Vamos en busca de las verdaderas mujeres
las oportunas
las que no tragan piedras
para hundirse en el océano de la prudencia
vamos todos al encuentro de las infieles
de las depravadas sin hastío ni límites territoriales
las desprendidas de su sexo
como se desprende de sus atavíos corporales un buen samaritano
vamos rastreando las pisadas de estas hembras
cuyo sacrificio ensalza las dichas de los hurgadores
y cuyo cuerpo es el alimento fidedigno
para las almas de apetitos insaciables
vamos al encuentro de estas mujeres
de estas bellacas paridas por el misterio
pues son el paladín de la lujuria
la bandera del sexo incontrolado
y la puerta sin trabas ni cerrojos
donde saciar los deseos más impetuosos del paraíso. |