Jardín |
Jardín, en ti la dicha, el verdor de la pradera diminuta, la quietud de la tarde.
En ti se sueñan en verano la cálida caricia y el beso, el jugoso sabor de las naranjas, la sombra candente del estío en las siestas amarillas de diciembre.
Jardín, no eres la mera palabra que vibra con tintineo de campanilla, la simple palabra, sino un poema de vida, un vuelo de mariposas hamacando en el aire luz, risa, cantar, un nítido recuerdo de infancia.
No te quedes estático a mis ojos, extiéndete rompiendo los cercos de las casas, inunda la ladera del mundo, y nace y ríe en los lechos de los niños del Vietnam agonizante,
Jardín, jardín de tréboles, avasalla la tierra como enredadera enamorada hasta cubrir los campos de batalla y multiplicar los panes en las bocas. |
Renne Ferrer
(Del libro Voces sin réplica, 1967).
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