Mensaje del astronauta

poema de Joaquín O. Giannuzzi

De "Objetos violados"

Ahora que ingreso
en la primera órbita de la pérdida
el mensaje cifrado se descompone
hacia un alarido. Estoy herido
en una verdad aislada. El yo cerrado
es el único contenido
del universo. Despojado de todo eje
no sé donde están mi izquierda y mi derecha.
El arriba y el abajo se mezclaron.
El día y la noche son una sola náusea, confusión

de un tiempo invertido que cambia de lugar

la historia, el mito y mis huesos.
El cordón nutricio está quebrado. Giro

sobre mí mismo, devoro gelatina, me recorre

una sangre desorientada, no encuentro

mi cepillo de dientes, el ingrávido campo

de este insípido cubil
todo lo vuelve neutro y perplejo. Entonces

¿qué oficio es este?
¿Qué escándalo estamos construyendo?
¿Qué violación deambula conmigo?
-¿Qué salí a preguntar?
No me rodean respuestas, sino una helada

y abominable desolación. La luna revela

una materia mortuoria, una ceniza cruel.
Entre mis ojos y el cosmos se fractura
la idea. El infinito, recuerdo,
era asunto y promesa de mi mente,
pero ahora su causa y la mía no coinciden.
Quiero volver a casa. Me extraño y siento ajeno,
me ignoro mucho, pierdo el piso y la identidad.
Desde aquí la tierra es hermosa y fiel.
Centellea. Guarda los ojos de mi mujer
y en tonos suaves
vira desde el naranja al verde azul.

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