Marguerite Yourcenar (1903-1987)
Berta Estrada

Esta incomparable mujer, una de las más grandes intelectuales del siglo XX, marcó un hito en la historia de la literatura. Además fue la primera mujer en ser elegida miembro de la Academia Francesa. Ganadora de innumerables premios literarios, entre ellos el Premio Fémina.

Su padre, un verdadero librepensador, formado en la más rancia aristocracia del siglo XIX y bajo la tutela de preceptores privados, educa personalmente a su hija, quien a los 16 años valida el bachillerato, sin haber pasado nunca por una escuela, ni pública ni privada. Desde pequeña le infunde el amor por las lenguas antiguas y modernas. Es así como Marguerite Yourcenar aprende el griego antiguo y moderno, el latín, el inglés y el italiano, además del francés, su lengua materna. Fue considerada una de las más grandes helenistas de su tiempo. Su padre le enseñará también el amor por los viajes y por las culturas foráneas, hasta el punto que cuando observaba en su hija un apego especial por una ciudad o un país determinado, empacaba maletas y emprendía con ella un rumbo diferente. De esta trashumancia, Marguerite Yourcenar repetirá hasta el cansancio la frase preferida de su padre: "Sólo se está bien en otra parte". Más que su padre, fue su mentor, amigo y guía. A su muerte le legó su enorme biblioteca y una fuerte fortuna, que le permitiría vivir holgadamente por espacio de varios años.

A los l6 años escribe y publica su primer poema, cuyo tema era la leyenda de Icaro. A los 26 publica su primera novela: "Alexis o el Tratado del Inútil", donde comienza a bucear, a indagar, a reflexionar sobre un tema que siempre sería una constante en su narrativa y en su poesía: la homosexualidad. Tema tabú para comienzos del siglo XX, y arduo aún para muchas mentes conservadoras de nuestro tiempo. Su traducción de Virginia Woolf y de Cavafis, es una respuesta a esa búsqueda que se impone desde su juventud. Más tarde, y siempre fiel a la traducción y a la difusión literaria y cultural, dará a conocer en Francia los cantos espirituales de los descendientes de los esclavos de los Estados Unidos.

En la Segunda Guerra Mundial escribe "El Tiro de Gracia", texto narrado por su protagonista en primera persona, veinte años después de terminada la guerra. En él nos muestra una visión bastante particular de Los Balcanes, del amor, de la guerra, del ménage à trois. Esta obra es antes que nada una reflexión ontológica sobre las pasiones (léase miserias y grandezas del ser humano).

Terminada la guerra M. Yourcenar se encuentra sin dinero, por lo que emigra a Estados Unidos, haciéndose incluso ciudadana norteamericana, allí vive y comparte el resto de su vida con Grace Frick. Comienza a escribir "Memorias de Adriano", un tema que la había obsesionado desde los 20 años, y cuyo manuscrito había sido escrito y reescrito varias veces, destruyendo siempre las copias anteriores. Para 1949 sólo quedaba un pequeño fragmento de todo el material que había acumulado en todo ese tiempo. "Memorias de Adriano" narra la vida de uno de los más importantes emperadores romanos, protector de las artes, de las letras y de los esclavos y amante de los efebos, como cualquier romano de su época. Este libro, más que una lectura, es un regalo al espíritu humano, contiene sentencias de profunda sabiduría y conocimiento del alma (cuando digo alma, no me refiero al concepto judeocristiano, sino a la esencia misma del ser humano).

"Memorias de Adriano" es, sin lugar a dudas, su obra más conocida en Colombia, y aunque para muchos es su obra maestra, yo me inclino por Opus Nigrum. Novela menos conocida, menos divulgada, pero de una belleza estética inconmensurable. El libro narra la vida de Zenón, un monje que está a caballo entre el Medioevo y el Renacimiento; y como muchos de los hombres sabios de su época, Marguerite Yourcenar lo concibe como un hombre total, lo convierte en médico, en alquimista, en pensador, en transgresor, en viajero y por supuesto en un hombre perseguido por la Iglesia. Sus perseguidores, a pesar de estar viviendo en el siglo XVI, aún están anclados en el siglo XIII o XIV. Zenón será el personaje preferido de Marguerite Yourcenar, hasta el punto que en el ocaso de su vida afirmará que en el momento de su muerte él será su médico de cabecera. Este enigmático personaje, posee las características de Leonardo Da Vinci o de Paracelso, entre otros. Zenón, a diferencia de Adriano no ostenta ningún poder, es un ser más bien marginal, hereje y aventurero. En esta última característica estaría reflejada la M. Yourcenar, viajera e inquieta por otras culturas y por otros tiempos. No hay que olvidar que antes de escritora, se consideraba a si misma como historiadora. Zenón, al igual que su creadora, no cae en ninguna ortodoxia y al igual que el padre de Yourcenar, es un libre pensador, posición intelectual inconcebible en el siglo XVI.

Ahora bien, uno podría preguntarse porque M. Yourcenar prefirió ahondar en la historia del pensamiento humano, antes que escribir sobre su propia vida, a lo cual ella respondió en una entrevista: "El público que busca confidencias personales en los libros de un escritor determinado, es un público que no sabe leer". Esta búsqueda de otras culturas, la llevó a escribir un ensayo sobre Mishima y un libro de cuentos orientales, donde rescata el gran valor de la tradición oral. "Los Cuentos Orientales" podrían hacer parte de "Las Mil y un Noches"; poseen la magia y el encanto de ese mundo desconocido y mágico que es el desierto; al mismo tiempo que nos acerca a la cultura de los pueblos transhumantes.

Pero si aún nos queda un rescoldo de duda sobre la importancia y trascendencia de M. Yourcenar, no habría sino que pensar en su gran aporte desde el punto de vista estilístico. Obras como "El tiro de Gracia", por ejemplo, son narradas en primera persona, en este caso por su protagonista. Esta técnica narrativa, por la que siente especial aprecio, elimina el punto de vista del autor y por lo tanto su discurso se hace más objetivo, más universal. En el prefacio a esta obra, la autora escribe: "La narración es en primera persona y puesta en boca del principal personaje; procedimiento al que a menudo he recurrido, puesto que elimina del libro el punto de vista del autor, al menos, sus comentarios y permite mostrar a un ser humano haciéndole frente a la vida y esforzándose más o menos honradamente por explicarla, así como, en primer lugar por recordarla".

No obstante habría que recordar que dicha técnica narrativa ya había sido abordada por André Gide, por quien M. Yourcenar sentía un especial aprecio. La diferencia con Gide radica en la suprema maestría que imprime Yourcenar a sus textos. En su narración se observa, a la vez, la crueldad que todo ser humano lleva en lo mas profundo de su ser y la búsqueda del absoluto, muchas veces a través de la sexualidad....

Berta Lucía Estrada E.

Diario La Patria de Manizales (Colombia).
Separata dominical " Papel Salmón"
beluesfeminas.blogspot.com

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