Yo no tengo casa |
La mitad de lo que amaba ya no está conmigo Unos (casi todos) se han quedado Otros simplemente partieron Mi hermano urgentemente me escribe de México: La casa se derrumba hay que venderla y pienso: es qué aún tenemos casa? Mi padre se quedó sin comprarse aquella camisa o aquél pantalón que tanto le gustaba sin ir al cine los domingos sin viajar con el que tanto soñó y se conformó con visitar un parque en donde mirarle el rostro al caballo y al general que lo montaba en una estatua Todo por comprarnos una casa Una pequeña y modesta casa donde vivir y a la que hoy solamente se le ocurre derrumbarse Por mí que se derrumbe si quiere Si la mitad de lo que amaba ya no está conmigo si los niños no se amelcochan frente a la ventana y si a mi hermana se le quebró la sonrisa frente al espejo aquella terrible noche de junio antes de la tormenta y el canto del gallo si el llanto metálico de un niño no me provoca una tremenda ternura que haga nacer una canción de amor entre mis manos por mí que se derrumbe; y que vuelvan a construir un día si quieren pero será sobre cenizas Mi voz no vibrará más en sus paredes Tus cartas de amor Mariana no llegarán con su olor a perfume hasta mis manos Al caer la Navidad estaré siempre lejos y solitarias habitaciones poblarán la casa que según cuenta mi hermano en su carta: ya perdió sus primeros cristales Está bien que se derrumbe si quiere si es así olvidarla será mi venganza porque yo hace tiempo mucho tiempo que no tengo casa. |
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