Enrique Novick  es colaborador del diario La Prensa y del semanario Mundo Israelita, ambos de la ciudad de Buenos Aires, del Semanario Hebreo de Montevideo, R. O. del Uruguay, del semanario Aurora de Tel Aviv, Israel, y de la revista Maguen-Escudo, que edita la Asociación Israelita de Venezuela y el Centro de Estudios Sefaradíes de Caracas y de la revista Sambatión, que edita la Academia Iberoamericana de Poesía (AIP) en Jerusalem. Ha publicado cuatro libros.

Acerca de su lírica, comenta Bernardo Ezequiel Koremblit: “El acto de eludir el nombre cotidiano de las cosas, los hechos y las mismas ideas no es suficiente ni bastante. Lo que hace el poeta es una suerte de aniquilación de la realidad para sustituirla por otra, una realidad poética: llega a lo real por la poesía, como Spinoza, que llegaba a Dios no por las oraciones, sino por la razón. Pues es así el modo con que el poeta Enrique Novick, un poeta de su propia vida además de serlo en sus versos, se vale de los elementos irreales –llamémoslos así, con esta servicial expresión- para alcanzar la realidad poética que en sus poemas constituyen la realidad de las ideas, los hechos y las cosas. Hay en el autor del libro que con felicidad nos tiene reunidos una razón fisiológica del ritmo, un latido del arte a semejanza del movimiento rítmico del corazón y las arterias. Para el insomne Novick –mi empeño es decirlo ahora con menos explicaciones subjetivas- la poesía es la expresión del sentido misterioso de la existencia, y también del arte y la ciencia poéticos”.

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