La fama póstuma no oye sino lo que quiere oír

poema de Alberto Girri

Apariencia y leyenda, íncubo

de la consagración a una tierra

que en su médula nos es trasmitida

y amasada por ratas y gusanos,

          a su turno dejóse

atraer por la singularidad histriónica

del que ensayando la mortaja,

deliberado, vehemente, efectista,

noche tras noche

rendía cuentas

como Jack Donne, mundano,

como Dr. Donne, cortejador del suicidio

y la femenina perfidia,

atento con la enfermedad:
        “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?"
 

Y enquistóse allí,
equivocada, persistiendo
en el desvarío de confundir al letrado
                                                ingenio
que destilara bellas analogías,

mañosas especulaciones, tejidos

escolásticos, gotear de discursos

horadando amor y muerte,
       con un trasgresor callado y grave

que por misericordia de Jesucristo

aguardó la resurrección, nos invitó

a desearla, nos acució también

aleccionándonos para introducir lo eterno

en el seno de las más pasajeras aventuras.

Ir a índice de poesía

Ir a índice de Alberto Girri

Ir a página inicio

Ir a índice de autores