Letras culpables |
Me acuso de esconderme cada vez que otros ojos intentaron romper esta coraza, defensora incansable de mis miedos. Mis caricias no están en baratillo, yo sabré cuándo darlas, me decía… Pero nunca las di, guardé para mas tarde los deseos y los deseos huyeron con la tarde. Por eso me cubren mariposas sin milagros pintándose en sus alas, ni vuelos repentinos anunciando estaciones con caricias huyendo en las esquinas del otoño final. Por eso estoy perdida entre mis libros, hombres amándome en las páginas que no me piden nada y tienen todo, comprenden mi vigilia y me acompañan. Vencida por el miedo me quedé sin el hombre y con el libro. |
Leda
García Pérez
Del libro inédito "Elogio de la costumbre"
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