El estrés desencadena eventos cardiovasculares
por Dr. Jesús Dueñas Becerra

Hospital Psiquiátrico de La Habana
jesus@infomed.sld.cu

Los científicos estadounidenses creen tener una explicación para el axioma de que el estrés, el shock emocional o el esfuerzo excesivo pueden provocar ataques cardiacos en personas vulnerables. Según los hallazgos de un estudio publicado en un medio digital de la Sociedad Americana de Microbiología, las hormonas liberadas durante dichos eventos parecen causar dispersión de los biofilmes bacterianos en las paredes arteriales. Hecho que permite que los depósitos rotos de placa ateroesclerótica se incorporen a la circulación sanguínea. Esa hipótesis está basada en la observación de que, a menudo, se producen ataques cardiacos y hemorragias cerebrales después de un evento, donde los niveles elevados de hormonas catecolaminas son liberadas en la sangre y en los tejidos, Como suele ocurrir, por ejemplo, durante el choque emocional repentino, el estrés o un exceso de ejercicio físico, declaró a la prensa el doctor David Davies, uno de los autores de esa pesquisa. El doctor Davis y sus colegas aislaron y cultivaron especies diferentes de bacterias de las arterias carótidas enfermas, las cuales habían sido extirpadas en pacientes con aterosclerosis. Los resultados mostraron múltiples especies de bacterias que viven como biopelículas en las paredes de cada arteria carótida aterosclerótica. En condiciones normales, las biopelículas son comunidades microbianas adherentes, que son resistentes al tratamiento con antibióticos y al aclaramiento por el sistema inmune. Sin embargo, al recibir una señal molecular, las biopelículas se dispersan y favorecen la liberación de enzimas para digerir el andamiaje que mantiene a las bacterias dentro de la biopelícula. Esas enzimas tienen el potencial para digerir los tejidos cercanos, los cuales impiden que el depósito de la placa arterial de la ruptura se dirija hacia el torrente sanguíneo. Según el doctor David Davies, ese descubrimiento podría proporcionarle una explicación científica a la creencia largamente sostenida de que los ataques cardiacos pueden ser desencadenados por el estrés, el shock emocional o el esfuerzo físico excesivo.

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