Sarmiento desde Azorín.. |
Con
la excepcionalidad de óptica que lo ha definido, el noventayochista hispánico
Pío Baroja nos ha retratado
a un “Azorín” (José Augusto
Trinidad Martínez Ruiz, 1873-1967) distinto del apreciado por la
generalidad de sus lectores: un ser apasionado, tenso y nada plácido, ni
indiferente. Enérgico en sus odios y amores, “extremado y “sañudo”.
Crítico creador con fama de “estudiante libelista
y punzante”. Exageradamente impresionable, hasta iracundo y
violento. “Tiene fuego su palabra. Realista como
nuestros místicos. Mira
el ideal lejano pero afirma bien los pies en la tierra”. Así nos lo
retrata el gran vasco en las páginas de su “La fuerza del amor”
(1901) y en su “Fiesta de Aranjuez en honor de Azorín” (1915). Esta
recóndita y significativa personalidad Azoriniana posee una evidente
consonancia con la del argentino Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888).
“El idioma no les domina a ellos, sino ellos al idioma”. Y memora su ascendencia sarmientina en “El ramo de Guido y Spano (Parábola)”: “No soy argentino; pero mi abuela materna, Clotilde García Sarmiento era parienta del autor de ‘Facundo’”.
En
1917 y 1919 llega a desempeñarse como Subsecretario de Instrucción Pública
ly cinco veces como Diputado. Denuncia, ‘more sarmientino’: “En esta
España no hay escuelas. Los niños no pueden aprender a leer y
escribir”. En “Andando y pensando (Notas de un transeúnte)”
propugna el establecimiento de escuelas libres y una educación
personalizada y popular. Este
temprano Azorín es decididamente sarmientesco en
sus gestos e ideas. En pregonar un Teatro social y liberal. En
cantar loas a “La Libertad, progreso, independencia intelectual, lucha
con el prejuicio, formas innovadores
del vivir”: “Aplaudiremos un teatro que se haga portavoz de la
civilización de la nueva y progresiva manera de sentir, de la paz, de una
moral amorosa comprensiva y bienhechora, de un sentido de la vida humana,
libre y henchido de justicia”. Semejante
pasión redentora arde en el sanjuanino. Quien entendió “la necesidad
de hacer concurrir la ciencia, el arte y la política al único fin de
mejorar la suerte de los pueblos, de favorecer las tendencias liberales,
de combatir las preocupaciones retrógradas, de rehabilitar al pueblo”
(escritos polémicos en Chile en 1841-1842; en “Artículos críticos y
literarios”, tomos 1 y 2 de sus Obras Completas).
“No pierdas la confianza en la vida; no desesperes nunca.; sé generoso; da largamente tus energías creadoras y sé franco con la amistad” señala en el prólogo de su “Visión de España” (1941). Todo el genio sarmientesco se halla contenido en la densidad de este este consejo azoriniano. Todas las líneas morales del Caudillo del Bien, del Héroe del Alfabeto, se encuentran luminosamente establecidas en las páginas citadas..- |
Guillermo
Gagliardi
Gentileza del blog "Sarmientísimo"
http://blogcindario.miarroba.com/info/95993-sarmientisimo/
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