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Un comunicador que promueve salud |
A la memoria de la señora María Caridad Alfonso, quien con su ejemplo vivo nos enseñara a vivir cada día. |
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El licenciado Raúl Fuillerat Alfonso, investigador titular y profesor auxiliar de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, es el director, guionista y conductor del espacio Vivir cada día, que se transmite los martes, en el horario de 6:30 a 8:00 pm, en la capitalina emisora Habana Radio, cuyas ondas hertzianas llegan a casi toda la geografía insular. Con apoyo en los resultados de encuestas de opinión llevadas a cabo por especialistas de ese medio de prensa, dicho programa es valorado como uno de los espacios estelares de la emisora del Historiador de La Habana (como también se le conoce), tanto por la variedad y calidad de los temas desarrollados en cada edición, como por la gran cantidad de radioescuchas con que cuenta, y cuyo objetivo fundamental es contribuir al mejoramiento humano y espiritual del oyente. |
Vivir cada día cumplirá próximamente nueve años en el aire; por esa razón, decidí entrevistar al profesor Fuillerat Alfonso para que nos hable acerca de su fructífera labor en el campo de la comunicación social, dirigida —en lo fundamental— a la promoción de salud mental y espiritual. Profesor, ¿qué representa para usted como comunicador social ser el escritor, director y conductor del espacio Vivir cada día, uno de los programas de mayor audiencia en la emisora Habana Radio? Mire, esa pregunta es tan compleja como sencilla pero Vivir cada día es, quizás, la forma de realización más completa, humana e integral que he tenido en toda mi vida y en toda mi carrera como profesional de la salud mental. Ya había tenido una experiencia similar con un proyecto realizado en Centro Habana, cuando trabajaba en Salud Pública: me propuse establecer las bases para el Modelo de competencia que actualmente se aplica en el mundo; ese Modelo […], a diferencia del Clínico tradicional, le otorga el mayor peso, la mayor responsabilidad, a la comunidad en la solución de los problemas de salud. En dicho proyecto, se logró en gran medida ese objetivo y es una de las grandes satisfacciones que llevaré siempre conmigo: ver la comunidad cómo defiende su propia salud […] Entonces, surge la idea del programa radial Vivir cada día […]; espacio en el que fui educando a los oyentes, fueron naciendo los lideres, y además, cada semana participan figuras importantes de la cultura, la ciencia, el deporte o cualquier otra esfera de la vida, que vienen al programa a comentar sobre el tema de psicología, de crecimiento personal; en fin, vienen a hablar no de su vida profesional, sino de salud. También se invita a personalidades de las ciencias médicas y psicológicas […]. En fin, pude, a través de Vivir cada día, crear no sólo una comunidad, sino también cientos, miles de promotores de salud, y comenzamos a encontrarnos con ellos en la Casa de México, en el Centro Histórico de La Habana, donde —en la penúltima cita— se reunieron cientos de personas. Cada martes asumen su responsabilidad como promotores de salud, cuyo radio de acción es nuestro espacio, donde participan a través de consejos u orientaciones y relatan sus experiencias, sus vivencias personales. Entre otras cosas, aprendieron que la música también forma parte de la promoción de salud, ya que los números musicales seleccionados siempre tienen que ver con el tema de psicología; por ende, contribuyen a reforzar los conocimientos adquiridos en ese contexto. Con Vivir cada día se cumplen muchas de las normas de la comunicación social en salud y se pone en práctica el Modelo de competencia desarrollado por los promotores incorporados a esa noble tarea, por los lideres que han venido formándose entre los oyentes, por las personalidades que utilizamos para promover salud, por los propios promotores del Centro de Prevención de Infecciones de Trasmisión Sexual (ITS/SIDA), y por la participación de personas con toxicomanía alcohólica compensada. Cada martes deviene verdadera reunión de promoción y prevención de salud; por consiguiente, dicho programa es mi mayor riqueza profesional, humana y espiritual. ¿Qué lo motivó a escoger ese nombre para un espacio que, al cabo de casi una década de estar en el aire, cuenta con tantísimos seguidores? El nombre me lo sugirió una buena amiga, directora de la televisión cubana, Xonia Zayas, creadora de Mientras llega la noche, aquel espacio inolvidable que conducía la locutora y periodista Rosalia Arnáez, presidenta de la Asociación de Medios Audiovisuales y Radio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y en el que aprendí y me desempeñé no sólo como comunicador, sino como escritor y asesor del espacio. Pensamos en dos nombres: Con un poco de amor y Vivir cada día. Cuando le propuse los dos nombres a la periodista Magda Resik, directora de Habana Radio, me aconsejó que Vivir cada día era mucho más original y se acercaba más a los objetivos que nos trazamos desde el inicio […]. El lema del espacio es vivir cada día con salud y felicidad […]. A la hora en que finaliza el programa invitamos a los oyentes a un momento de reflexión, de relajación, después de dos horas de análisis de un tema; es precisamente ese el momento en que les digo: “vamos a aislarnos para conversar con nosotros mismos […], para decirnos nuestras verdades, es un momento mágico” […], siempre los llevo a caminar por cualquier parte de la Habana antigua y ahora lo hago por cualquier lugar del archipiélago cubano recién incorporado a nuestra gran familia. Incluso por lugares que no he visitado, pero investigo primero cómo son y ese es el escenario imaginado por todos para caminar y que cada cual, desde su casa, reflexione sobre el tema y cierra ese momento un tema musical que apoya lo que hemos estado sugiriendo en lo que se me ocurre llamar “ejercicio de relajación”. Es simpático, porque muchos oyentes hacen sus cálculos para que los sorprenda la hora del cierre con su llamada en el aire, porque cuando el reloj marca las ocho, se suspende todo […] y es una especie de llamamiento urgente [a] intentar cambiar estilos de vida.
¿Cuáles son los indicadores fundamentales sobre los cuales se estructura ese programa..., y en la praxis radial, cómo funciona? Bueno ya le he dicho algunos: el “súper-objetivo” es cambiar estilos de vida, aumentar la calidad de vida, contribuir al crecimiento personal sobre la base no sólo de nuestra intervención, sino también de otros especialistas […], la participación de personalidades que sabemos que los radio-oyentes quieren y admiran (lideres en sí), su criterio sobre el problema que se analiza, la ayuda que se brindan los unos a los otros, porque —a veces— alguien llama y manifiesta su mal estado de salud, y de inmediato, todos los oyentes comienzan a llamar y a darle criterios y consejos […]. Por otro lado, la música también desempeña su función psicoterapéutica, ya que ese espacio es una conversación en familia, donde todos y todas somos protagonistas, y digo todos y todas, porque el único protagonista son los oyentes, ya que sin ellos no hay espacio […] por ser los principales responsables de su salud, como lo establece el Modelo de competencia […]. En fin, por esos indicadores se mueve el espacio y el mejor resultado está en la cantidad de llamadas que se reciben, incluso muchos llaman antes de comenzar el programa para participar; en la calle se me acercan muchas personas y en los encuentros donde se hace la convocatoria correspondiente, y ya la Casa de México resulta pequeña. Y no es sólo la asistencia a esos encuentros, sino los debates sobre temas de salud generados en dichos contextos.
De acuerdo con la dinámica y el enfoque que usted le da a Vivir cada día, uno de sus objetivos básicos es contribuir al crecimiento personal del oyente. ¿Hasta qué punto se cumple ese propósito y en qué medida se retroalimenta el equipo de realización? El más importante de los propósitos es hacer prevención y promoción de salud, lograr cambios de comportamientos […] hacia estilos de afrontamiento que aseguren una calidad de vida, establecer el equilibrio bio-psico-socio-cultural y espiritual en que se sustenta la salud humana para lograr, precisamente, ese estado de satisfacción física, mental y espiritual, ese bienestar que no es más que el propio estado de salud y eso se cumple y cada vez se pone más de manifiesto, porque la familia de Vivir cada día empieza por ver cómo se le ha puesto ese nombre […] A sugerencia de una oyente, piensan y sienten como una familia, se comportan como si fueran una comunidad; por ello, me resultó más fácil aplicar las normas de la comunicación social en salud […], y consecuentemente, se ha podido lograr un acercamiento al Modelo de competencia, el cual permite crear miles de promotores de salud. Nos retroalimentamos con las llamadas telefónicas, las cartas, los mensajes por correo electrónico, el encuentro casual en la calle y los encuentros en la Casa de México, por sólo citar algunas vías de comunicación […]. ¿Algún consejo o recomendación a los jóvenes que se sienten fascinados con la "magia" de la radio, la cual cumplió 90 años de "vida útil" en nuestra amada patria? Primero que todo, ser auténticos, creer en ellos mismos, no ir a la radio con la idea de ser un “artista” famoso, sino un buen comunicador, no divorciar jamás la profesión de las ventajas que los medios de comunicación social nos pueden brindar. Tener en cuenta la opinión de los oyentes, educarlos, ser muy educados y respetuosos con ellos, lo cual debe comenzar por respetar nuestro trabajo, no improvisar, tener un guión delante, llevarlo todo anotado e investigado. Tener una cultura general, porque aunque su principal objetivo es hablar de salud, usted debe conocer cuáles son las principales personalidades en todas las esferas de su medio social, usted tiene que saber cuándo utilizarlas, como introducirlas y más que todo eso, respetarlas […]. Mire, nosotros utilizamos mucho los personajes de las telenovelas cubanas, porque sabemos que una gran parte de la población las sigue e invitamos a los actores y actrices que desempeñan determinado papel, que tiene que ver con el tema de la noche y entrevistamos al invitado no sólo como persona, sino como al personaje que interpreta. En Vivir cada día hasta los juegos de la serie de béisbol se aprovechan para motivar comentarios acerca de un tema de salud. Respeto y seriedad por el oyente, por los invitados y por usted mismo, no improvisar jamás, eso es mortal en los medios y máxime en un programa como ese, que es en vivo, y que dura nada más y nada menos que dos horas y media. Cuando termina un programa sé cuando ha funcionado bien y sabe cuál es la primera señal que me lo indica: cuando percibo que se acabó pronto, que se fueron velozmente las dos horas y media. Un último consejo, cuando usted cree en su obra, sabe y está consciente de que tiene objetivos sanos, honrados y dirigidos al mejoramiento no solo suyo, sino también de los demás, cuando considere que su trabajo y su proceder son honestos […], siga trabajando, siga adelante, porque cuando se trabaja con ese espíritu al final se triunfa […]. |
Jesús Dueñas Becerra - psicólogo, crítico y
periodista
jesus@infomed.sld.cu
Publicado, originalmente, en la web de la radio Progreso http://www.radioprogreso.cu/
Link: http://www.radioprogreso.cu/citarte/02260912.html
En Letras-Uruguay ingresado el presente trabajo el día 5 de junio de 2013
Autorizado por el autor, al cual agradecemos.
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