Gombrowiczidas |
Witold
Gombrowicz y Martin Buber |
“El casamiento” es una obra oscura, sonámbula, extravagante; ni yo mismo sabría descifrarla por entero, tanta sombra hay en ella” Gombrowicz
empezó “El casamiento” durante la guerra con el propósito de
escribir la parodia de un drama genial al estilo de Shakespeare. Se
propuso mostrar a la humanidad en su paso de la iglesia de Dios a la
iglesia de los hombres, pero esta idea no le apareció al comienzo de la
obra, en la mitad del segundo acto todavía no sabía bien lo que quería.
“El casamiento” representa la teatralidad de la existencia, una
realidad creada a través de la forma que se vuelve contra Henri y lo
destruye. En esta obra Gombrowicz le abre la puerta a sus percepciones
proféticas. Es el sueño sobre una ceremonia religiosa y metafísica que
se celebra en un futuro trágico en el que el hombre advierte con horror
que se está formando a sí mismo de un modo imprevisible como un acorde
disonante entre el individuo y la forma. En esta pieza de teatro se cuenta el sueño de un soldado polaco alistado en el ejército francés que está peleando contra los alemanes en algún lugar de Francia. Durante el sueño se le abren paso las preocupaciones que tiene por su familia perdida en alguna de las provincias profundas de Polonia y se le despiertan los temores del hombre contemporáneo a caballo de dos épocas. Henri ve surgir de ese mundo onírico a su casa natal en Polonia, a sus padres y a su novia. |
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Martin Buber |
“Por
favor, no piensen que pueden permitírselo todo porque esto es una posada.
¿Pero qué es esto? ¡Eh! Les entran las ganas, también es una calamidad
que a esta arrastrada todos la quieran manosear, no piensan más que en
tocarla, todos la tocan y la sofaldan, día y noche, sin parar, siempre
igual, frotarla, sobarla, sofaldarla, y eso trae problemas (...) ¡No te
cases con ella! Porque el viejo borracho dijo la verdad” El
padre tenía una idea un tanto rancia sobre su autoridad sobre el hijo y
sobre la humanidad. Henri
utiliza, a efectos de alcanzar sus propósitos, un procedimiento drástico
para hacerse de la autoridad que le arrebata al padre y, por lo tanto, a
Dios. Sin
embargo, la verdadera autoridad de “El casamiento” Gombrowicz la
encuentra en el poder que tienen las palabras. “Las
palabras liberan en nosotros ciertos estados psíquicos, nos moldean...
crean los vínculos reales entre nosotros. Si tú dices algo como: ‘Si tú
lo quieres, Henri, me mataré de mil amores’, parece en principio algo
extraño, pero yo puedo responder con algo más extraño aún, y así,
ayudándonos el uno al otro, podemos llegar lejos (...) Asiste a la boda,
Jeannot, y cuando llegue el momento, mátate con este cuchillo” Los
argumentos de Buber no le resultaron convincentes a Gombrowicz. Le contestó
que si una persona padece una enfermedad incurable, el drama se realiza
entre el enfermo y la enfermedad. Gombrowicz responde esta carta de Buber con cierta desesperanza amarga pero con agradecimiento. “(...) Sin embargo, señor Buber, yo tenía la esperanza de que por algunas inclinaciones de su espíritu podría haber gustado de “El casamiento”, no sólo como una obra literaria, sino además como algo concebido no muy lejos de usted (...) Usted me parece una persona muy interesante, aunque temo no conocerlo suficientemente, pero usted sabe lo complicada que es la existencia, sobre todo para alguien como yo que tiene que perder siete horas al día en asuntos que no tienen nada que ver con la filosofía ni con la cultura en general (...)” |
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Juan Carlos Gómez
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