La esquizofrenia disminuye la media de vida entre 15-20 años
por Dr. Jesús Dueñas Becerra

Hospital Psiquiátrico de La Habana
jesus@infomed.sld.cu

En el campo de las enfermedades mentales, la esquizofrenia —percibida como un trastorno del neuro-desarrollo que suele aparecer en edades tempranas— es una de las más discapacitantes, y además, reduce la esperanza de vida entre 15 y 20 años, en relación con la media de la población general. Según el doctor Celso Arango, jefe del Servicio de Psiquiatría del madrileño Hospital Gregorio Marañón, el acortamiento de la esperanza de vida se debe a causas multifactoriales: el suicidio, por ejemplo. Desde otra óptica, los pacientes presentan muchas más afecciones somáticas que se detectan, a veces tardíamente, y se tratan peor por la propia idiosincrasia de la persona con dicha enfermedad, quien, además, se cuida menos, en lo que a la ingestión de la medicación anti psicótica se refiere. Por otra parte, los hábitos higiénicos son más deficientes, lo cual contribuye —en gran medida— a la aparición de otros trastornos concomitantes. La escasa calidad de vida, condicionada por la estigmatización y la incomprensión social de que son víctimas en el entorno que los rodea, motiva que los profesionales de la salud mental busquen nuevas vías de investigación, tanto básica como clínica. Así como modelos asistenciales mucho más eficaces e integrales para combatir esa alteración neuro-psíquica. El desarrollo de nuevos tratamientos para síntomas negativos y trastornos cognitivos que configuran el cuadro clínico residual de la esquizofrenia es uno de los ejes fundamentales alrededor de los cuales giran las investigaciones biomédicas diseñadas al efecto. Hasta el momento, solo se han pesquisado los síntomas positivos —delirios y alucinaciones— pero no había arsenal terapéutico para tratar los síntomas negativos y cognitivos que causan mayor discapacidad. Y que se hallan más relacionados con escasas habilidades sociales y motivación, apatía y abulia, entre otros que impiden una vida normal. Para los expertos, un aspecto que se debe destacar es la pluripotencialidad que tiene un cerebro que se desarrolla anormalmente para acabar generando un conjunto de síntomas, y por ende, que tal fenómeno conduzca a la formulación de un diagnóstico neuro-psíquico determinado. Sin embargo, lo más relevante —desde la clínica— es que esa pluripotencialidad podría modificarse a través de intervenciones preventivas, primarias o secundarias, para revertir la evolución y el pronóstico desfavorables en el paciente con esquizofrenia.

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