Recordando a poetas y escritores |
Carlos Alberto Débole Nisa Forti Glori |
Carlos
Echinope Arce, titular, editor y director de esta revista, de entrada
dejó bien en claro que si bien le interesan los escritores
actuales, más tiene a corazón
evitar que resbalen en el olvido
los que ya se fueron pero nos dejaron su voz en sus obras. Dediquémosle
, pues, un merecido recuerdo al poeta argentino Carlos Alberto Débole,
que se hizo cargo de la Sociedad Argentina de Escritores en 1983, cuando
esta institución era todavía fiel al legado
de sus fundadores y a sus intenciones.. Ahora nos damos cuenta de
cuan poco importante es evocar las facciones de los que ya pudieron
prescindir del cuerpo. Sin embargo las canas, los
bigotes blancos de Débole y su sonrisa benévola ayudan a reavivar
su presencia inteligente entre
nosotros. La enumeración de sus premios resultaría tediosa y de todas
maneras sus datos están en
Internet. Prefiero revivir su
conmovido entusiasmo cuando relataba su gira en compañía de su mujer y
de amigos por la Sicilia de sus ancestros, el “profundo sur” como lo
llaman los italianos, en un minibús
alquilado. Hacía relevar que Débole poeta era otra cosa, no tenia nada que
ver con el Presidente de SADE. El cuento le preocupaba menos; sí, le
importaba la poesía. Su libro “Piedra
de Apariciones ”, era sobre
escultura. Tenía que ver mucho con su actividad durante diez años como
director de la galería “NEXO” de Arte y Cultura, en contacto con
grabadores, pintores y escultores. Con algunos había quedado muy amigo.
Giannetti, quizá uno de los más grandes escultores argentinos según él,
había grabado, en su obra Premio
Pallanza, un verso de Débole
cuyo libro le estaba
dedicado. Es muy sencillo, decía el poeta: cuando un escultor toma una
piedra, ¿qué tiene dentro la piedra?
Repetía unos arteforismos que de alguna manera dan una idea de los poemas: “La
piedra es una forma en espera que se heredará a sí misma”. Así
pensaba Michelangelo Buonarroti, en efecto, cuando iba a las montañas de Massa
Carrara, en Toscana, para seleccionar
los mármoles de los cuales literalmente extraía sus magnificas
obras de arte. Dejaba siempre una parte sin tocar, justamente para que,
por contraste, saltara a los ojos de todos el alma que había brotado del
bloque en bruto . “Abrir la
piedra es despertar el pasado, darle forma al futuro”, afirmaba Débole.
Luego recitaba un poema muy pequeño que decía: “Cava, cava
invasor, descorteza el ayer / su memoria dormida/ y el ojo de la piedra te
rendirá …” En esta pasión por la piedra, que según algunos
estudiosos tiene aura igual que una criatura orgánica, podríamos
asociarle la voz de otras poetas actuales. La
de Luisa Berutti, por ejemplo,(Pedernal, Viento y piedra) y de
Juana Arancibia (Porque es de piedra el corazón de todo), ambas
compatriotas suyas. Bueno, inferiría Carlos Alberto Débole: el asunto es que “toda piedra es un muro propicio para inscripciones./ De eternidad es la materia/.” |
Nisa
Forti Glori
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