Gombrowiczidas |
Witold
Gombrowicz, Mercedes Güiraldes y Beatriz de Moura |
En la proximidad de las vísperas del trigésimo aniversario de su muerte sentí la necesidad de iniciar la campaña para publicar las cartas que me había escrito Gombrowicz. Como hacía poco tiempo que "Tusquets" había publicado "Bacacay" me dirigí de inmediato a España.. Pasadas unas semanas recibí una carta de la Bestia Catalana. "(....)
estamos gestionando con Rita Gombrowicz su autorización para la publicación
del conjunto de cartas que Witold Gombrowicz le fue escribiendo a usted a
partir de su retorno a Europa. Legalmente, el derecho internacional sobre
la propiedad intelectual prevé que la reproducción pública de la
correspondencia de un escritor debe ser autorizada por el mismo escritor o
por sus herederos (...) En cuanto tengamos respuesta de la Sra.
Gombrowicz, se la comunicaremos. Entretanto, le agradecería tuviera
paciencia, ya que estas cosas nunca suelen resolverse de la noche a la mañana
(...)" Éste
era el segundo zarpazo que me estaba dando la Vaca Sagrada, el primero me
lo había asestado cuando me escribió que dejara de enviarle las cartas
que me había escrito Gombrowicz a los hijos ilegítimos a los que más
tarde bauticé, por esta razón, con el nombre de gombrowiczidas. Como no
podía entrar por la puerta intenté entonces entrar por la ventana y le
mandé a la Bestia Catalana las cartas que yo le había escrito a
Gombrowicz.
Pasó el tiempo, más de una década, el volumen con toda la correspondencia de los corresponsales argentinos todavía no apareció, pero en el año 2004 la Vaca Sagrada lo autorizó al Régisseur Fanfarrón para que publicara las cartas que le había escrito Gombrowicz, y en el año 2005 lo autorizó al Buhonero Mercachifle, y yo no sigo esperando porque la Hierática me dio una mano. Las cartas que yo le escribí a Gombrowicz fueron publicadas en Polonia, pero los editores hispanohablantes le han ofrecido a este epistolario una nutrida resistencia. La Bestia Catalana de "Tusquets" con su: "Prefiero ser franca contigo inmediatamente, o sea antes de leer tus cartas a Gombrowicz, y decirte que no tengo interés en publicarlas, ni aquí en España, ni en Argentina (...)", y la Hierática con su: "Emecé desea hacer una edición económica", me mandaron de paseo. La limitación que me puso Emecé y que yo no busqué me trajo, sin embargo, calurosos felicitaciones pues algunos gombrowiczidas ilustres destacaron mi modestia y generosidad, virtudes de las que yo carezco en forma pronunciada. |
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Mercedes Güiraldes |
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Beatriz de Moura |
Sobre
la Hierática debo manifestar que es una mujer bella, elegante,
inteligente, que tiene conmigo una paciencia de santa pero que, sin
embargo, algo empieza a fallarle en su línea argumental a la hora de
decir "no". Pero,
Mercedes, si yo te ofrecí todas las cartas para que las publiques
enteras; –Ah, ¿y si tenemos problemas con Rita?; –Serían los mismos
problemas que tuvieron cuando publicaron las cartas que me escribió a mí;
–Sí, pero vos sabés que para el centenario "Planeta" va a
publicar "Ferdydurke" y no sé si alcanzará el presupuesto y el
tiempo; –Bueno, del presupuesto no sé, pero tiempo tienen de sobra;
–Sí, vos decís, pero para este año tenemos también el centenario de
Silvina y dos más, no vayás a creer; –¿Cómo para este año?; –Sí,
para el 2003.
En
el año 1999 el Pequeño K decidió traducir al polaco y publicar en
Polonia "Gombrowicz está en nosostros", un ensayo que ya había
sido traducido al francés y publicado en Francia un año antes por el
Corifeo. Mientras tanto la Hierática hacía lo suyo y lo incluía como epílogo
de "Cartas a un amigo argentino". En aquel entonces tuve una conversación breve con la Hierática: –Goma, aparte de Sabato, ¿querés que alguna otra persona presente el libro?; –Claro, Alan Pauls, es el más fotogénico de los escritores argentinos y trae consigo, por la parte baja, a una docena de mujeres. El
Buey Corneta había quedado deslumbrado con "Gombrowicz o la seducción",
la película de Alberto Fischerman que se exhibió también en la
presentación del libro, estaba seguro de que no me podía fallar, y así
ocurrió nomás, presentó el libro y habló del film con mucho entusiasmo
pero un poco intimidado por la presencia del Pterodáctilo. Le
pregunté a la Hierática si "La cena" tenía algo que ver con
"El gran salmón": –No, "El gran salmón", según me
dijiste vos, transcurre en Rosario y esta novela transcurre en Coronel
Pringles, el pueblo natal del Pato Criollo. En efecto, en cierto momento
de esa novela se produce una gran revolución en el cementerio de Coronel
Pringles, los muertos salen de las tumbas y atacan a los vecinos del
pueblo. Le abren la cabeza a los vecinos y le chupan las endorfinas, los
zombis resultan invencibles. El último proyecto de Aira que yo conocía era el de "El gran salmón": –¿Y vos, qué estás haciendo, César; –Y, estoy escribiendo, como siempre; –¿Y ya tenés el título?; –Y, sí, se llama "El gran salmón"; –Ah, una novela de pesca; –No, no, es un salmón intergaláctico, se viene para acá nomás; –Caramba, pero, ¿habla?; –No, no, tiene un gran tamaño, mide cincuenta mil millones de años luz; –Por favor, está lejísimos entonces; –No, acá nomás, a quince kilómetros de Rosario. Esta
conversación la había tenido con el Pato Criollo en el año del
centenario de Gombrowicz. Pero
es justamente el transcurso del tiempo el que hace pasar al escritor de la
condición de joven promesa a la de autor entrado en años y, como si
fuera poco, lo convierte en un escritor malogrado para siempre, una
historia con un marcado aire kafkiano que me trajo a la memoria "Un
artista del hambre". A mí me seguía dando vueltas en la cabeza la historia de ese salmón intergaláctico que se había aparecido a quince kilómetro de Rosario, finalmente la espera terminó, la Hierática me cuenta: –Apareció "El gran salmón" con el título de "Las aventuras de Barbaverde". Y aquí me di cuenta de que nosotros, los escritores, en vez de pensar en las ideas principales algunas veces pensamos en las secundarias pues yo, en vez de pensar en el salmón intergaláctico cuando recibí la noticia, pensé en Rosario. La foto de la Bestia Catalana que aparece en este gombrowiczidas tiene algo de tanático, del análisis cuidadoso del rostro de esta mujer se puede deducir la conducta que tuvo conmigo. El rostro de la Hierática, en cambio, es transparente y eurítmico, por eso siempre ha tenido conmigo la paciencia de una santa. |
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Juan Carlos Gómez
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