Iguales |
Entrelazados en el silencio, debemos entenderlo; somos iguales todos creados para un norte incandescente con la misma arcilla de los tiempos.
Diferentes, tal vez, En el matiz que ponen los defectos o el distinto color de nuestros cuerpos.
Sentirse acantilado que no rompe el soplo huracanado de los vientos. Oh, error trascendental que nos denigra. Qué tristemente lejos de la aurora Boga este barco nuestro hacia las sombras.
Debemos entenderlo, alma pequeña, Estamos destinados a arrancarnos esta adherida imperfección doliente, perderla por caminos siderales, ahogarla en torrentes ancestrales hasta que sepultemos los rencores en los pozos oscuros que separan la vida de la nada.
En la quietud íntima del ser, reconozco de otras multitudes la ronca soledad; distintas solamente por los tristes desvelos del destino, iguales n el fin y en el principio de un mismo derrotero peregrino. |
Renne Ferrer
reneeferrer@gmail.com
(Del libro Peregrino de la eternidad, 1985)
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