El ojo del desliz |
Hoy descubrí mis manos sosteniendo pecados como espinas vigentes que me atrapan, para sangrar conmigo en el castigo. Las vi desnudarse entre las hebras que saben a humedad vencida y recorrí con ellas recintos clandestinos donde la sombra habita con los nadie. Soy yo quien atiza los rencores en el mercado ausente de la risa , yo quien castiga y se castiga. La culpa acecha en el ojo inoportuno del desliz y extiende su factura. Cada quien paga el precio inobjetable. |
Leda
García Pérez
Del libro inédito "Elogio de la costumbre"
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