, tarde o temprano habremos de provocar heridas, resentimientos, en el ánimo de quien o quienes hemos lastimado con nuestro desdén o soberbia.

 

La lealtad tiene dos lados. Con quien o quienes recibimos lealtad, estamos obligados. El verbo es claro: ob-ligar, esto es, estar ligado con algo o con alguien, ¿a cuenta de qué?: de la lealtad recibida.

 

Sepa el general compartir la gloria con sus soldados. Sepa el general asumir los riesgos de la derrota. Sepan los soldados amar, respetar y obedecer a quien bien manda.

 

Estamos a medio sexenio del gobierno de Andrés Rafael Granier Melo. Lo recuerdo. Muy bien lo recuerdo, ese momento del gobierno de Neme en un homenaje a la memoria de Carlos A. Madrazo: no obstante estar presente allí frente al monumento del ciclón del Sureste, el gobernante en turno, la “cargada se inclinó” hacia aquél, cuyas luces para el porvenir, auguraban su triunfo. Roberto Madrazo, discretamente, en aquella ocasión, se unió a Neme para disipar sombras y ansias futuristas.

 

Hoy, como ayer, faltan dos años y medio, para que este sexenio concluya. Tiempo suficiente para que el gobernador haya analizado a quienes verdaderamente podrá contar, al final de su mandato, como sus amigos fieles. Tiempo habrá para saber quienes  serán leales más allá de su gobierno. Muchos, de los muchos que comenzaron, se habrán retirado en busca de nuevos cauces, resentidos, frustrados o satisfechos; otros, seguirán hasta el final, como aquellos soldados de Napoleón que al triunfo de la República conservaron vivo el rostro del jefe incomparable; otros, colmados de gratitud, sabedores de que la vida es efímera, fugaz, habrán pacientemente forjado un porvenir libre de preocupaciones. Otros, quizá, tal vez, estarán hasta hoy, esperando la mano generosa del amigo.

 

Si en la política hay grupos de intereses y de facciones, también los debe haber de verdaderos amigos. Cultivar estos últimos  no hace daño. Por el contrario, cuando hemos sido recíprocamente leales y fieles con ellos, sabrán correspondernos en los momentos en que las luces del escenario vayan desapareciendo, para dar paso, a las nuevas estrellas.

Dr. Agenor González Valencia
http://agenortabasco.blogspot.com/  
agenor15@hotmail.com  

Ir a índice de América

Ir a índice de González Valencia, Agenor

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio