¿Aprehensión integral de la cultura? Dr. Felipe Estrada Ramírez |
La
humanidad de la cultura, su atributo calificador por antonomasia, no se da
por generación espontánea, ni se logra a través de decreto. La cultura
como proceso y resultado histórico concreto está fundada en determinado
régimen económico, político y social que media todo el funcionamiento
de su contenido, incluidas las políticas culturales. La
aprehensión integral de la cultura es posible cuando ésta, es expresión
del ser esencial humano, sus necesidades y propósitos. “El hombre
abrumado de preocupaciones, - escribe Marx – urgido, no tiene sentido
para la más hermosa obra de teatro; el traficante en minerales sólo ve
el valor mercantil pero no su belleza y naturaleza única del mineral. No
posee sentido mineralógico. Así, la objetivación de la esencia humana,
tanto en su aspecto práctico como teórico, es necesaria para que se
forme el sentido humano del hombre, al igual que para crear el sentido
humano correspondiente a toda la riqueza de la existencia humana y
natural”104
Cuando
el hombre no objetiva su ser esencial en su obra (cultura) carece de
condiciones para aprehenderla en su totalidad, le es ajena, no se
identifica con ella. “por que no solamente los cinco sentidos sino también
los llamados sentidos mentales – los sentidos prácticos (voluntad,
amor, etc.) – en una palabra, el sentido humano – la humanidad de los
sentidos – se construyen en virtud de un objeto, en virtud de la
naturaleza humanizada. La formación de los cinco sentidos es el trabajo
de toda la historia del mundo hasta nuestros días.”105 Como
la cultura expresa el ser esencial de hombre, cuando determinadas
condiciones sociales, la hacen extraña, al propio hombre, entonces, la
aprehensión integral de la cultura resulta quimérica. El
hombre dirige su atención a satisfacer las necesidades inmediatas,
urgentes para sí, como ser biológico, pues no se realiza en la obra
humana” (...), no se confirma a sí mismo, sino que se niega a sí
mismo, no se siente feliz sino desgraciado, no desarrolla libremente su
energía física y mental sino que mortifica su cuerpo y arruina su mente
(...) ya no se siente libremente activo en otra cosa que no sea sus
funciones animales: comer, beber, procrear, o a lo más, en construir su
habitación, buscarse el vestuario, etc.; y en sus funciones humanas no se
siente otra cosa que un animal. Lo que es animal se hace humano y lo que
es humano se hace animal”106
En
tales condiciones, las verdaderas necesidades humanas (crear, deleitar su
propia obra) en pos de su enriquecimiento espiritual y material, no se
realizan, en fin, no se identifican con su ser esencial, ni son objetos de
sus intereses cardinales. La
creatividad como revelación de las fuerzas esenciales del hombre está
estrechamente relacionada con la aprehensión integral de la cultura, sin
embargo, en las formaciones antagónicas de clases (...) resulta común
(...) el hecho de privar a las masas trabajadoras de las condiciones
necesarias para realizar su ascensión genérica, para su educación y
desarrollo. Al mismo tiempo, hay que subrayar que las formas de división
del trabajo que dominan en estas formaciones, vuelven unilaterales y
limitados no solamente a los individuos que pertenecen a las clases
oprimidas, sino también, a los individuos de las clases dominantes, hecho
que halló su manifestación más evidente (...) en la formación del
llamado “hombre unidimensional”107
Es
que el capitalismo genera un creciente proceso de alienación de la
cultura, pero con la diferencia que unos (la minoría) disfruta con la
explotación del otro (la mayoría). Pero ambos son objetos de la alienación,
pues ambos no realizan su ser esencial en la cultura. Las necesidades e
intereses inmediatos dominan su diario quehacer. En un caso su actividad
se orienta a la subsistencia existencial, en el otro a un mayor
enriquecimiento. Ninguno trasciende la inmediatez, ninguno puede realmente
mirar la realidad con ojos
humanos. En todos, la cultura del ser se subordina a la cultura del tener
y al consumismo y los árboles le impiden ver el bosque, es decir, no se
realizan como sujetos libres y ricos espiritualmente. Esta
realidad sirve de premisa teórica de partida para el análisis de
cualquier caso concreto actual, donde impere el capitalismo neoliberal.
Monterrey no es una excepción.108
Se trata de una comunidad, capital de uno de los estados de mayor
desarrollo económico de México y al mismo tiempo con una distribución
desigual de las riquezas. La lucha por la existencia, por el mejoramiento
económico o por acumular más riquezas domina el panorama “cultural”
del municipio. El desarraigo identitario, la crisis de valores y los vacíos
existenciales caracterizan el comportamiento de la gente. Los programas
educativos carecen del financiamiento necesario. La miseria es empíricamente
registrable en las clases marginadas. La clase media es inestable e
insegura, pues está constantemente expuesta a bajar su estatus de vida e
integrar las filas de los desempleados y marginados. El
desempleo crece con gran rapidez. La tecnología de la comunicación está
en su mayoría en función del mantenimiento del status quo existente. El
presupuesto estatal para el desarrollo social es significativamente
insuficiente. La privatización se incrementa, siguiendo el dictado de la
política neoliberal. En
una realidad de esta naturaleza, donde el hombre prioriza el “tener”,
por encima del “ser”, no es posible hablar de aprehensión integral de
la cultura. La cotidianidad insegura, inestable y violenta merodea como
duende y no deja espacio a lo universalmente humano. El estado actual de
la cultura de Monterrey es un fiel reflejo de esta realidad. Es su expresión
fenoménica. Un efecto, que aunque está mediado por muchos factores,
responde a causas estructurales profundas.
Referencias: 104 Marx, C. Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844. Edit. Pueblo y Educación, La Habana, 1977, pág. 114. 105 Ibidem. 106 Ibidem, pp. 74-75. 107
Kelle, V. Koralzón, M. Teoría e Historia. Edit.
Progreso, Moscú, 1985, pág. 303. 108 En epígrafes anteriores se abordó la realidad de Monterrey y en el capítulo siguiente se ampliarán otros aspectos en la misma medida que se exponga el comportamiento del pueblo ante algunas expresiones, artístico-literarias de la cultura. |
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