El rabo del ojo
sin lugar a dudas
puede llegar a ser un instrumento eficaz
ya que puede ser utilizado
en la búsqueda sin fin de una entrepierna
para tener al margen al enemigo
también se puede desempeñar
en la inspección insana de un documento
para contar de soslayo las pecas en los pezones
para cerciorarse del recíproco asentimiento de otra mirada
para comprobar si el sospechoso aún sostiene el arma bajo su abrigo
en fin
el rabo del ojo vendría a ser
como el reloj exacto del perfeccionista
como el silbato oportuno para el obrero
como el beso de despedida para el cadete
y aun más
pues el rabo del ojo tiene la distinción
de no herir de muerte ninguna susceptibilidad
y deja complacido a su dueño
tal como si hubiese asistido a un banquete
sólo reservado para el buen gusto y el mantel de la perspicacia. |