Cómo vivir sin ansiedad y sin estrés
por Dr. Jesús Dueñas Becerra

Hospital Psiquiátrico de La Habana
jesus@infomed.sld.cu

El Instituto Francés de la Ansiedad y el Estrés, con sede en París, elaboró veinte reglas de vida, de las cuales si usted, estimado amigo oyente, consigue interiorizar e incorporar a su estilo de afrontamiento diez de ellas, aprenderá con seguridad a vivir con calidad interna y externa. Veamos cuáles de esas reglas el autor de este comentario considera indispensables: aprenda a decir NO, sin sentirse culpable o creer que lastima a alguien con su negativa…, porque querer agradar al otro constituye un desgaste físico, psíquico y espiritual…, y la mayoría de las veces NO lo logra. Planifique su día, pero deje siempre un buen espacio para cualquier imprevisto, consciente de que NO todo depende de su voluntad…, por recia que sea. Concéntrese en apenas una tarea a la vez, ya que, por muy ágil que sea en diseñar sus cuadros mentales, usted se cansa, al igual que cualquier otro ser humano. Usted NO es el “ombligo del mundo”…, puede ser necesario en su casa, en su trabajo o en su grupo habitual, pero NO imprescindible; por más que esa realidad le desagrade, todo camina sin su actuación…, menos usted mismo. Deje de sentirse responsable por el placer del otro..., usted NO vino al mundo para complacer a nadie…, sólo a usted y cuando se pueda. Establezca una línea divisoria entre problemas reales e imaginarios y elimine los que nada más existen en sus circunvoluciones cerebrales, porque son pérdida de tiempo y ocupan un espacio mental precioso para cosas mucho más importantes. NO quiera saber si alguien habló mal de usted, ni se atormente con esa “basura” mental… escuche sólo lo que se habló bien de usted…, pero sin creérselo todo “a pie juntilla”, porque usted mismo puede auto-engañarse. Cultive una sólida amistad con la intuición, la inocencia y la fe, porque esas “hadas benéficas” lo ayudarán a crecer desde todo punto de vista y a ser mejor persona. Por último, a los seres a quienes usted ama con todas las fuerzas de su corazón, dígaselo en cada oportunidad que tenga…, a cualquier hora del día, de la noche o de la madrugada…, y acabe de entender que usted es lo que hace de sí mismo. ¿Se decide, estimado amigo oyente, a desterrar para siempre la ansiedad y el estrés, y a vivir y ser feliz?

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