Innombrada |
Todo regresa al cauce originario menos aquello que en verdad se amó. El río reverdece de tanto árbol que lo nombra y el árbol sueña un río para orgasmear con él su sombra repetida. Los miro de reojo mientras pienso en los nombres que me duelen cuando el eco redobla su venganza. A mí nadie me nombra. Aquello que se fue debe volver al agua, aquello que se amó también. Nada es lo que parece. |
Leda
García Pérez
Del libro inédito "Elogio de la costumbre"
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