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A ellos sólo los veo
una o dos veces por quincena
compartimos historias
angustias cotidianas
y el caldo que deja la faena
en su rutina por ganarse los frijoles y la vida
hablamos también de políticos
religión
actores de cine
comentamos los partidos del fin de semana
y nos cagamos particularmente
en el oficio mugriento
que resulta del ser diputado
en esta nación de sobrevivencia malograda
nos tomamos una o dos cuartas de guaro
con boquitas de chicharrón pezuña o pollo frito
nos reímos de chistes obscenos
acuchillamos de maravilla al tiempo
y cada quien regresa a su casa
con la digna condición de ser mejores esposos y ciudadanos
y con varios recuerdos apoltronados en el escritorio de la memoria
a ellos los veo muy pocas veces al mes
quizá por eso
aún no les he dicho “pedazos de hijueputas”
ni los he mandado como a un pariente entrometido
con toda determinación hacia la mierda. |
