El autor de esta crónica también ha incursionado en ese tema poco
explorado y mucho menos explotado en los más disímiles medios de la
prensa digital, donde ejerce la crítica artístico-literaria y el
periodismo cultural.
No soy —nada más lejos de la realidad— un anciano nostálgico, que sueña
despierto con los éxitos musicales de las primeras siete décadas del
pasado siglo. Pero sí estimo, no solo como crítico y periodista, sino
también como amante de la buena música, que las agrupaciones (charangas,
conjuntos soneros y orquestas tipo jazz band), apenas se
escuchan en el espectro sonoro caribeño.
El autor de esta crónica percibe como un hallazgo arqueológico que los
números musicales incluidos en el repertorio clásico —o actual— de las
orquestas típicas o jazz band y conjuntos, por ejemplo, se
escuchen por la radio. O en vivo y directo por los espacios musicales
que ofrece la pequeña pantalla, donde siempre son los mismos grupos los
que se alternan, en detrimento de esas emblemáticas agrupaciones, que
por lo general brillan por su ausencia.
Al menos en la capital cubana, Radio Progreso y Radio Rebelde son las
emisoras nacionales que no han echado al "saco del olvido" la función
clave desempeñada por esas orquestas y conjuntos en la historia de la
música popular del país.
A esas orquestas tipo charanga, conjuntos y jazz band se les
puede escuchar en el estelar espacio "Alegrías de sobremesa", donde la
legendaria Orquesta Aragón tiene un día fijo (los lunes) a la semana.
Para deleite no solo de la radioaudiencia, sino también de quienes
asisten a sus grabaciones en vivo.
En ese popular programa, fundado por el maestro Alberto Luberta, Premio
Nacional de Radio y del Humor, y conducido por el locutor Eduardo
Rosillo, Premio Nacional de Radio, participan otros colectivos con
formato charanguero, jazz band y conjuntos.
Sin embargo, no es solo en "Alegrías…" donde se escuchan los acordes
musicales de esas desempolvadas orquestas y conjuntos, sino también en
los espacios "Discoteca del Ayer", "Un domingo con Rosillo" y "Discoteca
Popular", entre otros no menos importantes de la emisora de la familia
cubana.
Mientras que, por Radio Rebelde, sale al aire —en horario vespertino
dominical— un espacio dedicado a las orquestas típicas danzoneras por
donde desfilan las mejores agrupaciones que, a lo largo del tiempo, han
cultivado nuestro baile nacional.
Por otra parte, quiero desmentir —con hechos concretos de los que fuera
testigo de mayor excepción— la falacia de que la juventud cubana
subestima la buena música interpretada por dichas orquestas y conjuntos.
Como parte de mis actividades habituales como colaborador de la página
web de la Onda de la Alegría, fui a cubrir una matinée bailable en el
Delirio Habanero del Teatro Nacional de Cuba, donde la Orquesta
"Estrellas Cubanas" (1959),
era la principal anfitriona. Así como un homenaje que se le tributara,
en el centro habanero Palacio de la Rumba, al maestro Melquiades Fundora, flautista, compositor,
arreglista y director —hasta su jubilación— de la orquesta "Sublime",
con motivo del aniversario 85 de su natalicio. Homenaje postmortem
amenizado por las orquestas "Sublime" (1956) y "Jorrín" (1954). En otra
ocasión, me correspondió reportar un concierto de la septuagenaria
Orquesta "Aragón" (1939),
en esa misma institución cultural.
A esas tres actividades no asistió un círculo de abuelos o un asilo de
ancianos, como era de esperar; por el contrario, participaron jóvenes de
los dos sexos. Parejas ávidas de bailar al compás de la buena música
bailable, de divertirse y disfrutar con los hits musicales que,
antaño, exaltaron a los primeros planos de la preferencia del público
cubano y extranjero a esas tres agrupaciones charangueras de todos los
tiempos.
Lo más importante es que, en el lapso en que permanecí en el Delirio
Habanero y en el Palacio de la Rumba, no hubo que lamentar un escándalo
o una bronca, ni siquiera se oyó una palabra fuera de tono, por parte de
los bailadores.
Escenas lamentables que suelen suceder con mucha frecuencia en los
lugares a donde van los grupos que, al parecer, sí le agradan a la
juventud. Y cuyas letras, sin contenido poético alguno, saturadas de
ofensas a mujeres y hombres, y música estridente que daña los órganos
auditivos, les exacerban a los bailadores el componente instintivo del
inconsciente freudiano. En consecuencia, hace salir de su escondite a la
"bestia salvaje" que el soberano de la creación lleva dentro de sí.
Esta crónica no es un furibundo ataque a los directores y realizadores
de los espacios musicales, tanto radiales como televisivos, ni a los
integrantes de esos controversiales grupos. Entiendo perfectamente que
en la Viña del Señor todos, sin exclusión alguna, tienen derecho a un
espacio en nuestros medios de comunicación, pero es necesario que se
perciba, de una vez y por todas, la amplia diversidad de nuestros ritmos
en la vigente programación musical.
Finalizo con una cita de José Luis Estrada Betancourt, que —según mi
leal entender y sano juicio— no necesita explicación alguna:
" Todavía estamos a tiempo. De lo
contrario no puedo imaginar qué música [y qué] bailes identificarán a
nuestros nietos [y biznietos]. ¿Será esa que parece tan resistente como
el marabú [mental que paraliza el desarrollo socio-económico de nuestra
sociedad], pero que suena incansablemente, plagada de mal gusto, alejada
de todo valor cultural y espiritual? Ahí espera […] ese legado que es
orgullosa expresión de nuestra idiosincrasia [o personalidad básica]".
Notas .
Estrada Betancourt, José Luis. ¿Qué nos identificará mañana? Juventud
Rebelde. 29 de abril de 2012: p.8 (Látigo y Cascabel).
.
Dueñas Becerra, Jesús. Feliz encuentro con la orquesta Estrellas
Cubanas. Cita con el Arte. www.radioprogreso.icrt.cu
.
-----. El espíritu del maestro Melquiades Fundora en el Palacio de la
Rumba. Cita con el Arte. www.radioprogreso.icrt.cu
.
-----. La legendaria Orquesta Aragón en el Palacio de la Rumba. Cita con
el Arte. www.radioprogreso.icrt.cu
.
Estrada Betancourt. Ob. Cit. |