Cuatro mujeres, cuatro momentos
Berta Lucia Estrada E.

Por lo general cuando estudiamos la historia de la literatura o del arte, nos solemos circunscribir a la producción realizada por el hombre, pero rara vez a la producción realizada por las mujeres. Ignoramos con cierta facilidad los importantes aportes que ellas han hecho en los diferentes dominios del saber humano: la ciencia o las humanidades. En cuanto a esta última se refiere, la producción de la mujer ha tenido un rol definitivo en los cambios socioculturales de los pueblos, y ha logrado ejercer una gran influencia en los tiempos que le ha tocado vivir. Hoy hablaremos de cuatro mujeres, que desde el oficio de la literatura o de la plástica, lograron revertir el orden establecido por la sociedad de su tiempo, y por lo tanto contribuyeron a generar los cambios que han hecho posible la inserción de la mujer en todos los ámbitos de la vida laboral y académica. Ellas son: Georges Sand, Camille Claudel, Frida Khalo y Simone de Beauvoir.  

Georges Sand: (1804 -1876) La vida de esta escritora francesa es bastante singular, aún hoy en día su comportamiento daría mucho de que hablar dentro de los círculos sociales, donde los prejuicios y la doble moral tienen su mejor asiento. Su nombre verdadero era Aurore Dupin, y su nombre de casada era la Baronesa Aurore Dudevant. Desde muy joven se revelaría contra los convencionalismos de su época, los cuales exigían que la mujer se limitara al desempeño de los  roles domésticos: Cuidado del hogar, crianza de los hijos, esposa fiel y abnegada… y si pertenecía a la élite social, podía acceder al esparcimiento que proporcionaban las fiestas y al ocio característico de la aristocracia y de la alta burguesía del siglo XIX. Su matrimonio, como todos los matrimonios de su época, fue arreglado y de esta unión tendría dos hijos, quienes serían siempre su principal razón para vivir, pero quienes tampoco serían un escollo para realizarse como escritora y como mujer. 

Georges Sand, escandalizó al círculo social al que pertenecía de diversas formas, primero su independencia la lleva a separarse de un marido al que no respeta ni ama, decide vivir sola con sus hijos y ejercer una profesión, en la cual no había espacio para las mujeres: La literatura. Para subvertir aún más el orden de las cosas, decide entonces cambiar su nombre por uno masculino y va aún más allá: es la primera mujer en vestir ropa masculina. Pero ante todo es una mujer libre, que decide cuando y a quien amar. Ama sin tapujos, sin prejuicios, es ella quien toma las decisiones, así que escoge sus amantes, pero también es ella quien decide cuando y como terminar una relación. Los hombres que Georges Sand escogía, podían decir que habían sido sus amantes, no obstante ella no sería la amante de nadie; en el sentido que nunca pudieron ejercer influencia alguna sobre ella, ni lograrían menoscabar ese espíritu de independencia que siempre la caracterizó. Se rodeó de los hombres más ilustres de su tiempo: Alfred de Musset, quien nunca terminaría de entender porque ella se había cansado de su relación; y su gran amor Chopin, a quien ella seduciría y cortejaría de una manera completamente masculina. A Chopin la unía una mezcla de sentimientos que iban desde la pasión hasta una relación un poco maternal, que la impulsaba a velar por su precaria salud. Dentro de sus mejores amigos se contaba también a Liszt. Georges Sand escribiría 70 novelas y 25 obras de teatro, y una enorme producción epistolar, cuya recopilación permitiría conocerla más íntimamente y escribir su biografía casi como si ella se la dictara a un escriba.

Camille Claudel: (1864 - 1943) Esta extraordinaria escultora viviría una vida marcada por la fatalidad. Poseedora de un gran talento terminaría su vida encerrada en un hospital psiquiátrico, alejada de los hombres que más amó: Su hermano Paul Claudel, a quien ella misma le auguraría un gran lugar en el mundo de las letras, y su gran amor Auguste Rodin, el genio de las Puertas del Infierno; proyecto en el que Camille Claudel participaría como su ayudante. Camille conoce a Rodin, quien no sólo se convierte en su Maestro sino en su amante. Juntos trabajarían por espacio de varios años, pero la relación terminaría abruptamente; en parte porque Auguste Rodin no se separaría nunca de su compañera Rose Beuret. Camille Claudel se sumergiría cada vez más en su trabajo, y junto con él en una profunda soledad que la llevaría finalmente a la locura. Algunas de las obras que fueron atribuidas a Rodin por espacio de casi un siglo, son en realidad trabajo de Camille Claudel. Incluso una de las causas de la paranoia que la afligiría por más de treinta años, fue producto de los rumores que sus obras eran en realidad ejecutadas por él. Por lo tanto el excesivo amor y devoción que sentía por Rodin se convirtieron en un odio sin  atenuantes, que también fue decisivo en el deterioro mental que la aquejaría hasta el momento de su muerte. 

Frida Khalo: (1907 – 1954) La vida de Frida Khalo, la pintora surrealista de origen mexicano, también estuvo marcada por la tragedia y el dolor. Cuando Frida tenía 18 años de edad, tuvo un accidente automovilístico, el bus en el que viajaba fue atropellado por un tranvía, su columna vertebral sufrió una triple fractura, al igual que la pelvis. El pasamanos del autobús la atravesó entrando por la cadera y saliendo por la vagina, los médicos creían firmemente en que no se salvaría; pero Frida sobrevivió a este su primer desastre. Hasta ese momento Frida no había pensado nunca en la pintura, pero la larga convalecencia, postrada en una cama y presa del dolor, la llevaron a buscar refugio en el arte. Poco tiempo después conocería al gigante de la pintura mexicana: Diego Rivera, el padre del mexicanismo y del muralismo. Diego y Frida se enamoraron y el día de su matrimonio sus padres dirían que era la unión entre un elefante y una paloma. Frida estaba consciente que Diego nunca le pertenecería completamente, que una parte de él estaría siempre al lado de otras mujeres, incluyendo a Cristina, la hermana de Frida, con quien Diego Rivera le sería infiel por espacio de algún tiempo. Al respecto Frida diría que ella había tenido dos accidentes graves en su vida: El primero cuando la atropelló el tranvía y el segundo cuando conoció a Diego. Pero Frida tampoco sería del todo fiel, cuando el matrimonio aloja a León Trotsky, Frida se siente atraída por él, y terminan viviendo un breve idilio. No obstante su gran amor fue siempre Diego Rivera. La gran frustración de Frida fue no haber podido ser madre, quedaría embarazada tres veces, pero las tres veces sufriría abortos naturales o terapéuticos, puesto que el embarazo no podía llegar a término por las graves lesiones que había sufrido en el accidente automovilístico. Frida se refugia cada vez más en la pintura y el trabajo le sirve para exorcizar todas sus angustias, temores y frustraciones. Realiza un autorretrato con la columna partida y otra pintura donde aparece el hijo que nunca tendrá ligado a ella por el cordón umbilical, mientras que la placenta yace en el suelo. Su relación con Rivera la sensibiliza política y socialmente y al igual que él se vuelve profundamente mexicana, hasta el punto de adoptar el vestido típico de las tehuanas, se viste y se peina como ellas. Su casa está repleta de símbolos de la cultura mexicana, y esos símbolos inundan su obra. Pero es sólo cuando André Bretón la visita y le dice que su pintura es surrealista que Frida toma conciencia del género al que pertenece su pintura. Sin embargo a partir de ese momento los símbolos se hacen menos evidentes, su pintura sufre una transformación, y expone en Europa. Frida Khalo moriría en 1954, después de haber pasado por varias operaciones que trataban de aliviar su penosa situación física. La vida de Frida Kahlo ha sido llevada recientemente al cine, su papel lo ha interpretado la actriz mexicana Salma Hayek, y actualmente en Canadá lo están representando en las tablas.

Simone de Beauvoir: (1908 – 1986)  Cuando se habla de feminismo inmediatamente se nos viene a la cabeza el nombre de Simone de Beauvoir, la eterna compañera de Jean-Paul Sartre. Simone de Beauvoir estudia filosofía, pero muy pronto se dedica al ejercicio de las letras. Inmediatamente después de la segunda guerra mundial Simone de Beauvoir participa en la fundación de la revista los Tiempos Modernos, Su gran preocupación fue siempre la condición de la mujer, y toda su obra la dedicó a reflexionar sobre dicho tema. Su libro “El Segundo Sexo” marcó un hito en la historia del siglo XX, en él Simone de Beauvoir dijo una frase que quedó grabada para siempre en la historia del feminismo: “Uno no nace mujer, uno se convierte en mujer”. Más tarde vendrían otras obras, como: La Invitada, Memorias de una joven juiciosa, la Fuerza de la Edad y La Mujer Rota, entre otras. En La Mujer Rota, Simone de Beauvoir utiliza dos páginas enteras para expresar la inconformidad de su personaje frente a la situación que debe enfrentar como mujer: “Estoy harta, estoy harta, estoy harta, estoy harta…”. Al lado de Jean-Paul Sartre estaría siempre al frente de las luchas políticas, denunciando y acusando. Nunca se casaron, nunca vivieron juntos, pero siempre fueron pareja. Una pareja bastante sui-generis, donde no cabían los celos ni la posesión absoluta. Tanto el uno como la otra tenían carta blanca para establecer las relaciones que deseasen, Sartre con otras mujeres, y Simone de Beauvoir con otros hombres y…con otras mujeres; y luego se contaban sus aventuras. 

Simone de Beauvoir estuvo siempre al frente de los movimientos feministas, fue su más firme abanderada y luchó por los derechos de la mujer, entre ellos el derecho a decidir sobre su propia sexualidad. En 1971 firma el Manifiesto por la Libertad del Aborto, luego aceptaría la presidencia de la Liga de los Derechos de la Mujer. En 1981 se adhiere a la campaña antisexista de los Derechos de las Mujeres que lideraba Yvette Roudy y hasta su muerte en 1986 firmaría cientos de proclamas por la libertad, igualdad y emancipación de la mujer.

Berta Lucía Estrada E.

Diario La Patria de Manizales (Colombia).
Separata dominical " Papel Salmón"

17 de marzo de 2002
beluesfeminas.blogspot.com

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