Cinco preguntas básicas para Susana Dillon Secretaria del Foto Club Río Cuarto |
Es una de las voces más rebeldes y polémicas de la escritura local. Como maestra rural (actividad que la llevó a inventar historias para sus alumnos) fundó la escuela de campo "Las Lonjas" de General Baldissera. La desaparición de su hija durante la última dictadura militar y las injusticias sociales le fortalecieron la voz hasta alcanzar la potente denuncia que la caracteriza. Luchadora incansable por los Derechos Humanos, particularmente los de la mujer y de las comunidades aborígenes. En esta entrevista Dillon se refiere a "Las locas del camino", su libro número veinte, además de hablar de Literatura, Derechos Humanos, Historia, Religión, Política. |
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Susana Dillon, en su biblioteca |
¿Cómo y cuándo nace su interés por la escritura? - Nace en los lejanos años de mi adolescencia. En aquella época las chicas no andábamos hasta altas horas tomando una rica cervecita como ahora; las viejas nos tenían guardadas para cuidarnos la virginidad. Entonces desde muy joven yo me la pasé leyendo y adquirí una gimnasia en la lectura y la selección que me sirvió para el resto de mi vida. En mi familia todos eran muy lectores y cultos. Era la época en que la radio abría las puertas al conocimiento; no era todo tan chabacano como ahora. En la estancia La Josefina (propiedad de un tío) trabajaba el Eleuterio, un gaucho descendiente mapuche que me enseñó a cuidar la naturaleza. Las primeras nociones de Ecología, palabra que por aquella época no existía, me las dio el Eleuterio. Él mismo hoy es uno de mis personajes. Nos contaba cuentos de aparecidos y se juntaba con la tía Maggy (irlandesa) que también nos contaba cuentos de hadas y de duendes. Después, como maestra rural, empecé a inventar cuentos en donde los mismos chicos eran los personajes. Por ejemplo, "El Quique y la Lechuza" es un cuento que obtuvo un premio y lo escribí a raíz de que mi alumno Quique, en una ocasión, me regaló una lechuza porque no tenía otra cosa. No hace mucho se lo llevé a mi ex alumno, que hoy tiene una radio en General Baldissera. Él no se cansa de leerle a sus oyentes su propio cuento. Cada vez que me enfrento a un papel en blanco me remonto a aquella época. Mis alumnos siguen siendo los héroes. ¿No concibe la escritura si no es ligada a un compromiso ideológico? En aquella época el compromiso era mostrar la vida rural, la gente abierta, honesta, trabajadora. Después fui entendiendo la política del despojo, las chacras vacías, el latifundio, me fui metiendo con lo social. Cuando desaparece mi hija y me encuentro con la realidad espantosa de un país devastado por las dictaduras, la pluma me empieza a servir para el combate diario. Entonces te puedo decir que sí, que mi Literatura es comprometida. |
Yo no cuento cosas del corazón a no ser que sean amores de otros; el hecho de que uno se mire el pupo y esté doliéndose de las penas propias no me sirve. Me sirve para el nosotros, para darle voz a los que no la tienen. Yo siento que la vida me fue preparando para luchar por los derechos humanos... del sufrimiento se aprende. Siempre digo que si el sufrimiento no te hace mejor-no sólo el propio sino de quienes te rodean- si no te arma para combatirlo, más vale agarrar dos metros de soga y ahorcarse. No tenés por qué empezar a sangrar para que los otros se compadezcan. |
¿Susana Dillon cree en Dios? Mirá, yo tengo mi Dios particular. Te digo que el viejito que nosotros tenemos por Dios debe estar muy cansado de la humanidad; y con lo que ha pasado en estos días con el Papa debe estar harto de la pompa, la circunstancia y de todo lo mediático. El Dios mío es el de la piedad, la bondad y el que contempla al hombre como la obra más imperfecta, no como la más perfecta, esas cosas que inventaron los que escribieron los libros sagrados. Acordate que Eva tiene que nacer de la costilla del hombre, no del corazón o del cerebro, no, a la mujer le dieron el hueso más desangelado, como si fuera un juanete. Para mi hay otra creación, que es la que dijo Darwin, la evolución de las especies. No lo metamos a Dios en esto. El caso es que creo en los milagros. Mi nieta es un milagro que pudo llegar a mis manos en vida. Que yo esté viva es un milagro. Te creo en esas cosas pero no en lo que me dicen los sacerdotes, a quienes Cristo sacó del templo y los trató de sepulcros blanqueados. Entrando a la política ¿Cómo ve los gobiernos de Kirchner y Lula? ¿y la resistencia al neoliberalismo de los grupos globalifóbicos? El pobre Kirchner me mueve a mucha pena, lo mismo que Lula. Y a lo mejor están bien inspirados pero están ahorcados. Veo al neoliberalismo y el águila de los Estados Unidos clavados como nunca en las venas de América Latina. Es espantoso ver hasta dónde ha llegado el neoliberalismo. Antes nos mataban los chicos con las armas, ahora los matan con la droga, con la falta de educación, con la pobreza. Éste es un país en donde los jóvenes siempre terminan siendo las víctimas. La violencia existe porque no hay educación. El estado se desvincula, los padres también porque tienen que trabajar y los chicos están solos. Y los grupos de resistencia global requieren de mucha más cohesión, porque lo que hace el sistema es pulverizar, todo lo que se junta lo pulveriza. La lucha está bien pero hace falta más diálogo. Ya ha llegado al libro número 20 ¿De qué trata? Se llama "Las locas del camino" que son las transgresoras que hicieron el camino desde Santiago de Chile hasta Buenos Aires, ida y vuelta, durante las épocas de la conquista, la emancipación y la campaña al desierto. Nadie sabe que en el Ejército de los Andes hubo muchas mujeres que se pusieron la chaqueta de granadero y pelearon al lado de sus padres, maridos, novios o amantes. Éste es el caso de La Pancha, que en aquella época era famosa por sus proezas militares; ella era de San Luis y mujer de un granadero. Las mujeres dieron mucho para ese ejército y de eso no se sabe. La realización de este libro tiene toda una historia atrás: Alba Petrunga, que murió hace poco, estaba haciendo "La vida de las soldaderas" y se había munido de un gran material bibliográfico en un lugar donde yo no podría pisar: el archivo del Ejército Nacional. Esta mujer, antes de morir, me entregó un baúl lleno de fotocopias que hoy me permiten contar otra de las historias silenciadas, la participación de las mujeres en los ejércitos de |
Entrevista Diego Formía
Fotos Susana Menossi
Diario Puntal
El corredor mediterráneo
Otoño 2005
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