Electrodos para tratar la esquizofrenia?
por Dr. Jesús Dueñas Becerra

Hospital Psiquiátrico de La Habana
jesus@infomed.sld.cu

Un par de electrodos colocados en áreas específicas del cerebro han permitido mitigar los delirios y alucinaciones de una paciente con esquizofrenia paranoide de larga evolución. Los artífices de ese éxito terapéutico han sido los facultativos del servicio de Neurocirugía y Psiquiatría del hospital barcelonés de Sant Pau, quienes — por primera vez en el orbe— han empleado la técnica de la electroestimulación cerebral profunda para tratar la esquizofrenia. La paciente fue intervenida neuroquirúrgicamente desde hace siete meses, y hasta ahora no ha presentado ningún tipo de síntoma o signo psicótico. El estudio, que aún está en fase inicial, ha probado que la estimulación cerebral funciona como vía alternativa, dirigida a pacientes que presentan resistencia a los tratamientos habituales con psicofármacos antipsicóticos. Dicho proyecto prevé intervenir a ocho pacientes —todos rebeldes a las terapias en uso— sin más alternativas de tratamiento. Se estima que el 1% de la población hispana padece de esquizofrenia y entre el 30% y el 50% presentan resistencia a los tratamientos ordinarios. El procedimiento consiste en introducir en un núcleo del cerebro un electrodo que va conectado a una especie de marcapasos, que regula —desde fuera— la intensidad del impulso eléctrico que desprende. El electrodo libera electricidad en esa zona de la masa cerebral para estimular o frenar, según sea el caso, la actividad neuronal que se produce en dicha región y modificar la función cerebral afectada. Lo que en realidad hacen los galenos españoles, con la electroestimulación cerebral, es reestructurar un circuito cerebral que está alterado. Para tratar la esquizofrenia, los investigadores ibéricos han decidido colocar los electrodos en dos zonas concretas del cerebro. Confiamos en que los resultados de ese nuevo ensayo terapéutico para combatir el llamado «cáncer de la psiquiatría» muestren resultados satisfactorios, que posibiliten mejorar la calidad de vida. Y, en la medida de lo posible, restablecer el equilibrio bio-psico-socio-cultural y espiritual en que se estructura la salud humana.

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