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Miel en un tamiz
Reseña de Jesús Dueñas Becerra
jesus@infomed.sld.cu

La escritora y periodista india Kamala Markandaya (1924-2004) es la autora de la novela Miel en un tamiz, Mención de la American Library Association (1955), publicada por la capitalina Editorial Arte y Literatura.

Ante todo, habría que destacar —con letras indelebles— los valores éticos, bioéticos, ideo-estético-artísticos, humanos y espirituales que el lector descubre en dicha narración, la cual le facilita acercarse a la historia de una familia de la India, ese otro gigante asiático, que lucha denodadamente por mantener la unión de la célula fundamental de la sociedad y sobrevivir en un medio adverso u hostil, signado por la precariedad y la incertidumbre.

El entorno natural en que se desenvuelve la trama está condicionado por la presencia de inundaciones, severas sequías y fenómenos metereogénicos de todo tipo, así como por el acelerado aumento de la industrialización y la urbanización citadina (factores ambientales que destruyen —de forma gradual y progresiva— el equilibrio bio-psico-socio-cultural y espiritual en que se estructura la salud humana, y además, el ecogénico), los acreedores que persiguen implacablemente al cabeza de familia, y la miseria material (pero no espiritual) en que se halla sumida.

No obstante la trágica situación que mediatiza esa historia, el lector no encontrará signos de desesperanza, cargas negativas ni pensamientos pesimistas, sino todo lo contrario, ya que de ella brota —cual agua cristalina que corre por los ríos subterráneos del alma humana— un halo de optimismo, digno del más cálido elogio, que vivifica a quien se adentra en sus páginas.

Narrada desde el poético y personalísimo yo de Rukmani, madre y tronco esencial en que se sustenta la familia, la novela nos invita a la reflexión serena y profunda acerca de aquello que es verdaderamente importante en la vida de un ser humano.

Por otra parte, lo que ve y relata la protagonista deviene no solo su leyenda personal y familiar, sino la historia de la India, la cual registra —juntamente con la realización de un análisis objetivo-subjetivo por excelencia— la lucha frontal entre las tradiciones y la voraz modernidad, cuyo objetivo no es otro que eliminar, a como dé lugar, todo lo «antiguo» u «obsoleto», lo cual califica erróneamente como «anacrónico», sin sospechar siquiera que, en las tradiciones, se encuentran las raíces culturales y la verdadera identidad nacional de cualquier país.

Estoy seguro de que la lectura de ese libro acariciará el intelecto y el espíritu humanos, ya que está concebido con inmenso amor y llevado a la letra impresa con una prosa sencilla y humilde, que conmueve las fibras íntimas del ser, porque la filosofía de la vida sustentada por Rukmani descansa en el aforismo oriental de que «cuando estés en un aprieto y todo vaya en contra tuya, hasta el punto de que parezca que no es posible esperar ni un minuto más, nunca desistas, pues ese es el momento en que va a cambiar la suerte».

Kamala Markandaya es una figura «clave» en el desarrollo de las letras indias contemporáneas. Conocida, sobre todo, por tratar en sus novelas el choque entre la modernidad urbana y las sociedades rurales, así como por el estilo poético y marcado lirismo e intimismo, que la identifican.

Miel en un tamiz, su opera prima, tuvo —en el momento en que fue dada a la estampa— una calurosa acogida, tanto por el público como por la crítica especializada de la nación asiática.

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