También puede colaborar con la labor cultural de Letras Uruguay por medio de COLECTATE |
Otro método para colaborar con la obra cultura de Letras Uruguay, desde 3 euros: splitfy.com |
Presentan "La Macorina" en El Libro de Hoy |
La Macorina, del escritor, periodista e investigador, Miguel Ojeda Silva, es el título del volumen publicado por la Editorial Letras Cubanas, y presentado en el espacio El Libro de Hoy, que conduce la periodista y promotora cultural Matilde Salas Servando, y tiene su sede en el salón La Sevillana del capitalino Hotel Inglaterra. La principal anfitriona de dicho espacio reseñó la trayectoria profesional del autor de ese texto, donde realidad y ficción, mito y leyenda, se funden en cálido abrazo. Ojeda Silva es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). Su obra ha estado vinculada a los derroteros de la cultura caribeña, y a la música en particular. La impecable labor que realiza en la emisora CMBF Radio Musical Nacional avala su entrega en cuerpo, mente y alma al desarrollo de esa línea temática. Ha dado a la estampa los libros Bola de Nieve y Pensamiento jazzístico, publicados por la Editorial Letras Cubanas y Ediciones Extramuros, respectivamente. Ha recibido la Distinción por la Cultura Nacional, así como la categoría de Artista de Mérito del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y la condición de Laureado de la Cultura Cubana. |
|
Con apoyo en los hallazgos de una exhaustiva pesquisa histórica y periodística, así como en los testimonios aportados por personas que conocieron personalmente a La Macorina, quien se dedicara a ejercer la prostitución como un medio de vida fácil, Ojeda Silva indaga la coyuntura socio-histórica que dio lugar a la mítica presencia de la principal inspiradora del popular estribillo: “ponme la mano aquí, Macorina, pon, pon […]”, que —desde la pasada centuria— forma parte del pentagrama sonoro insular y de un poco más allá de nuestras fronteras geográficas, así como del rico folclore caribeño. Por lo tanto, incita al lector a meditar (hacer silencio interior para escuchar los sonidos que emite nuestro yo, el auténtico, el verdadero), acerca del alcance y la huella sociocultural dejada por La Macorina, en la memoria histórica de la población cubana. La lectura de ese libro, escrito en forma de crónica, revela que la sociedad habanera de la época percibía a esa “señora de vida pública” como una persona bella de cuerpo, mente y alma, educada, y además, incapaz de proferir palabras malsonantes delante de terceras personas. Dicha narración —no exenta del chispeante humor criollo— trasciende la frontera entre lo histórico, lo artístico, lo biográfico, para elaborar un paradigma, donde convergen la espontaneidad de los testimonios de los entrevistados, y por ende, sobredimensionan el origen de la “dama del perrito y el fotuto” (fue la primera mujer en la Ciudad de las Columnas que se atrevió a conducir un automóvil), con la crudeza —que linda con el naturalismo— de las declaraciones formuladas por familiares, amigos, músicos, la prensa y personalidades de la cultura cubana con quien la famosa meretriz solía relacionarse o de quienes —sin pedir permiso— la integraron a su mundo imaginario y fantasioso. Tan próspero resultó para la mesalina tropical el negocio más antiguo del mundo, que abrió una casa de cita (prostíbulo), en el capitalino municipio de Centro Habana, amasó una fortuna, que dilapidó con el discurrir del tiempo, compró joyas valiosísimas y varios autos, e incluso, tuvo hasta choferes particulares. Esos argumentos, tanto los positivos como los negativos, son coherentes con el rigor profesional con que el autor maneja la documentación visual y musicográfica que ha logrado reunir, y que confirma —con creces— el desafío que simboliza la tristemente célebre popularidad de La Macorina, así como las disímiles motivaciones que generara en poetas, compositores e intérpretes, cuyo quehacer aún enriquece el acervo musical cubano. Por otra parte, habría que destacar el hecho de que detestaba —con todas las fuerzas de su ser— la letra de los danzones u otros géneros musicales que había inspirado. Y que fueron interpretados por agrupaciones charangueras, algunas desaparecidas del pentagrama musical cubano, y sepultadas en el “baúl de los recuerdos”, y otras se mantienen hasta hoy en plena actividad…, a pesar de todos los pesares. Ellas son: Charanga de Papaíto Torroella; Orquesta Antonio María Romeu; Orquesta de Cheo Belén Puig; Orquesta Almendra (con Dominica Verges – DV); DV y la Charanga Típica de Cuba, Orquesta Aragón; Orquesta Sensación (con Abelardo Barroso); Charanga Rubalcaba; y Orquesta Original de Manzanillo. Por último, Miguel Ojeda Silva refiere que no se ha podido precisar con exactitud quién es el verdadero autor de La Macorina, ya que hay musicólogos e investigadores que les otorgan la paternidad —entre otros— a los maestros Tomás Corman y Antonio María Romeu, así como al carismático cantante Abelardo Barroso (este último la convirtió en un verdadero hit al incluirla en el repertorio de la Orquesta Sensación). No obstante, la partitura original no consigna el nombre del creador, cuyo secreto —presumiblemente— se lo llevó a la tumba. |
Jesús Dueñas Becerra - psicólogo, crítico y
periodista
jesus@infomed.sld.cu
Publicado, originalmente, en la web de la UNEAC http://www.uneac.org.cu/ - La Habana, 17 de Diciembre de 2015
Link: http://www.uneac.org.cu/noticias/presentan-la-macorina-en-el-libro-de-hoy
En Letras-Uruguay ingresado el presente trabajo el día 9 de setiembre de 2015
Autorizado por el autor, al cual agradecemos.
Nota del editor de Letras Uruguay: Los textos elaborados por prestigiosos escritores, periodista cultural, en este caso, permiten adosarle otros materiales para mayor conocimiento de la figura tratada. En esta oportunidad se trata de un video disponible, de tiempo atrás, en la web. Twitter del editor de Letras Uruguay: @echinope
MEMORIA DE LA HABANA 11 LA MACORINA COMPLETO
Publicado el 6 nov. 2015
Una historia de principios del siglo XX. Sexo, misterio, escándalo social. La historia de la primera mujer que condujo un auto por La Habana, y que fue inmortalizada en un chachachá: La Macorina. |
Ir a índice de periodismo |
Ir a índice de Dueñas Becerra, Jesús |
Ir a página inicio |
Ir a índice de autores |