Teorías de la Comunicación. por Dra. Zoila Libertad García Santos. |
1.1.Teorías de la Comunicación.
Una de las primeras dificultades que se encuentra el estudio de la comunicación es definir los métodos para abordar su historia que nace en el siglo XX como perspectiva científica concreta. Antes de los años 30s.[1] se había configurado lo que luego se denominó el sistema de medios de comunicación, prensa escrita, radio y cine. Se concluía que si un miembro del público es inoculado con el mensaje, este necesariamente provocaría los efectos previstos. En los años 40 y 50s., se desarrollaron otras comprensiones cuyo objetivo se dirigió a señalar las mediaciones sociales y psicológicas presentes en el proceso de comunicación. En los años siguientes las investigaciones y construcciones teóricas acentúan las diferencias entre las ópticas norteamericanas que sirven a intereses del sistema comunicativo y el enfoque crítico que puntualiza las relaciones del sistema de comunicación y las estructuras del poder. El propósito principal de este apartado es presentar en forma resumida, algunas de las teorías científico-sociales que sobre comunicación, han tenido mayor influencia. Es importante señalar- indica Vidal- el hecho, más que hablar de Teoría de la Comunicación. Es pertinente hablar de un campo transdisciplinar de estudio, ya que en estos momentos no se puede ofrecer una única teoría que disfrute de un acuerdo general, que explore, explique lo que ocurre y prediga sus efectos. En el estudio de Vidal[2] se presenta la distinción entre ‘transmitir y compartir’ la comunicación, aquí nos interesa el término compartir como: el hacer común, como proceso bidireccional, interactivo, mutuo, de encuentro, de participación, de elaboración del conocimiento con otro, ya que el concepto ‘transmitir’ lo podemos entender como el proceso unidireccional de cualquier conocimiento o habilidad que se pasa de una persona ‘superior’ a otra ‘inferior’ Para el estudio presente se asumen dos métodos tomados de las Ciencias Naturales que dividen a los Investigadores teóricos en dos grupos. Los que afirman que la constitución de una ciencia de la comunicación es factible y deseable, y el de quienes aseguran que la comunicación es un proceso social amplio y complejo que necesita un abordaje interdisciplinario. Los primeros se identifican con los enfoques positivistas desarrollados principalmente en Estados Unidos y los segundos con los enfoques críticos desarrollados en Europa. El enfoque positivista se identifica con el método general de las ciencias naturales, esto es, que los fenómenos sociales al igual que los naturales, responden a leyes universales incambiables y que el científico tiene que adoptar una posición de plena neutralidad. Será el científico un observador objetivo que desde fuera analiza las causas y las leyes que rigen los fenómenos sociales y comunicativos. Su estrategia metodológica es el empirismo (también llamado: funcionalista, conductista, etc.), que se ocupa del estudio sistemático solo de aquello que es detectable y medible a través de la objetividad que pueden dar los sentidos, diferenciándolos de la subjetividad de los sentimientos, los principios filosóficos o éticos y el compromiso social. Los teóricos de la comunicación identificados con esta corriente, tienden a enfatizar la utilidad de los sistemas y fenómenos comunicativos para la estabilidad y preservación de las sociedades actuales. Evitan cualquier cuestionamiento sobre el papel de la comunicación (y la educación) en la distribución desigual del poder y el control de los grupos sociales. Esto es imposible para un científico positivista porque como observador imparcial, jamás será un agente de cambio social. El enfoque Positivista además de imitar el método de las ciencias naturales (el método empírico) y de exigir neutralidad, busca estructurar leyes incambiables y no cuestiona el papel de los Medios Masivos de Comunicación (MMC) en la distribución desigual del poder. Esta corriente de pensamiento históricamente, se ha desarrollado en los Estados Unidos como lo señalan algunos de sus exponentes principales como Lazarsfeld, Schramm, Berlo, Lasswell entre otros muchos que exponen sus típicas teorías derivadas del paradigma positivista y entienden a la comunicación como una forma de diálogo social y por lo tanto crean técnicas y vínculos que permiten el entendimiento. Para lo que el hecho comunicativo es un agente social dirigido a garantizarle la estabilidad del sistema en una perspectiva horizontal. La comunicación se concibe como diálogo social porque su origen deriva en la herencia del interaccionismo simbólico. La comunicación primaria es un impulso genético presente en la interrelación humana que por razones de supervivencia conduce a los seres a comunicarse, por esto, será el germen de la propia relación social y lo que inicia como diálogo entre dos, termina entre varios que se unen por distintos intereses. Es la comunicación una pieza clave dentro de la sociedad porque organiza a los grupos sociales. En América Latina, según lo señala Beltrán[3], Sánchez Ruiz[4] y Fuentes[5] se advierte el enfoque positivista que sirve de base conceptual de muchos estudios como la difusión de innovaciones o la modernización a través del uso de la comunicación de masas. El famoso modelo de Lasswell, -que incluye las preguntas: Quién dice Qué a Quién en Qué Canal y con Qué Efecto- también se inscribe en el paradigma positivista. Beltrán[6] en un artículo donde revisa los estudios sobre comunicación, señala como conclusión que la investigación latinoamericana sobre comunicación, ha estado y todavía lo está, (esto hoy es muy discutible[7]) dominada por modelos conceptuales foráneos procedentes sobre todo de EEUU. Sánchez Ruiz[8] señala que al finalizar la 2° Guerra Mundial y hasta los 60s. Latinoamérica recibió acríticamente y sin mediaciones ni adaptaciones, esos enfoques positivistas. Aunque posteriormente los enfoques de las teorías críticas desplazaron, no totalmente, a los positivistas en la investigación en comunicación, sin embargo al inicio de los 90s. pareció recobrar importancia el enfoque positivista. El enfoque Crítico adopta una línea radicalmente distinta a la de los teóricos positivistas. Aquel antes de estudiar la comunicación, analiza las características de las sociedades actuales y cuestiona las desigualdades económicas, educativas, de control y de poder en las sociedades contemporáneas. Al encontrar las brechas que dividen a los seres humanos en ricos y desprotegidos, los teóricos críticos de la comunicación se preguntan sobre el papel que juega ésta en la preservación de sistemas tan inadecuados e injustos como los actuales. Las interrogantes planteadas por los teóricos críticos se refieren al apoyo que prestan los medios de comunicación y sus mensajes a la difusión de la ideología de las elites económicas y políticas, así como a la obstaculización del cambio social. Cuestionan la posición empirista, positivista e integradora que caracterizaba a la investigación de la comunicación de masas y en general a las ciencias sociales de la época[9] Los teóricos críticos tuvieron su origen principalmente en Europa con los marxistas y neomarxistas de la escuela de pensamiento de Francfort, especialmente a Theodor Adorno, Max Horkheimer y Herbert Marcuse, entre otros. El énfasis que esta escuela pone en los medios de comunicación como mecanismo de contención del cambio que ha sobrevivido y se enlaza con el enfoque “hegemónico”[10], el hombre está en manos de una sociedad que le manipula a su antojo. Sin embargo, desconocen el papel de la subjetividad y anulan al hombre como portador de cultura y de identidades múltiples que le sirven para enfrentar la manipulación de los medios. La Teoría Crítica orientada a las formas comprensivas de conocimiento, se propuso superar los estudios positivistas de la comunicación social. Se crearon formas metodológicas de tipo comprensivo basadas en la autorreflexión, la consideración de la totalidad social e histórica, la especulación y el análisis comprensivo y lucharon contra la sectorialización del saber. Trabajaron con procedimientos de análisis orientados a la verificación de teorías a través del estudio de datos de naturaleza cualitativa. Horkheimer y Adorno, sostienen que toda ciencia social que se reduce a mera técnica de análisis de recogida de datos”objetivos” niega la posibilidad de verdad, por cuanto ignora las mediaciones sociales. En las décadas de los 60s y 80s muchos estudios se retomaron de Europa, se exportaron a América Latina[11], sin embargo, América Latina ha hecho aportaciones importantes a nivel internacional dentro del enfoque crítico con los planteamientos conceptuales de la Escuela Culturalista Latinoamericana, representada por Jesús Martín Barbero (Colombia), Néstor García Canclini (Argentina), Guillermo Orozco y Jorge González (México), José Marques de Melho (Brasil). El enfoque crítico además de estudiar a la comunicación dentro del contexto social y el papel de la comunicación en la desigualdad social, sus seguidores se comprometen con el cambio social –no son neutrales- además, cuestionan el papel de los medios en la ideología dominante. En
los últimos años del siglo pasado y en parte, como consecuencia del auge
de la economía política, la semiótica o los aspectos matemáticos de la
comunicación, los planteamientos sociológicos de la comunicación entran
en crisis. Según Moragas[12],
la investigación comunicativa tiene que plantearse desde una perspectiva
abierta y compleja que sólo puede satisfacerse desde un planteamiento transdisciplinar. La revolución tecnológica a principios de este siglo invalida la gran mayoría de paradigmas, modelos, tesis, etc., planteados hasta los 90s. Manuel Castells[13] afirma que si el mundo está interconectado, la comunicación, la educación, la sociología, ya no pueden limitarse a estudiar las estructuras territoriales, tienen que abrirse a la investigación de las agrupaciones humanas globales. Lo que muestra Castells es un nuevo paradigma tecnológico, con el desarrollo de las técnicas de la información que ha derivado de un nuevo modelo de desarrollo informacional en el último cuarto del siglo XX.
Las
mediaciones culturales. Para
Bautista[14],
Vásquez y Martínez[15],
la cultura de un pueblo es
un sistema de valores, es una concepción del individuo y de las
relaciones interpersonales, de las relaciones de poder, de las normas que
rigen la vida cotidiana y de sus prácticas, es un modo particular de
estructurar las relaciones y los símbolos que ese grupo humano usa en la
organización de la vida
social; es el conocimiento acumulado históricamente en las diferentes áreas
del saber, en las expresiones artísticas (literatura, pintura, música),
en los medios de comunicación audiovisual (más
redes: www. intranet, internet[16]);
además de los mitos, normas y representaciones ideales que el grupo
mantiene entre sí. Por
su parte, Vidal[17]
destaca la concepción de Raymond William, en torno a la cultura: “El
aporte específico de los Estudios Culturales al concepto de cultura
radica en una definición en la que convergen ambas vertientes
interpretativas. Se identifica con la materialista
en tanto ve a la cultura como parte de un orden social global, pero se
diferencia de ella en tanto insiste en que la práctica
cultural y la producción
cultural no se derivan simplemente del orden social, sino que se
instituyen en elementos esenciales de ese propio orden social. Comparte
por lo tanto algunos elementos de la concepción idealista
al enfatizar que las prácticas
culturales son elementos constitutivos, pero en lugar del espíritu
conformador que se considerara constituyente de todas las demás
actividades considera la cultura
como el sistema significante a través del cual necesariamente (aunque
entre otros medios) un orden social se comunica, se reproduce, se
experimenta y se investiga[18]. Según
Martín-Barbero[19]
la cultura es el lugar propio para la comprensión de las transformaciones
de la experiencia social. Es el tejido de relaciones e intercambios simbólicos,
desde los que se construyen y reconstruyen permanentemente las ideas
sociales. En
este sentido, la cultura no es la formación de un individuo en su
humanidad o en su madurez espiritual, sino la formación colectiva y anónima
de un grupo social en las instituciones que lo definen. Hasta
hace pocos años el plano cultural en Latinoamérica era fuertemente homogéneo
aunque aisladas las comunidades, dispersas y débilmente comunicadas con
la Nación. Hoy es otra la situación, América Latina vive un
desplazamiento del campo a la ciudad y aparece la cultura urbana,
multicultural y fuertemente comunicada, una multiculturalidad que desafía
las nociones de cultura y de nación. La
actual reconfiguración de las culturas campesinas, indígenas o negras,
responde a la evolución que entraña la globalización, además de lo que
se deriva de esto: la aceleración de la comunicación e interacción de
esas comunidades con otras culturas de cada país del mundo. Martín-Barbero
ha señalado una ruptura con las inquietudes acerca de la homogeneización
de la cultura debido a su transnacionalización, y expresa dudas sobre las
propias categorías de Nación y Estado, inquiriendo si el centrarse sobre
la política de actuación pública era el mejor medio para comprender el
funcionamiento de la cultura popular. Ofrece una amplia concepción de la
comunicación, que va mucho más allá de lo que concierne a los medios en
sí mismos hasta la propuesta de que la mediación se convierta en una
categoría esencial para el análisis. Esto
acarrea el estudiar cómo se negocia la cultura y de qué modo es objeto
de transacciones en una serie de contextos, entre ellos el cine, la prensa
popular, la televisión, la radio, el circo, las actuaciones musicales y
otros muchos. Sugiere que la naturaleza sincrética de las prácticas
populares es de gran importancia en Latinoamérica. Tales prácticas
contribuyen tanto a preservar las identidades culturales como a adaptarlas
a las modernas demandas. En el fondo, por lo tanto, el interés por las
mediaciones es un discurso sobre la formación de identidades. Los
trabajos posteriores de Martín-Barbero han partido de las posturas
reflejadas en su libro. Muchos de ellos continúan siendo sugerentes para
análisis e investigaciones subsiguientes. Presentan una terminología
característica: se abandona la ideología dominante y entran en escena
las identidades transnacionales y la ciudadanía cultural. Se proponen
cuestiones (si no se resuelven) relativas a los distintos medios y sus características en la constitución de identidad, el papel
del Estado nacional y lo que queda de las ideas dominantes de la comunidad
política y la soberanía cultural. Una consecuencia de este análisis de
los procesos de formación de la identidad cultural es que "la
industria cultural, produciendo nuevos híbridos resultantes de la
desaparición de fronteras entre la cultura popular y la elitista, entre
lo tradicional y lo moderno, lo nacional y lo extranjero, está
reorganizando las identidades colectivas y las formas de diferenciación
simbólica".[20]
En
una serie de artículos, Martín-Barbero[21]
ha profundizado más en un terreno ahora familiar: argumenta que
necesitamos pensar acerca de la identidad cultural latinoamericana en
relación con la cultura popular, y que esta cultura ha modificado
profundamente las formas de expresión de la cultura de masas. Sugiere que
"la comprensión del proceso de comunicación de masas implica
reconocer la rearticulación de las fronteras simbólicas y cómo estas
nuevas fronteras confirman el valor y poder de las identidades
colectivas". Por supuesto, esta perspectiva abre la cuestión de cómo
se relacionan colectividades y medios. Martín-Barbero
identifica la comunicación de masas como el ámbito crucial de discursos
en pugna, el cual, para la izquierda "incluye la punta de lanza del
imperialismo y la pérdida de la identidad nacional" y para la
derecha "es el mayor ejemplo de decadencia y degradación moral"[22].
Asimismo argumenta este investigador contra un punto de vista mediacéntrico,
y sugiere que los procesos de comunicación deben abordarse desde la base
de los movimientos sociales en lugar de partir de supuestos acerca del
poder de los medios. En suma, los significados no se descodifican
simplemente de acuerdo con las intenciones de la cultura dominante. En
el campo de la cultura popular, la música se percibe como una forma clave
de expresión, que ha emigrado y se ha recombinado. Martín-Barbero[23]
destaca también el importante papel de la radio como sostén del sentido
cotidiano de las clases populares en la sociedad urbana. La televisión es
un medio íntimamente ligado –en especial a través de la telenovela -
con "las vidas, temores y esperanzas de la gente".
Estudios
contemporáneos de la comunicación. La
globalización neoliberal como un nuevo orden no sólo económico, sino
político, social y cultural producto de la modernidad, ha dado una nueva
dinámica a la expansión del capital sobre todo a partir de los años
setenta con la aparición de las comunicaciones y los transportes que han
permitido que los procesos de producción tengan una alta movilidad geográfica
y que se comience a percibir que el mundo es un todo dominado por las
grandes multinacionales, con nefastas consecuencias para las grandes
masas. Los
profundos cambios ocurridos en el campo de las comunicaciones debido a la
convergencia de tecnologías informáticas, de telecomunicaciones y
audiovisuales, han revolucionado las formas de producción de difusión y
de recepción de la información, han alterado las relaciones de
intercambios entre emisores y receptores y entre usuarios mismos hasta el
punto de permitir otras modalidades de interrelación mediatizadas aunque
interactivas, dialógicas, en tiempo real y personalizadas. En
las ciencias de la comunicación los paradigmas clásicos han entrado en
crisis desde hace varias décadas porque la visión instrumental y pragmática
del fenómeno impide ver la riqueza y multiplicidad del proceso
comunicativo. Se hace necesario un paradigma epistémico que en su
multiplicidad conciba a una ciencia más humana, más humilde, más
relativa y más crítica[24]. El
campo de la comunicación no escapa a las contradicciones que plantea la
crisis de los paradigmas y los avances teóricos logrados con enfoques más
abiertos y flexibles se han visto acompañados de la aparición de
planteamientos que devienen de una matriz teórica neopositivista surgida
en los 60s extendiéndose hasta los 80s y 90s con los enfoques gerenciales
y la comunicación organizacional, además de la teoría informacional,
derivada de la cibernética aplicada al estudio de los procesos de
transmisión mediante computadoras. De
Oliveira[25]
cita a N. Luhmann, y señala que en su aporte a la teoría, éste
considera a la sociedad como un sistema abierto que comprende no sólo los
procesos evolutivos del hombre, sino su proyecto de futuro, como un
sistema dinámico pleno de significaciones dialógicas pero acompañado de
un desarrollo tecnológico que aun presentando peligros para la especie
humana, también contiene posibilidades para el futuro de la misma. Busca
abordar lo social integralmente y lo hace desde la teoría de los
sistemas, según la cual, la sociedad es un sistema que se autogenera y
autorreproduce que, además de individuos, lo conforma la comunicación y
además es determinado por la producción de sentido[26]
El
cientificismo sistémico que acompaña a este pensamiento y que busca
abordar la globalidad, las interrelaciones de los elementos que conforman
al todo y la complejidad de los sistemas como conjuntos dinámicos y
cambiantes, aplicado al campo social penetró en las ciencias políticas
primero y luego en el campo de las Ciencias de la Comunicación a partir
de Laswell quien señala cómo los medios y la información intervienen en
las decisiones políticas al abordar el problema del feed-back o
comunicación de retorno[27]. Ese
cientificismo sistémico ha servido de apoyo a teorías sobre las
sociedades tecnológicamente avanzadas que analizan las innovaciones
sociales y los procesos informáticos y electrónicos producidos en la
sociedad de la información y también han apoyado a teorías sobre el análisis
sistémico de las organizaciones actuales y sus estudios gerenciales que
continúan dependiendo fuertemente de las teorías biológicas y físicas,
al considerar a la categoría sistema como una realidad fija,
determinada por funciones y disfunciones controlables aun incluyendo el
concepto de sistema abierto no transgrede la base teórica propia
del pensamiento científico positivista. La
confluencia de nuevos enfoques en la construcción de modelos
transdiciplinarios en el campo de la comunicación, plantea la necesidad
de mantener una apertura para observar los fenómenos comunicacionales
desde la historia, la cultura, la economía, la antropología y poder
acercarnos a los problemas concretos que permitan una reflexión teórica
más humanizada y menos instrumental. Sánchez[28]
y Fuentes[29] mantienen un debate sobre los retos de la investigación
de la comunicación mexicana que se pueden aplicar a la investigación
latinoamericana en general. Sánchez[30]
en su síntesis creativa plantea
el equilibrio metodológico que permita proponer articulaciones creativas
y críticas entre diversos enfoques, teorías, disciplinas y puntos de
vista que coadyuven a conocer y comprender mejor la comunicación humana
social. Fuentes[31],
sostiene que más que rescatar la disciplinariedad en la investigación de
la comunicación, se trata de....”construir
una síntesis de conocimiento que supere los límites entre especialidades
cerradas y jerarquizadas (...) cuya legitimidad académica y social
dependa de la profundidad, extensión, pertinencia y solidez de las
explicaciones que produzca, que el prestigio institucional acumulado por
un gremio encerrado en sí...”. Él habla de la post-disciplinarización[32],
de los estudios mexicanos. Se
hace necesario que en América Latina se propongan concepciones epistemológicas
y teóricas propias y que se rescate la investigación empírica sobre
problemas concretos de la comunicación, a fin de consolidar alternativas
de conocimiento que transformen la realidad que vivimos. Es por este
enfoque, que se necesita recurrir a las Ciencias Sociales y traspasar las
fronteras delimitadas para cada una de sus disciplinas utilizando el
concepto de transdisciplinariedad
utilizado por Deleuze y Guattari[33],
que se concibe como una multiplicidad de saberes que no tienen límites,
ni principio ni fin, que buscan derribar los dogmas y paradigmas
legitimados por el pensamiento científico occidental.
Enfoque
crítico. Estudia
a la comunicación dentro del amplio contexto social, cuestiona el rol de
la comunicación en la desigualdad económica y el poder político, sus
partidarios no son neutrales, se comprometen con el cambio social,
cuestionan el rol de los medios en el refuerzo de la ideología dominante. Mario Kaplún[34]señala la influencia de los medios y cómo se construyó por los teóricos estadounidenses toda una teoría de la comunicación social a partir de ellos. La forma en cómo funcionaban estos medios vino a constituirse en paradigma de comunicación y para poderlos estudiar se construyó un cuerpo teórico centrado exclusivamente en la transmisión de señales y mensajes. Para estos teóricos norteamericanos en esto consiste la comunicación. Dejaron de lado las relaciones humanas, el contexto social y la cultura en general para basarse en la técnica, la ingeniería, la electrónica y las poderosas empresas, dueñas de los medios y concebir de esta forma a la comunicación.
El modelo: emisor
mensaje receptor, es
cuestionado no por falso, sino que se le atribuya como modelo teórico de
comunicación. ¿El receptor sólo es quien escucha y testifica que
realmente ha escuchado el mensaje sin participar activamente en la
comunicación, sin dialogar con el emisor en una comunicación unilateral
o más bien información? Para
algunos teóricos e investigadores latinoamericanos los mass media, se
ubican dentro de los medios de información no de comunicación. Esta es,
señalan, aquella que se da como una relación comunitaria humana, que se
encuentra entre interlocutores en forma recíproca.[35] Comunicar, como compartir en un encuentro, en una
participación, en una elaboración del conocimiento con los otros y de
los otros, como sostiene Vygotski[36].
Informar, corre el riesgo de proporcionar solamente conocimientos actuales
sobre los temas que se requieren desde una racionalidad pedagógica que
Freire ya impugnó como “educación bancaria” solo que ahora en su
moderna modalidad de “cajero automático”[37].
Esto
también es controversial, según opinión de J.R. Vidal, aunque es cierto
que muchos autores así lo expresan: la transmisión de información
no es un proceso independiente de la comunicación, es justamente
el recurso básico de la comunicación, lo que sucede es que la comunicación
no se agota en su momento transmisivo, sino que a partir de la transmisión
se inicia un proceso de
evocación de representaciones y construcción de sentidos que la
enriquecen y hacen mas compleja. También
es reduccionista, a mi modo
de ver, decir que sólo hay comunicación cuando hay bidireccionalidad,
eso sería reducir la comunicación al diálogo y este es sólo un tipo de
comunicación posible, necesaria y aconsejable en las relaciones cercanas
pero no practicables en relaciones alejadas. Los términos cercanos y lejanos no se refieren a las dimensiones espaciales o temporales por separado, sino integradas. Hoy día una relación lejana en el espacio puede ser cercana en el tiempo gracias a las tecnologías digitales, cuando digo lejanas me refiero a la imposibilidad de hacerlas interactivas con inmediatez. Referencias: [1] Vidal, J.R. ¿Existe la teoría de la comunicación? Rev. Enfoques Cuba No.2 - 1999 [2] Vidal, J.R. – Los estudios sobre los efectos y la recepción de los mensajes mediáticos- Del Libro Medios y Públicos. P. 79. [3] Beltrán, L.R. “Sociología de la Comunicación de Masas” Ed.Gustavo Gili – 4ª ed.Barcelona 1994 [4] Sánchez Ruíz,E. “Medios de Difusión y sociedad”-Notas críticas y Metodologías – CEIC/Univ. De Guadalajara México - 1992 [5] Fuentes Navarro, R. El estudio de la Comunicación desde una perspectiva sociocultural en A.L. Revista Diálogos de la Comunicación. Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación. Lima- No.32 Marzo de 1994 [6] Op.Cit. p. 43 [7] En paréntesis, comentario de JR,Vidal. [8] Op.Cit. p. 72 [9] Vidal, J.R. ob.cit. P.46 [10] “Hegemonía”, termino utilizado por Gramsci con respecto a la ideología dominante. [11] Op.Cit. p.81 [12] Moragas,M “sociología de la comunicación de masas”-Facultades de la Comunicación en el umbral del internet. Revista Latinoamericana de Com. Chasqui Nº 72 [13] Castells, M “La ciudad informacional: Economía, Sociedad y Cultura” Alianza-E.1996 (Vol.1). p.151. [14] Butista, Antonio (1995)."Entre la cultura y la alfabetización tecnológica". Revista Pixel-Bit, 2, pp. 89-101 [15] Vázquez y Martínez “Comunicación Tecnología y diseño de la instrucción: la construcción del conocimiento escolar y el uso del ordenador”. Madrid. CIDE. [16] Comentario de la tesista en izquierdillas. [17]
Vidal, J. m. Los estudios sobre los efectos y la recepción de los
mensajes mediáticos. Obra Cit. P. 66. [18] Ibid. P. 13 [19]
Martín-Barbero De
los medios a las mediaciones: Comunicación, cultura y hegemonía.
Ed. Gustavo
Gili Barcelona. (1987) ____________ Televisión pública y televisión cultural, entre la renovación y la innovación. Mx. Fondo de Cultura Económica (2001) [20] M.Barabero. Op Cit. P. 58 [21] __________”Heredando el futuro. Pensar la Educación desde la Comunicación” – Rev. Nómades (Sta. Fe de Bogotá, Colombia), Sept. 1996;5 : Reconfiguraciones Comunicativas de lo Público. Revista Análisis. Universidad Autónoma de Barcelona. Nº. 26. Junio, 2001. El Futuro que Habita la Memoria. Revista Pensamiento Comunicacional Latinoamericano. Universidad Metodista de San Paulo. Volumen 2. Nº. 3: Abril/Mayo/Junio 2001a [22]
Op.Cit. p.22 [23]
Op.Cit. p.25 [24] Martínez, M. Conferencia seminario ¿Fin de la Ciencia? – 1999. [25] Oliveira
C,Onésimo (1992). “Os pardigmas no
ensino da comunicaçao: a transgressao epistemològica".
En: Revista Comunicaçao & Sociedade, No 17. Instituto
Metodista de Educación Superior. Sao Paulo - Brasil.
[26]
Burkle: B, Martha (1994). "La
Comunicación: constitutivo esencial de la sociedad. Una aproximación
a la
propuesta luhmanniana". En: Orozco, G (Coord).
Perspectivas para el análisis de los procesos de recepción
televisiva. Cuadernos de Comunicación y Prácticas Sociales Nº
6. Universidad Iberoamericana. México. Pp.127-
141. [27]Matterlat, Armand (1997). Historia de las teorías de la comunicación. Paidós. Barcelona- España. [28]
Sánchez, E. (1992) “Medios de difusión y sociedad”. Notas críticas
y metodológicas. CEIC / Universidad
de Guadalajara. México. [29] Fuentes, R.(1997). “Retos disciplinarios y postdisciplinarios para la investigación de la comunicación”. En: Rv. Comunicación y Sociedad, Nº 31 P.218. U. De Guadalajara. México – Septiembre-Octubre. [30] Sánchez, E. (1997). “Algunos retos para la investigación mexicana de comunicación. Una reflexión personal “. En: Rev. Comunicación y Sociedad. Nº 30, p.55 – U. De Guadalajara, México. [31] Op.Cit. p. 220 [32] Giddens,A.et al,1993 “Consecuencias de la modernidad” Madrid – Alianza Editores. [33] Deleuze, G y Guattari, F (1994). Mil Mesetas. Edit. Pre-textos. Valencia-Venezuela. Alude a una modalidad rizomática de saberes. Esta constituida por multiplicidades lineales de infinitas dimensiones, sin sujeto ni objeto, que por su naturaleza no varía sus dimensiones sin cambiar ella misma. [34] Kaplún, M. “Una pedagogía de la comunicación: el comunicador popular” ed. Caminos P.53 y ss. [35] Pasquali, A., -Comprender la Comunicación- citado por Mario Kaplún, op.cit. p. 58 [36] Vygotski,L. “El desarrollo de los procesos psicológicos superiores”. Ed- Crítica – Baracelona p.94 [37] Kaplun, M. Op cit. 65 |
por Dra. Zoila Libertad García Santos
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