Estábamos cotorreando bien suave y nadie
se fijó que una camioneta oscura de vidrios, polarizados, sin placas,
bien perrona había dado ya tres vueltas por la manzana, despacito, casi
a vuelta de rueda. Y es que a Paco se le ocurrió presumir que Karla, su
novia, era todavía virgen y no se la acababa con la flota:
-Serás pend..., ¿a quién se la estás cuidando?
-¡Cómetela güey!, te sacaste la lotería y no has ido a cobrar el boleto,
ja, ja
-Ya sabes, si no puedes, márcame… ¡¡órale, es guasa, cálmate, no hay
pedo!!
Nadie vio tampoco cuando de la camioneta oscura bajaron 3 tipos con
pantalones de mezclilla y camisas a cuadros como si anduvieran
uniformados, sin duda sicarios, hasta que se acercaron a nuestro grupito
de cuates y nos gritaron, muy gandallas , apuntándonos con unas fuscotas
de este pelo:
-Tú y tú súbanse a la camioneta o los quebramos, ustedes váyanse a la
chingada y cuidado la hagan de tos, los estamos licando y sabemos dónde
viven y a qué escuelas van.
Fue todo tan rápido que Pedro y yo nos quedamos como clavados en la
acera y fue hasta que la camioneta arrancó que recogimos la baba. ¿Qué
había pasado? ¿Por qué se habían llevado a Miguel y a Paco y a nosotros
no? ¿Quiénes eran? ¿Por qué se los llevaban?
Quién sabe, pero hasta ese momento nos dimos cuenta que había pasado
algo muy cabrón y corrimos a avisarle a los papás de nuestros cuates. Al
principio creyeron que era una jalada pero cuando les dimos detalles las
mamás se pusieron a chillar, ¡¡¡no mames, como en los velorios!!! Y al
papá de Paco por poco también se le salen las de San Pedro. El de Miguel
es emigrado y vive en California, su mamá decidió no avisarle hasta que
la cosa fuera más clara.
Esa noche los papás de mis amigos se la pasaron con el ojo claro,
esperando que sonaran los celulares o los fones de las casa y tampoco
hicieron reporte a la policía, esperando que los malandros se
comunicaran pero no hubo nada, ni una llamada, ni un mensaje, ni madre.
Pasó el jueves, viernes y hasta el sábado a mediodía, casi al mismo
tiempo las jefas supieron que sus hijos seguirían vivos si se pagaban $
200,000 por familia, depositados en una cuenta bancaria x.
-Si no, “se los va a llevar la chingada” dijeron los güeyes.
-Ya les enviaremos la cabeza o un brazo si la hacen de tos, amenazaron.
Lo que siguió fue un desmadre porque ninguna familia tenía tanto dinero.
El papá de Miguel hizo coperacha en California entre la raza y envió el
money; los papás de Paco tuvieron que malbaratar un terrenito, acá por
la salida a Salamanca, para recuperar a mi compa, pero ¡qué méndigos!,
el día que llevaron el dinero a un baldío por la salida a Quiroga, los
malosos no los entregaron y sólo prometieron dejarlos a otro día donde
los habían levantado. ¡¡Nada de esto sucedió, no sé cómo la gente puede
confiar en la palabra de esos pinches güeyes¡¡
Ya ha pasado un mes y mis compas no aparecen. Los sicarios les han
sacado más dinero a sus papás con nuevas promesas y creo que lo peor es
que les fregaron la vida a toda la familia: las mamás han iniciado
cadenas de oración, la raza los hemos difundido por internet en feis,
por el twiter desde que los levantaron, ya se hicieron por fin las
denuncias pero todo sigue igual, los de la PGR y la AFI están con ellos.
La hermana del Migue me cuenta que su mamá llora todas las noches y no
quiere dejar salir a sus hermanos menores a ningún lado ya tarde.
Migue tenía 22 años y sus hermanos tienen 18 y 16. Para ellos se
acabaron los antros y las pachangas y viven cada vez peor, pues la
familia se ha endrogado cada vez más para entregar lo que les piden, con
la esperanza de recuperar a Miguel; con Paco ha pasado lo mismo, sus
papás y hermanos viven una constante crisis nerviosa y económica. Ya han
dejado de depositar cantidades en cuentas bancarias fantasmas como las
primeras semanas. Saben que es sólo un engaño y que no les van a
entregar a los muchachos… está muy cabrón el asunto. Qué gacho y pensar
que eran los dos que nunca le quisieron entrar ni a la mota ni al polvo.
-Se chinga el cerebro y ya no sirve para estudiar- decían
-¡Ay sí, mariquitas sin calzones!
Pobres batos, ni eso les valió, esos pinches sicarios se pasan, le
quieren cobrar a doña Soco, la de la tienda, $3000 dizque por derecho de
piso. Yo creo que la doña no saca ni 2000 al mes del negocio. Petra, la
menudera mejor se fue para “La Concha” porque le sacaban mil por mes… y
no le quedaba nada.
En el barrio se comenta que lo más seguro es que los muchachos ya no
vivan o que los están obligando a hacer las chingaderas que hacen los
sicarios, a güevo.
-Hasta se enchina el cuero, güey.
Hemos dejado de reunirnos para cotorrear y echar la chela en la esquina
porque no queremos ser los próximos. A veces me acuerdo de ese güey que
dijo que a Michoacán nos iba ir bien, muy bien y me da coraje porque La
Jornada dice que a su hermana la escoltan varios guaruras bien mamados y
con buenas fuscas… ¿y nosotros? Bien, gracias, aculados y encerrados,
tragándonos nuestro coraje y nuestro miedo por temor a que esa pinche
Familia o los caballeros de no sé mamadas nos levanten para sus
chingaderas… y no volvamos jamás.
-Sí, está cabrón el bisne…
-Si, muy güey
Ni modo, ya qué, si nos va a llevar la chingada, que nos lleve, ni pedo. |